Redacción
Los amantes del frío tienen una cita con esta experiencia gastronómica. Tres vuelcos y un postre para chuparse los dedos
El Café de la Ópera retoma su plato más suculento. Una experiencia que despierta los sentidos y calienta el alma. Los comensales podrán saborear un cocido madrileño de lo más castizo en tres vuelcos, que rinde homenaje a la tradición con un toque único.
Croquetas, sopa, carne y un broche dulce con una deliciosa leche frita, son los elementos que transportarán al público a un viaje con los cinco sentidos. Este manjar estará disponible viernes, sábado y domingo.
En el corazón de Madrid, a solo unos pasos del Teatro Real, El Café de la Ópera se convierte en un templo de tradición culinaria que acerca a los comensales los sabores más profundos de la cocina madrileña. La estrella de su oferta otoñal es, sin duda, su cocido de tres vuelcos, un homenaje al plato más icónico de nuestra gastronomía, servido con una exquisitez que honra la esencia de lo tradicional, pero con un toque de distinción que solo este histórico café puede ofrecer.
El ritual comienza con un aperitivo que invita a descubrir lo que está por venir: una croqueta de cocido que cruje delicadamente en cada bocado, revelando su centro cremoso y lleno de sabor. Acompañada de guindillas y cebolletas frescas, este preludio despierta el paladar de una forma deliciosa y vibrante.
El primer vuelco es una sopa de cocido con fideos. Con cada sorbo reconfortará el alma y poco a poco quitará esa sensación de frio propia de la época.
A continuación, el segundo vuelco rinde tributo a los ingredientes de la tierra con un plato de garbanzos castellanos y verduras. Los garbanzos, cocidos a fuego lento, se deshacen en la boca, combinando suavemente con las verduras que aportan frescura y equilibrio, y una salsa de tomate con cominos que ayudan a la digestión.
Y luego llega el apoteósico tercer vuelco, donde se despliega el festín de carnes; morcillo, tocino, panceta, costillas, chorizo asturiano, morcilla, y gallina. Un manjar para todos los paladares.
Para terminar este banquete, El Café de la Ópera ofrece un postre que sella la experiencia con dulzura: leche frita, suave, cremosa y con esa fina capa crujiente que invita a cerrar los ojos y disfrutar del momento. Un final delicado para una comida inolvidable.
Este manjar estará disponible viernes, sábados y domingo. El resto de la semana bajo petición para más de dos personas.
En cada cucharada, en cada bocado, El Café de la Ópera nos recuerda por qué el cocido es mucho más que un plato. Es una experiencia, un viaje al corazón de nuestras raíces, y en sus manos se convierte en una celebración para los sentidos. Una propuesta que invita a detener el tiempo, compartir la mesa y disfrutar de la vida, bocado a bocado, en pleno centro de la capital.