viernes, abril 19, 2024

MALDIVAS: DHIGURAH, REFUGIO DE LUJO

Redacción

El paraíso terrenal tiene nombre de archipiélago. Su clima cálido y húmedo apenas se modifica a lo largo del año. La temperatura media oscila entre los 29 y los 32 grados. El edén está situado al Sur de la India.

En medio del Océano Índico emergen mil ciento noventa islas coralinas distribuidas en 26 grandes atolones, estructuras de coral separadas por lagunas. Son las islas Maldivas de las que tan sólo doscientas se encuentran habitadas y ochenta y siete están destinadas exclusivamente al turismo. 

REFUGIO PRIVADO DE LUJO EN THE RESIDENCE MALDIVAS – DHIGURAH

En el sur de las Maldivas, en el atolón de Gaafu Alifu, surge una isla repleta de palmeras. Un exuberante oasis natural entre lagunas de color turquesa. El lugar en el que es posible sentir cómo se disipan las exigencias del mundo moderno.

Un complejo de 173 villas diseñadas en armonía con su entorno, que incluyen piscina privada. Lujosos refugios exclusivos construidos con los mejores materiales locales y en los que se fusiona la arquitectura tradicional de Maldivas con un diseño moderno y todas las comodidades imaginables. Un lugar en el que es posible despertar con vistas al mar y cerrar el día con una magnífica puesta de sol en el Océano Índico.

Los más jóvenes también disponen de un Club de Niños, en el que pueden desarrollar una gran cantidad de actividades diseñadas específicamente para su disfrute.

Para todos los sentidos

El paladar se recrea con mundo de sabores internacionales, desde los productos clásicos de la gastronomía del Océano Indico hasta las tapas mediterráneas o cocina cantonesa contemporánea.

La cultura de Maldivas recibe las influencias de sus lejanos vecinos de India, Sri Lanka, Arabia, Persia, Indonesia, Malasia y África. Precisamente, por esa razón, la gastronomía de las islas nos recuerda a los buenos “curries” indios con un sabor algo más dulce, propio de los cocos de la zona.

Pero, si existe un plato con una identidad propia maldiva es el “mashuni”. En el país de los atolones, la industria atunera hace posible que esta ensalada sea un desayuno muy frecuente entre sus habitantes. Una deliciosa mezcla de atún, coco, chiles, limón y cebolla, acompañada con el pan tradicional del país, el “roshi”, una versión del “roti” indio. Y como acompañante un rico batido de frutas o un té negro de la vecina Ceylán. Un desayuno digno del reposo posterior bajo una palmera.

Además, es posible deleitarse con los “picnics” en la isla privada de Castaway o en el complejo hermano de Dhigurah en la isla de Fulmaafushi, por la que se puede pasear y atravesar un precioso puente de más de un kilómetro de longitud. Juntas, las dos islas, conforman una de las ofertas de resort más grande de las Maldivas.

Desde la escapada romántica hasta las memorables vacaciones en familia, The Residence Maldivas at Dhigurah es el viaje idílico con el que todos soñamos. La magnífica privacidad de una espaciosa isla de más de dos kilómetros, permite pasear entre la naturaleza virgen.

El terreno arenoso de las Maldivas no es el más adecuado para el desarrollo de una vegetación densa. Sin embargo, las islas cuentan con diferentes especies, aunque el árbol por excelencia es el cocotero del que los nativos aprovechan absolutamente todo; desde los frutos hasta las hojas y las ramas.

El origen de las islas es totalmente coralino y se sustentan sobre una meseta submarina que, en algunos puntos, llega a los 4.000 metros de profundidad. Bucear con bombona o simplemente con un tubo, en un increíble acuario natural, entre tortugas, mantas o tiburones inofensivos es el sueño de cualquier amante del buceo. Y después del deporte, el relax en el paraíso de una playa de arena limpísima y aguas cristalinas.

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