Redacción
Los expertos de Phenix han recopilado cinco medidas clave para luchar contra el desperdicio alimentario en los supermercados.
La detección y optimización, la venta a precios reducidos, las donaciones, el análisis y la sensibilización y formación son algunas de las iniciativas que los supermercados pueden incorporar en su operativa.
Según el informe de la FAO de 2023, un 13% de los alimentos no llegan a comercializarse, mientras que otro 17% se desperdicia en el comercio minorista, la restauración y los hogares. Especializada en soluciones integrales al problema sistémico del desperdicio, Phenix ha recopilado una serie de consejos para reducir el desperdicio alimentario en los supermercados, así como maximizar sus beneficios a largo plazo.
Algunas de estas medidas son:
Detección temprana: La detección de los productos con fechas próximas a vencer es una tarea que puede ser laboriosa en un entorno de supermercado tradicional, donde persiste el uso predominante de métodos manuales de registro. La digitalización de esta tarea reduce significativamente el tiempo necesario y simplifica el trabajo para los empleados. Además, la detección temprana permite activar los procesos de optimización y valorización del producto a tiempo.
Venta a precios reducidos: Aplicar descuentos en productos que pronto vencerán favorece que se vendan las existencias antes de que caduquen. Esto permite rescatar alimentos que de otro modo serían desechados, a la vez que brinda a los consumidores la oportunidad de adquirir productos frescos y de calidad a precios más accesibles. Además, al aplicar estas buenas prácticas, se logra un equilibrio donde se evita el desperdicio, se beneficia a los consumidores y se incrementan los ingresos para el establecimiento.
Donaciones a organizaciones benéficas, de forma profesional y recurrente. Las donaciones a organizaciones benéficas representan una herramienta fundamental para reducir el desperdicio alimentario, y su integración en el proyecto de Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario subraya su relevancia. Sin embargo, llevar a cabo este proceso de manera integral y profesional implica más que simplemente donar: requiere un cambio de procesos y una colaboración óptima entre los supermercados y las entidades sociales. Las donaciones evitan el desperdicio de recursos utilizados en la producción, procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, al tiempo que proporciona ayuda directa a quienes más lo necesitan.
Garantizar la fiabilidad de los datos e identificar patrones de desperdicio es esencial para realizar análisis de calidad y tomar decisiones fundamentadas. La precisión en la entrada de datos es el primer paso crucial en este proceso. Así, establecer procesos de entrada de datos precisos y estandarizados, implementar controles de validación en tiempo real y utilizar herramientas de calidad de datos son elementos clave. Además, fomentar una cultura de retroalimentación y mejora continua es esencial para mantener la integridad de los datos.
Sensibilizar y formar al personal sobre el desperdicio de alimentos y la gestión de las donaciones: Formar al personal de tienda en la lucha contra el desperdicio alimentario es crucial para garantizar una estrategia efectiva. Al proporcionarles conciencia sobre el problema, conocimientos sobre buenas prácticas, habilidades para identificar oportunidades de mejora y fomentar su compromiso y liderazgo, se les capacita para desempeñar un papel activo en la reducción del desperdicio. Esto implica enseñarles sobre regulaciones de seguridad alimentaria, fechas de caducidad, almacenamiento adecuado y cómo identificar alimentos aptos para donación.