Redacción
Una revelación divina y una talla son los ingredientes de una historia que lleva años encerrada entre las paredes de este alojamiento
El Valle de Núria es un rincón de los Pirineos Catalanes que guarda una de las leyendas más fascinantes de la historia. Cuentan que Sant Gil, un eremita que vivió en el valle en torno al año 700, talló con devoción una imagen de la Virgen de Núria, que tuvo que esconder al huir de los musulmanes. Siglos después, en 1072, el peregrino Amadeo la encontró y, junto a ella, otros objetos sagrados. Hoy, esa misma imagen se venera en el Santuario de Núria, que atrae a viajeros de todo el mundo. El hotel Vall de Núria es un alojamiento inigualable para conocer este hito, así como su entorno natural.
En un lugar privilegiado, marcado por la historia y la leyenda que, además, destaca por su inconmensurable belleza, se encuentra el Hotel Vall de Núria. Este alojamiento ofrece una experiencia única que combina serenidad y confort, en un espacio envuelto por amplios espacios verdes en primavera, que se cubren de un hermoso manto de nieve en invierno.
Los visitantes podrán vivir de cerca la espiritualidad del santuario y descubrir la leyenda de Sant Gil y la Virgen de Núria, ya que este alojamiento cuenta con la capilla del mismo nombre, construida en honor al ermitaño.
Cuenta la leyenda que Sant Gil fue el primero en vivir en este valle, en torno al año 700. Durante su estancia talló una imagen de la Virgen de Núria, que se vio obligado a esconder mientras huía debido a la entrada de los musulmanes en la península ibérica.
En 1072, un peregrino viajó hasta el valle inspirado por una revelación divina. A su llegada construyó una pequeña capilla, a la que acudieron con posterioridad otros peregrinos. Siete años más tarde, se hallaron tres objetos pertenecientes a Sant Gil: la imagen de la virgen, una talla de estilo románico; una cruz; y una campana, con la que el ermitaño avisaba a los pastores para compartir su comida, los cuales a día de hoy son símbolo de este rincón del Pirineo Catalán.
Pero la estancia en el Hotel Vall de Núria no es solo una oportunidad de conectar con la historia. Asentado en un paisaje de extraordinaria belleza, el hotel ofrece un acceso directo a actividades al aire libre durante todo el año. En invierno, los amantes del esquí encuentran aquí su paraíso; mientras que, en verano, los senderistas y familias disfrutan de los exuberantes paisajes, lagos cristalinos y senderos naturales.
Las habitaciones del hotel están diseñadas para garantizar una estancia confortable y tranquila, muchas de ellas con vistas impresionantes al valle. Los huéspedes pueden relajarse en el restaurante, que ofrece una deliciosa gastronomía local, o disfrutar de momentos de calma en las áreas comunes con excelentes vistas panorámicas. Además, el hotel es una opción ideal para quienes buscan desconectar y disfrutar de la paz y el silencio de este lugar aislado del bullicio urbano. Al ser el tren cremallera la única opción de acceso al valle, la ausencia de automóviles otorga esa aura de comunión con la naturaleza necesaria para vivir al máximo la experiencia de conocer un lugar único. Un lugar donde la leyenda se entrelaza con el entorno, regalando al viajero una experiencia inolvidable.