jueves, marzo 28, 2024

Enrique Martínez: “Moriré siendo un “Hombre de Paco” y otras cosas”

Texto: S. Cuenca/ Fotos: E.M.

A Enrique Martínez le conocemos por su faceta de actor, pero además es cantante y profesor de voz. Nacido en Murcia hace 61 años, lleva más de 30 dedicado profesionalmente al mundo de la interpretación. Me ha sorprendido desde el minuto uno de la entrevista, he de decirlo, tanto por su sensibilidad como por su sentido del humor. Hablar con él me ha llevado, casi como en una montaña rusa, de lo material a lo espiritual sin buscarlo y me ha quedado claro que Enrique quiere “vivir la vida” haciendo lo que más le gusta, sin levantar los pies del suelo, la fama no va con él.

Enrique comenzó de forma profesional en la actuación en 1986, en una compañía internacional que le tuvo viajando por todo el mundo durante 7 años, Arena Teatro. Después siguió trabajando como productor y actor de teatro a nivel independiente, es en 1998 cuando comienza a hacer televisión y en 2001 cine. Reconoce que desde pequeño ya quería ser actor, “ya tenía mucha inclinación por cantar y actuar” y con 10 años fundó su grupo de teatro convirtiéndose, todo aquello, en una experiencia mágica.

Has hecho cine, teatro y televisión. Si tuvieras que quedarte con una…

Si tuviera que elegir, primero elegiría el teatro, después el cine y por último la televisión. Lo que pasa es que, para que se cumpla lo que tú quieres, tienes que elegir si vas por un lado o por otro.

Cuando estáis haciendo teatro es complicado compaginarlo con otro trabajo, ¿no?

Ese es el inconveniente del teatro, que poco a poco lo vas dejando porque no te permite hacer otras cosas. También requiere mucho esfuerzo. Tu vocación como actor comienza muy fuerte con el teatro, se desarrolla y va evolucionando desde ese lugar, pero con el tiempo te vas dando cuenta que los directores de casting, cuando ven que estás haciendo teatro, van gustosos a verte y te fichan, pero te dicen que si estás haciendo teatro no puedes hacer televisión o cine. Hay actores y actrices que se han peleado con todo eso, que han intentado hacer doblete y se pasa muy mal. Por eso, yo decidí dedicarme a aquello que fuera más alimenticio, quiero decir, que cuando tocaba televisión de un tipo lo hacía y si era algo que no me gustaba, decía que no si tenía otras posibilidades. Con el teatro te vuelves más selectivo. Lo último que hice fue una producción propia donde estaba de productor Alex de la Iglesia y, a nivel comercial, no funcionó como a nosotros nos hubiera gustado. Siempre me gusta meterme en proyectos en los que pueda estar implicado a nivel de gusto y apetencia, que me interese el producto. Cuando el proyecto viene de fuera casi nunca es posible, esa es la gran contradicción. Una cosa es la vocación y otra el negocio.

 Protagonizaste una de las series con mayor éxito, “Los hombres de Paco”. ¿Qué recuerdos tienes de aquella época?

Los recuerdos son muy buenos, los compañeros eran estupendos, menos uno (ríe). Todo fue felicidad hasta que acabó. Cuando entré en esa serie yo aún era muy inocente en lo relacionado con la televisión, pensaba que no había que estar al pie del cañón todo el rato. Yo venía de hacer cine, había hecho “800 balas” con Alex de la Iglesia y “La Caja 507” con Enrique Urbizu, fue como si hubiera entrado por la puerta grande, estaba haciendo cosas que de verdad me flipaban. Hacer aquella serie para televisión, en aquel momento, me producía miedo, por la inmediatez que esta tiene, pero luego vi que era semanal y me relajé un poco. Los comienzos de “Los Hombres de Paco” fueron extraordinarios y luego, poco a poco, lo que empezó siendo una comedia se convirtió en thriller con escenas románticas y buscando siempre la audiencia a costa de lo que fuera, empezó a aburrirme un poco. Pero, como experiencia significó un antes y un después. Moriré siendo un “Hombre de Paco” y otras cosas. Aun me recuerdan por la serie, la han repetido muchas veces, todavía me piden fotos por la calle y tengo que estar agradecido por eso también. Las series también queman ¡eh! Y te influyen para que no te cojan en otra (risas).

Acabas una serie de éxito con la que la gente ha empezado a reconocerte por la calle, ¿qué pasa después?

Mi reacción personal, siempre, es de agotamiento. Me digo a mi mismo que tengo que renovarme para meterme en otro proyecto que me pueda interesar. En aquel momento, me di cuenta de que si acabas una serie de éxito te tienes que meter en otra y no decir que no. Si no quieres quemarte por la televisión y quieres hacer teatro o cine, hay que hacer lo que hicieron Hugo Silva y Michelle Jenner, largarse antes de que la serie acabara y así, de alguna manera, ser reclamados. Estaban en un punto álgido de su fama, la serie había funcionado y no querían quemarse, empezaron a hacer cine y teatro. Lo que también suele suceder es que si te sale un papel en una serie, te llaman para hacer otra y es como que tienes que elegir. Me llamaron para hacer “Centro Médico”, una serie diaria y, de repente, me llaman para participar en “Amar es para siempre”, al mismo tiempo. Esa lucha y competitividad que se crea no me gusta, yo no quiero entrar en ella. Entrar en “Centro Médico” suponía aprender a improvisar delante de una cámara, con una historia de médicos tipo docudrama, aunque luego no saliera como era la idea. No me apetecía meterme a hacer la otra serie y tener que memorizar 30 páginas diarias y volverme la cabeza loca por 100 euros más, no sé. No me gusta esa competitividad y por eso no brillo en el mundo del famoseo, ese tipo de historias no van conmigo. Cuando hice mi primer largometraje en el 2002, “800 balas” para Alex de la Iglesia, y acabé el rodaje, que fue una vivencia y una experiencia de vida, yo ya era mayorcete, tendría mis cuarenta y pico años y quería descansar, otras personas estaban pendientes de que les saliera otro proyecto. Paco Tous, por ejemplo, cuando acabó “Los hombres de Paco” ya estaba en otra serie y haciendo otras cosas, eso a mí me daba terror, no me gustaba nada tener que trabajar por trabajar, me parecía quemar tu imagen, tus ganas y tu energía innecesariamente. Pienso que si tengo un mínimo para vivir no quiero quemar mi espíritu.

En tu página web he leído que eres actor y cantante, compositor e improvisador vocal, ¿Qué es esto último? 

Yo trabajo la voz desde hace más de 20 años, es como mí otra labor. Yo tuve un profesor de teatro y de voz, pero no una voz como la que se trabaja ahora en la comedia musical, si no como una voz entendida como registro de cara a la actuación, a los resonadores del cuerpo. Todo esto me llevó a desarrollar la voz también cantando. Hago técnicas como la de cantos armónicos que vienen de Mongolia, de Oriente y que son dos y tres voces a la vez, canto de garganta. Es un tipo de música folk, si la quieres llamar así, pero también tiene contenidos muy de meditación y muy espirituales que se utilizan también como terapias. Entonces, lo que yo hago con ese tipo de canto es abrir la voz y descubrir todos los problemas que puedes tener de tipo vocal o emocional. No es solo a través de este tipo de técnica, también a través de mi experiencia y mi trabajo. Estudio la voz desde hace muchísimo tiempo y la conozco muy bien, de hecho, estoy escribiendo sobre el tema porque llevo ejerciendo la pedagogía y terapia vocal desde el año 2001 en Madrid.

¿Hasta qué punto es importante la voz en una persona? para una persona normal, que no sean cantantes o actores…

Para una persona que no se dedique a la actuación la voz es como su alma también, a través de la voz se puede ver el estado emocional, tu interior, lo que te gustaría decir y lo que reprimes, que, a través de la voz se puede liberar y se podría integrar. Yo me he encontrado con gente que apenas tenía voz y que tenían problemas vocales, desde locutores, psicólogos, médicos… gente que viene por la técnica que utilizo y que les resulta muy novedosa, al mismo tiempo que quieren ver si de verdad funciona. Es importante la salud mental y la emocional, el vivir pensando que ser un artista conlleva sufrir mucho y vivir atormentado, puede estar bien durante una época, pero llega un momento que te mata. Lo que tienes que hacer es vivir, por lo menos a partir de los 45 o 50 años, lo más equilibrado que puedas, para poder desarrollar tus proyectos de la manera más completa posible. Me he dado cuenta, trabajando con diferentes tipos de personas, que no hay voces malas ni voces feas, sino que son voces que representan tu personalidad y tu carácter y, por otro lado, hay una parte interna de tu voz que te lleva a lugares más profundos. El hecho de trabajar la voz te lleva a sentirte emocionalmente más equilibrado, intelectualmente más creativo y luego sirve también para curar problemas físicos. Esto da para mucho.

¿Cómo compaginas tu trabajo de actor con la música y con las clases de voz?

El trabajo de actor es fundamental y luego doy mis conciertos los fines de semana o cuando toca. El trabajo de clases de voz prácticamente es a diario. Trabajo mucho, esa es la verdad.

¿Te queda tiempo para ti?

De eso se trata, eso es lo que estoy buscando en este momento de mi vida, tiempo para mí. A la conclusión que he llegado con el tiempo, es que no hace falta tanto proyecto, sino vivir la vida. Es importante hacer lo que te gusta, porque estamos aquí para hacer algo, supongo, pero lo importante es la vida, eso lo tengo clarísimo.

También compones…

Compongo vocalmente, no sé música. Hago coros y trabajo con la voz. Cuando digo componer es que soy un maestro de la improvisación vocal. Mezclo voces que no se conocen entre sí.

¿Qué nuevos proyectos tienes? ¿Tu libro?

Con el libro me voy a tomar mi tiempo. Sobre proyectos tengo dos series para televisión, de las que aún no puedo decirte el nombre, serían para invierno.

¿Algo de teatro o cine? ¿Crear una producción propia tipo musical?

Pues no lo sé, me estás dando una idea, a lo mejor se me ocurre algo (risas). No me atrevería a competir con un musical de los que hay en la Gran Vía de Madrid, tampoco me gustaría hacerlo así, pero si te diría que sería un One Man Show en el que explicara mi trabajo sobre la voz y donde hubiera también teatro, comedia… Eso ha sido una idea que he tenido toda mi vida, pero no sé si lo haré.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

logo-diario-mas-noticias
Recibe las  últimas noticias

Suscríbete a nuestra newsletter semanal