jueves, abril 25, 2024

Juanma Díez Diego: «Señor B es una pieza que indaga en las heridas abiertas del pasado y busca dar memoria al olvido»

señor B

Redacción

El próximo viernes 13 de enero, se estrena Señor B. Algunos desastres de una guerra en el Teatro del Barrio. Una obra escrita por Juanma Díez Diego e interpretada por él mismo junto con Borja Cortés, Mabel del Pozo y Lolo Diego, bajo la dirección de Jorge Sánchez y producida por Luces y Sueños. Una historia de fantasmas con estética escénica de collage nacida de una vivencia familiar del autor, vinculada a un fusilamiento al comienzo de la Guerra Civil española. En esta entrevista hablamos con Juanma sobre Señor B, para ver desde dentro las vísceras de esta obra comprometida con la Memoria Histórica.

¿Cómo describiría Señor B?

Señor B. Algunos desastres de una guerra es una obra que trae el pasado al presente para sacar a la luz acontecimientos familiares heredados “de los que es mejor no hablar”.  A Juanma, el protagonista, le han contado un suceso importante: el asesinato de un familiar lejano al comienzo de la Guerra Civil. Siente la necesidad de teatralizarlo, de llevar a escena un unipersonal dramático y comprometido sobre el fusilamiento de B, la noche del 15 de agosto de 1936. Está solo, en un escenario oscuro comienza a evocar el terrible suceso… Pero, ¡un momento! Dudas y personajes irrumpen en escena, sin permiso “autoral”, para no dejar al protagonista contar la historia como él quiere.  Señor B es una pieza que indaga en las heridas abiertas del pasado y busca dar memoria al olvido.

Juanma Díez

Dice que la historia lo eligió a usted. ¿Nos puede arrojar más luz sobre esto?

Digo que la historia me eligió porque así entiendo que ocurre en los procesos creativos. Algo que te impulsa inevitablemente a querer contar una historia y no otra. Hace unos años, mi prima María me reveló, en un atardecer de verano, apoyados en una piedra en las afueras de nuestro pueblo, Piedrahita, que a su abuelo lo fusilaron un día como ese. Una noche. Hacía más de ochenta años. Nos referimos a él como Señor B porque su nombre no debe ser pronunciado. Mi pueblo, que podía ver a lo lejos desde esa piedra, con la luz rojiza que dejaba el sol, cambió. Descubrí sus heridas pasadas en ese instante. María me reveló que su padre, el hijo de su abuelo asesinado, había escrito sobre lo ocurrido y lo compartió conmigo: “Algunos desastres de una guerra”. Así me eligió esta historia. La voluntad de crear un texto dramático a partir de este material. Comenzó un proceso de investigación a partir de esos escritos, de las cartas y dibujos del Señor B, de indagar en las historias familiares que heredamos, de conocer espacios de la vida y la muerte del protagonista de esta historia. 

¿Es este el mejor momento de mostrar Señor B sobre el escenario?

Siempre es buen momento para dialogar con ese pasado que está tan presente en nuestra sociedad. El pasado herido que sigue condicionándonos y que parece que no somos capaces de gestionar con suficiente lucidez y sensatez. Entiendo que el momento de mi generación  es el idóneo -con la perspectiva del paso del tiempo y sin los condicionantes de quienes lo vivieron en presente- para entender la catástrofe que se vivió en España. Tratar de comprender en profundidad para evitar la repetición. Creo que Señor B puede invitar a todo ello. Tal vez este sí sea buen momento, por la polarización tan extrema que tenemos en nuestra sociedad.

Algunos desastres de una guerra deja claro que podía ser la guerra civil española como cualquier otra… Y si es así, ¿qué representa entonces el Señor B?

Representa un hecho concreto. Una experiencia que vivimos todo los españoles hace más de 85 años. Lo concreto es interesante para el teatro. Este concreto se hace universal. En todas las guerras se comenten barbaridades, si es una guerra civil hay algo más atroz… Quizá conviene destacar “civil” y lo que supuso esa pelea entre vecinos, esa matanza entre hermanos… Ese “fracaso en todos”, como dice Señor B en una de sus cartas, escrita al poco de producirse la sublevación. La acción se sitúa en un pueblo de Ávila. En la España de entonces una gran parte de la población habitaba en las zonas rurales. Los sucesos en los pueblos, donde todos se conocen, creo que amplifican la tragedia. La pieza mira a aquellos que sufrieron la guerra, a las víctimas civiles, en su gran mayoría sin férreos ideales políticos. Eso es parte de lo que se aborda en Señor B.

También representa la injusticia y el ensañamiento de los vencedores. Algo por lo que me eligió esta historia es la parte que leí en los documentos de E.B. donde habla de “la persecución más allá de la muerte”, una multa por no acudir a trabajar, después de fusilado. Expropiación de tierras y propiedades del asesinado… Lamentable. El Señor B fue una víctima inocente. Y va dedicada (como hace E.B en Algunos desastres de una guerra) a todos los que sufrieron el mismo destino siniestro que el padeció.

¿Cree que sin una buena base histórica el efecto transgeneracional puede ser totalmente desastroso?

Entiendo que hay que buscar en el pasado para comprendernos mejor, y hay que implicarse en esa búsqueda. Como dice Señor B, “no conformarse con lo que nos han contado… cambiar el pasado, reinterpretarlo”. Cuestionar, profundizar en lo complejo. Mirar a las víctimas. Creo que si no, caemos en el peligro de repetir palabras que no son nuestras, que se nos cuele pensamientos, ideologías, que debemos filtrar y revisar.

¿Cómo percibe a las nuevas generaciones respecto a la Memoria Histórica?

Desinformadas. Hay estudios que ponen de manifiesto la laguna de los jóvenes sobre memoria democrática. Si ya mi generación tiene poca idea, se hizo un buen trabajo para ocultar, para silenciar, para olvidar, como una posible solución, que ahora solo se puede entender como errónea. Mi generación puede favorecer a crear una mirada de aquellos días con más perspectiva. Sin intención de polarizar, buscando entendimiento. Y trasmitir esta mirada a los siguientes, despertando interés en su propio pasado.

Intérprete, familiar, y personaje principal en la obra … ¿No se ha vuelto loco?

Me gusta una frase de Roland Schimmelpfennig :“Escribir con la valentía de ir hacia la locura”. Hemos tenido que ser valientes para contar esta historia. Hablo en plural para incluir la locura y sobre todo la pasión de todo el equipo, sin el cual es imposible conseguirlo. Uno puede hacerlo por quien tiene a su lado, no he podido estar mejor rodeado.

¿Es Señor B parte de su experimentación sobre la dramaturgia contemporánea?

Sí. Mi trabajo va siempre ligado a una constante exploración y experimentación en la dramaturgia contemporánea, a buscar nuevas vías expresivas, a ampliar fronteras en las maneras de contar. Me puse a escribir con la intención de hacer un monólogo pero pronto irrumpieron en mi imaginación otros personajes. Surgieron la autoficción, la metateatralidad, la narraturgia, el collage; distintas vías para salir del realismo que aprendí con José Sanchis Sinisterra. Como él dice, “en el teatro todo vale, mientras funcione”. Además, la pieza huye de la sobriedad apoyándose en el humor, capaz de descodificar lo establecido, la norma… que desenmascara la farsa y nos hace reírnos de nosotros mismos. El monólogo se transformó, igual que la idea que yo tenía de contar esta historia. 

¿Cómo lo ha conseguido?

Probando, arriesgando… apostando por un teatro de creación que permite esta manera de construir. Y como he dicho, con el equipo, la creencia, el empuje y el enorme talento de todos.

Usted habla de mirar en detalle nuestro pasado próximo. ¿Qué significa para usted “mirar en detalle”?

Mirar en detalle lleva a profundizar y así he encontrado que los cosas no son tan claras, tan sencillas como parecían ser… que la guerra civil española fue y es muy compleja… y que conviene cuestionarse constantemente y tratar de entender reduciendo en lo posible nuestros condicionantes propios. Hay que mirar… Mirar no de reojo. Mirar sin apartar rápido la vista. Tanto que se pueda volver  allí… Y seguir haciendo preguntas. Rescatar el pasado y continuar descubriendo y revelando las voces de las víctimas. Ojalá esta obra contribuya un poquito a esto.

¿Cómo alentaría a quien no ha visto la obra para que vaya a verla?

Señor B nos invita a pensar, a hacernos ciertas preguntas interesantes sobre nuestra propia experiencia familiar en aquellos días. Todos somos hijos, nietos, bisnietos de la historia. Está en nuestro ADN y de una manera u otra nos resuena a todos. Quizá pueda ayudarnos a comprendernos un poco mejor. Aunque el tema es delicado, complejo y triste, también hay humor que creo ayuda a seguir el viaje. Además, la obra merece verse por el trabajo impresionante que hacen mis compañeros.

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