Texto: Julián Conejero Astray / Fotos: B. H.
Bárbara Hernández, la sirena del hielo, es una nadadora chilena de aguas gélidas. Nacida en 1986 en Punta Arenas, Chile, comenzó a nadar a los 5 años y se especializó en natación en aguas abiertas en su adolescencia. En 2015, decidió probar suerte en el nado en aguas gélidas, una disciplina que se practica en agua con temperaturas inferiores a los 5 ºC.
Desde entonces, Hernández ha logrado varios logros en su carrera de nado en aguas gélidas, incluyendo la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Natación de Invierno de 2018 en Tampere, Finlandia, en la categoría de 1000 metros libres. También ha completado varias travesías de nado en aguas frías, incluyendo un recorrido de 3,2 kilómetros en aguas de 4 ºC en Punta Arenas en 2017 y un recorrido de 7,8 kilómetros en aguas de 2 ºC en el Lago Chungará en el norte de Chile en 2019.
Hernández también es conocida por su activismo ambiental y su compromiso con la protección de los océanos. En 2019, fue nombrada embajadora de la organización sin fines de lucro Oceana en Chile.
La Antártida, el continente más frío, ventoso y seco del mundo, está sufriendo las consecuencias del cambio climático. Como consecuencia del deshielo, la subida del nivel del mar puede generar consecuencias catastróficas como la erosión, las inundaciones de humedales, la contaminación de acuíferos y suelo agrícola o la pérdida del hábitat de peces, pájaros y plantas.
Por ello Bárbara Hernández ha realizado una expedición a la Antártida para lograr el nado más largo de la historia realizado por una persona en aguas frías, la friolera de 2,5 kilómetros. El motivo por el cual se aventuró a realizar este desafío fue para ponerse al límite física y mentalmente, pero sobre todo para hablar de aguas vivas y del cuidado de nuestros océanos. La nadadora empezó a nadar a muy temprana a edad “Empecé a los 6 años siempre con mi papá en el mar, luego en clases de natación y nunca más paré” recuerda Bárbara. Inició su trayectoria a nivel de clubes en la Universidad de Chile, más tarde en Academia Metropolitana de Natación y desde hace 2 años en la Universidad Católica.
¿Tienes alguna manía el día que compites?
Hablar con mis papás antes de entrar al agua, escuchar música, revisar el proceso en mi mente, si la entrega ha sido un precio justo. Abrazo a mi equipo y nado con la pulsera que fue de mi abuelita.
¿Cuál es el estilo (braza, crol, espalda y mariposa) con el que te sientas más cómoda?
Nado maratones de ultra distancia, nados de hasta 100km, así que crol, pero nado todos los estilos, es necesario para cualquier amante de la natación.
¿Cuál fue tu motivación para especializarte en el nado de aguas gélidas?
Desafiar mis límites físicos y mentales, disfrutar la naturaleza, motivar a otros a perseguir sus sueños, pero por sobre todo para hablar de aguas vivas y cuidado de nuestros océanos.
¿Podrías explicarme, con detalle, el motivo de este gran récord que has logrado?
El motivo es que fue mi sueño durante 10 años y trabajé muy duro los últimos 3, con mi equipo buscábamos un nado histórico y único que nos permitiera dar a conocer Antártica y hablar del cuidado de su océano y de la creación de áreas marítimas protegidas.
Si no fueras nadadora, ¿En qué deporte/profesión te verías?
Amo lo que hago y ser Psicóloga y ser nadadora fue lo que siempre quise, el agua es mi hogar y le pertenezco.
¿Alguna vez has sentido algún tipo de desigualdad, exclusión o machismo en la natación femenina en comparación con la natación masculina?
Más allá de la natación es del deporte en sí mismo de lo que debiésemos hablar, el machismo está implícito en nuestra sociedad y en la actualidad el visibilizarlos y dejar como algo natural los micromachismos, es fundamental. Por nosotras, pero también por las niñas y mujeres que jamás debiesen ver socavado su potencial u oportunidades por su género.
Los ejemplos son múltiples, desde que te cosifiquen, pongan en duda tus capacidades o preguntas relacionadas con la maternidad o la crianza. Mi forma de abordarlo es preguntar directamente a los periodistas si le harían las mismas preguntas a un hombre.
