Redacción
Tiene un recorrido cercano a los tres kilómetros, y una duración de más de dos horas, y es la más larga de cuantas se celebran en todo el año en la villa ducal de Cogolludo. En el formato actual, y según atestigua un estudio del que fuera cronista oficial de Cogolludo, hasta su fallecimiento, Juan Luis Pérez Arribas, se lleva a cabo sin variación alguna desde al menos el año 1950. A su paso por los barrios de la villa, el pueblo sale a recibirla el pueblo entero.
Cogolludo ha conmemorado su día grande, el día de la Virgen de los Remedios, con la doble celebración, matutina y vespertina, que caracteriza al 15 de agosto local.
Es la Cofradía de la Virgen de los Remedios, uno de los colectivos más antiguos de la villa ducal, la que organiza los actos en honor a la patrona de Cogolludo. La Cofradía fue fundada en el año 1583 con el nombre de Nuestra Señora del Remedio y del Rosario; más tarde, en el año 1600, pasó a llamarse Nuestra Señora del Remedio, posteriormente, en el año 1678, tomó el nombre de Nuestra Señora de los Remedios, que es el que actualmente ostenta.
En 2024, su hermano mayor saliente es Andrés Saboya. El hermano mayor, protagonista de la celebración del año en curso, es este año Jesús García, mientras que el entrante es Marcos Sánchez. En su saluda de fiestas del programa religioso, Jesús García comparte con los cogolludenses su emoción por ser el hermano mayor de este 2024, y desea “que todos vivamos con alegría, devoción y amor nuestras Fiestas Patronales en Honor a Nuestra Patrona, la Virgen de los Remedios”.
Por su parte, el párroco local, Mauricio Muela, exhorta a que los cristianos del siglo XXI, “seamos testigos de la grandeza de Dios en Nuestra Madre y mantengamos la devoción y cariño a la Virgen. Estoy seguro que ella escucha, acoge y guarda en su corazón los anhelos y esperanzas de cada uno de nosotros. Que la Virgen nos bendiga, y estos días sean días de alegría y hermandad”.
La tradición obliga al hermano mayor a portar el cetro de la Cofradía, durante la fiesta, asumir la presidencia, e invitar a los cofrades a un refresco y a las habituales caridades -el dulce típico de la celebración- además de a estar presente en la procesión del 15 de agosto, por la tarde, la más emotiva del año en la villa serrana, con más de dos horas de duración y un recorrido de prácticamente tres kilómetros.
Al menos desde el año 1950, según asegura en un ensayo Juan Luis Pérez Arribas, cronista oficial de Cogolludo hasta su muerte, el recorrido y ceremonial de esta hermosa tradición local permanecen invariables, salvo leves modificaciones.