jueves, marzo 28, 2024

El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl

Texto: Beatriz Tello

Autor: Viktor Emil Frankl

Nº de páginas: 168

Editorial: HERDERAño de edición: 2015

El Libro “El hombre en busca del sentido” es un libro escrito por Viktor Emil Frankl, un neurólogo y psiquiatra austriaco que sobrevivió al Holocausto. 

Las mayores atrocidades en la historia de la humanidad se produjeron en los campos de concentración nazis. Durante el mandato de Adolf Hitler millones de niños fueron expulsados de sus hogares en contra de su voluntad y muy pocos tuvieron la oportunidad de relatar la miseria vivida en aquellos campos, Viktor Frankl fue un de ellos, sin embargo, el resto de su familia no corrió la misma suerte. 

Los prisioneros no eran considerados individuos con identidad, todo lo que les quedó fue un uniforme bicromático junto con un número tatuado en sus pieles, deshumanizándolos y convirtiéndolos en cifras. Así pues, el foco principal en la mente del prisionero era sobrevivir un día más. Viktor Frankl estuvo en el campo de concentración de Auschwitz y más tarde en el de Dachau. 

Es un libro que no se extiende más de lo necesario, cuenta con tan solo 200 páginas y con la cantidad justa de ejemplos para poder comprender la importancia de su mensaje. 

El libro lo divide en dos partes: En la primera nos narra su experiencia y en la segunda ya entra en su método de la logoterapia. 

Todo gira en torno al planteamiento estratégico que adoptó para sobrevivir, fue el siguiente: “¿Qué es aquello que los nazis jamás podrán arrebatarme?”. Frankl dice “Perder a mi familia, mi trabajo y mi bienestar eran cosas que quedaron fuera de mi área de influencia. Pero la manera en la que yo reacciono ante dichas perdidas es una decisión cuyo único lector es mi propia conciencia.” 

Su razonamiento es que aun estando inmerso en las peores circunstancias que 

uno pueda imaginarse, una persona aún conserva su libertad para decidir cómo interpreta dichas circunstancias. Esto es conocido como “última libertad”.

Su planteamiento estratégico es: “si bien no podemos elegir lo que nos sucede, queda bajo nuestro control atribuir un significado a aquello que nos sucede”. Este concepto se puede interpretar como que la emoción decide y la razón justifica. 

A raíz de esto, él expone su Logoterapia. Esta terapia se basa en tratar las enfermedades psiquiátricas tanto desde el punto de vista médico como filosófico, ya que el objetivo principal es dialogar con la persona sobre que es lo que dota de sentido a su vida.  La falta de iniciativas o de interés en cambiar algo a mejor, es una prueba de la existencia de la voluntad del significado. “Quien tenga un porque podrá soportar un como”- Nitzsche. 

Quizás el punto débil de la Logoterapia, sea el hecho de desestimar las experiencias pasadas del paciente y este es precisamente el factor que ha suscitado cierta controversia. 

¿Cuál es el puente entre lo que uno es y lo que puede ser? Los valores. El doctor define los valores en tres categorías distintas: 

  • Los creativos: lo que uno hace, crea, diseña o actúa
  • Los Vivenciales, lo que uno experimenta con lo que el mundo le aporta. Ejemplo: dignidad, respeto, tolerancia, honestidad, justicia…
  • Los actitudinales: son los que tienen que ver con la toma de posición ante condicionantes que no podemos cambiar. 

Cuando existen ciertas restricciones físicas, psíquicas o normativas que no nos permiten adoptar valores creativos o vivenciales, uno siempre tiene la libertad para utilizar los valores actitudinales. Ejemplo: aceptación, gratitud, adaptabilidad o la integridad. 

El tema más delicado que consta como el principal obstáculo que tienen las personas a la hora de establecer su propósito de vida es la muerte. Como afrontar la muerte.
Viktor Frankl habla de aceptar la transitoriedad de la vida y que eso incluye el hecho de que cada uno de nosotros cada día nos acercamos más a la muerte. Y añade “en el pasado nada se pierde, porque todo queda almacenado para siempre”. 

La conclusión a la que se puede llegar con este libro es que el sentido es el motor más auténtico y profundo del ser humano. Cada individuo tiene la libertad de decidir qué hacer o qué no hacer para vivir de acorde a él. Por ende, el propósito de vida no se puede dar, es intransferible. No existe el sentido de la vida como tal, si no, el sentido de mi vida en este momento específico. Mediante la dimensión no ética que se materializa en un conjunto de valores y principios, podremos adoptar una actitud resistente y optimista para ser capaces de afrontar nuevos contratiempos con mayor efectividad. 

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