Por Sandra Cuenca/ Fotos cedidas por Raúl Tirado
El actor manchego Raúl Tirado está de gira con la obra de teatro «S.L. Sus Labores», que ha escrito y producido él mismo, además de interpretarla.
Raúl Tirado nació en Mota del Cuervo, un pueblo de la provincia de Cuenca, y desde muy pequeño ya imaginaba historias y las interpretaba a su manera. Años después aquello se convirtió en su profesión: actor, formándose en la Escuela Superior de Arte Dramático de Córdoba. Se marcha a México con la intención de darle un empujón a su profesión, aunque en Madrid estaba trabajando como actor, necesitaba «algo más». Solo pensaba quedarse tres meses, pero la vida a veces nos hace un guiño y debemos aprovecharlo, por lo que se quedó seis años. Allí ha hecho televisión, participando en series como «Herederos por accidente» y «El Cesar«, serie mejicana que se vio en toda América; ha hecho teatro, como la obra «Tandas y Tundas» dirigida por Arturo Beristain y que ha obtenido diferentes premios; también ha intervenido en películas como «Ocho de cada diez» de Sergio Umansky y «Aguerridos» de Leandro Córdova. En España le hemos visto en series como «Aída«, «MIR«, «Águila Roja» o «Un asunto privado«.
Raúl, llevas más de veinte años dedicado a la interpretación, ¿Cómo y cuándo un chaval nacido en un pueblo de Cuenca supo que quería ser actor?
Pues la verdad es que el momento exacto no lo recuerdo, pero lo que sí sé es que siempre me he sentido actor. A lo mejor esto puede sonar un poco pedante o excesivo, pero es así como me he sentido. Yo era un niño muy observador que imitaba todo lo que veía en las calles de mi pueblo y con una gran imaginación desde que iba a la guardería. Me llevaba a casa muchas historias en la cabeza y recuerdo que jugaba en el patio de mi casa a crear cosas en mi imaginación, de hecho, hace un año escribí sobre ese patio encalado. Por eso creo que soy actor desde pequeño. Pienso que todo eso tiene mucho que ver con la sensibilidad que tengo, obviamente esto lo he analizado ya de mayor. Me recuerdo de niño cantando villancicos en el colegio y me gustaba mucho, pero la verdad es que no recuerdo el momento en el que supe lo que quería ser de mayor.
Te marchas a Córdoba a estudiar Arte Dramático, ¿Cómo recuerdas aquellos comienzos?
Cuando llega mi época de adolescente empiezo a apuntarme a todos los saraos, es decir, en el instituto y en las fiestas de mi pueblo como presentador, a un grupo de teatro y a las asociaciones culturales que había. Me gustaba estar un poco en todos los sitios. Recuerdo que un día vino a mi instituto una compañía teatral de Puerto Llano, yo me quedé a la charla que daban al final porque quería contarles que quería estudiar Arte Dramático y preguntarles cómo lo tenía que hacer. Yo ya había mirado la RESAD en Madrid, de hecho recuerdo que llegué a pagar las tasas de las pruebas, pero algunos actores y actrices de esa compañía veían de Córdoba, por eso me dio por querer irme a Andalucía, que además me parecía toda una aventura. Allí estuve cuatro años estudiando y me quedé uno más, es donde hice mi primer trabajo como actor.
¿Cómo fueron esos primeros trabajos y esos primeros personajes?
Aquella época la recuerdo con mucha ilusión, me quería comer el mundo. El primer trabajo profesional que hice fue de figuración en la ópera «Turandot» de Giacomo Puccini, en el Palacio de los Deportes de Vista Alegre, pero como actor fue en la Compañía de Comedias y Comediantes también en Córdoba, que nos recorrimos gran parte de Andalucía con comedias de arte italianas. Era un teatro muy clásico y algo grotesco. No sé si antes había hecho mi primer trabajo en televisión, en Canal Sur.
Recuerdo haber vivido todo aquello con mucha pasión y con muchas ganas, era como que había encontrado lo que verdaderamente me gustaba y quería hacer, además, tenía toda la energía del mundo para conseguir mis sueños.
Si no hubieras sido actor… ¿A qué te hubieras dedicado?
Creo que hubiera sido periodista o al menos lo hubiera intentado, sí, habría estudiado la carrera de periodismo. Me gusta mucho la comunicación, el ser capaz de expresar y contar cosas, por eso en el pueblo siempre me apuntaba a presentar las fiestas o los festivales, yo quería comunicar.
Me estás haciendo recordar un montón de cosas maravillosas y te lo agradezco, echar la vista atrás es algo muy necesario, te hace no perder el norte con los nuevos proyectos.
En un momento de tu vida decides dejar España e irte a México, donde te quedas casi seis años… ¿Por qué tomas esa decisión?
Yo creo que me sentía como un poco oxidado, es decir, llevaba tiempo haciendo cosas como actor y ya trabajaba en el teatro, pero necesitaba algo más. A lo largo de los veinte años que llevo de carrera profesional, casi siempre he estado en activo, y en aquella época estaba con compañías de teatro y tenía funciones de vez en cuando. Hacía casting, participaba en algún episodio en series de televisión y lo complementaba dando clases en colegios de Madrid, pero yo sentía como que tenía que hacer otras cosas que no acababan de llegar. Me fui por tres meses, de hecho, me fui con un billete cerrado, pero tenía el presentimiento de que me quedaría más tiempo. Y así fue.
Una vez allí me puse a curiosear en redes sociales, vi cosas y me puse a mandar material. Un día me entero de que había un casting, dudé mucho a la hora de apuntarme, pero lo hice, y me llamaron para hacer una prueba, con la suerte de que hice la prueba con actores mejicanos y me eligieron a mi para el papel de protagonista. De pronto es como que sientes que te mueve una fuerza motora diferente, no sé como explicarlo, pero pasó. Fui a México como a darme una vuelta, a hacer un viaje, a cruzar el océano y conocer ese país, pero al final creo que necesitaba probar otras opciones. Es importante decir que me fui con cero expectativas, allí no tenía contactos y fue como irse a la aventura, con una mano detrás y otra delante.
Esos seis años viviendo y trabajando en México ¿Qué han significado para ti a nivel laboral y personal?
Ante todo, me ha dado la oportunidad de aprender, tanto en lo personal como en lo laboral. Yo me fui a México con 34 años y la gente me decía que a dónde iba con esa edad, pero debo decir que descubrí muchísimas cosas.
A veces, no nos movemos de nuestra zona de confort porque creemos que ya hemos aprendido todo lo que teníamos que aprender, y ese viaje a mi me dio una bofetada enorme. Desde el principio supe que me quedaban muchas cosas por aprender, desde saber desenvolverme otra vez en un lugar que no es tu país, hasta relacionarme con personas nuevas. Me quedo con ese aprendizaje.
A nivel profesional fue como si me dieran un abrazo enorme, yo venía de hacer cositas en España y al llegar a México me ponen delante un montón de opciones. De pronto veo una prueba, me lo preparo y me llaman, y después de ese trabajo me llaman para otro y así voy enganchando uno tras otro… al principio era como que no me lo creía. En México hay muchas oportunidades y, si las buscas, van a aparecer. Fíjate, yo en España había hecho capítulos, trabajos de un solo día, y en México empiezan a darme la oportunidad de trabajar en dos o tres capítulos. Es verdad que también hice mucho teatro, pero eso ya lo traía de aquí, pero hacerlo en los teatros más importantes de México que, al fin y al cabo, son de los más importantes de Latinoamérica, fue una experiencia increíble.
Has hecho televisión, cine y teatro, ¿Dónde te gusta más trabajar y por qué?
Yo creo que soy un animal de tablas, pero sé que también lo soy del cine, de lo audiovisual, vamos a llamarlo así. Hace unos días estuve en Jaén rodando un corto y me encantó el personaje, delante de la cámara también me siento a gusto, aunque el proceso sea diferente. Para mi, el teatro es el principio de todo y lo de subirse a un escenario creo que no lo puede hacer cualquiera. En el teatro se crea una unión maravillosa entre el actor y la palabra, cosa que en otros medio no sucede.
Muchos actores y actrices me decís que una vez comenzáis en el teatro y pasáis largas temporadas se olvidan un poco de vosotros para hacer cine o televisión…
Es posible, pero en mi caso lo que pasa es que no termino de asomar la patita para hacer televisión, es como que no me ofrecen la oportunidad para mostrar lo que sé hacer. Hago algún casting de cámara, pero no llaman, para mi es como una espinita que tengo clavada y sé que controlo el medio, que puedo dar muchas cosas en lo audiovisual, pero… Más que no se acuerden de mi, creo que es que no tengo la oportunidad de acceder a ese medio y estoy seguro de que puedo hacerlo bien. Yo ahora tengo una producción propia y puedo decir que ahí es donde encuentro mi refugio y donde sé que lo puedo hacer, lo que no puedo es crearme una serie, ya me gustaría. Ha sido complejo crear una producción, una obra de teatro que está girando por muchos lugares, y reconozco que ahí es donde me siento más seguro.
¿Qué crees que es lo más importante que te ha enseñado esta profesión?
A ser yo mismo y a intentar no moverme de ahí, es decir, estar en consonancia con lo que uno es de verdad. Saber de donde vienes y tener claro lo que puedes aportar. En esta producción, «S.L. Sus Labores«, he escrito el texto y lo he hecho sobre lo que soy: una persona de pueblo. Creo que las historias están en lo que uno tiene y ha vivido. Me ha enseñado a ser generoso y a aprender a escuchar a los compañeros, aquí no estás situado en ningún escalón, porque vienen los más jóvenes y a mi me gusta aprender de ellos. Además, en esta profesión nunca sabes por donde te van a venir las cosas, porque no hay una línea que seguir, ni un camino, ni ningún orden. Nunca sabes cuando y donde va a estar tu momento, por eso creo que hay que ser uno mismo.
Has interpretado personajes clásicos, personajes dramáticos e incluso humorísticos, ¿Hay algún personaje que aún no hayas hecho y que te gustaría hacer?
Por la edad que voy teniendo, hay muchos clásicos que me gustaría hacer, pero no sabría ahora nombrarte alguno en concreto. Pero por ejemplo cualquier Shakespeare o incluso algún clásico español, creo que me quedan muchos personajes por hacer en teatro. Hay una función que me gusta mucho, «Historia de una escalera«, de Buero Vallejo. También hay que decir que hay teatro que no se representa mucho ahora y donde hay personajes maravillosos. Un texto que me gusta desde muy joven es el de «La Fundación«, también de Buero Vallejo, de hecho, lo he rescatado hace poco tiempo para sacar unas líneas para un curso de interpretación, es un texto que me gustaría interpretar.
Dime un personaje que recuerdes con un cariño especial y uno que recuerdes como complicado…
Un personaje que recuerdo con mucho cariño es Simeón de «Tandas y Tundas» dirigido por Arturo Beristáin y con la que tuvimos temporadas en teatros tan destacados como Teatro de la Ciudad o Centro Cultural Helénico, ambos de Ciudad de México. En esa obra todos hacíamos varios personajes y yo interpretaba alguno mejicano y un español-andaluz que, aunque yo soy manchego, lo recuerdo con muchísimo cariño.
Personajes complicados ha habido muchos, pero recuerdo a Mika de «Príncipe y Mendigo«, y el que resaltaría sería el de Roberto, el niño con una infancia robada en contextos militares en «Ofrenda a Cupido» que pasó por el CDN (Centro Dramático Español) y Corral de Comedias de Alcalá de Henares. Y por supuesto Ñora de «S.L. Sus Labores«.
Creo que de todos los personajes siempre se aprende algo y a todos hay que verles la parte positiva.
«S.L. Sus Labores» la obra con la que estás ahora y que has escrito, producido y además la interpretas. Sé que no es la primera vez que escribes…
Yo siempre he escrito, pero quizás es la primera vez que escribo una obra de teatro como tal, que también la produzco, la distribuyo y la interpreto.
¿Qué se van a encontrar los espectadores en S.L. Sus Labores? ¿Qué te dicen al finalizar la obra y con que sensación te gustaría que salieran del teatro?
Llevamos dos años con esta obra y vamos a llegar al medio centenar de funciones, es una gozada hacerla. La gente se va a encontrar una manera de homenajear y de honrar a las amas de casa de toda la vida, que son nuestras madres y abuelas. Pienso que nunca se ha reconocido su trabajo y para mi sí que trabajan en casa y son casi magas, porque cuando llegábamos tenían todo hecho: limpiaban, cocinaban, ordenaban, recogían… eran doctoras y enfermeras, e incluso abogadas. Sé que a estas mujeres jamás se les ha dado la importancia que merecían.
En estos dos años, nos hemos encontrado señoras que nos han dado las gracias por darles voz o señores que han reconocido en la obra a sus madres y abuelas con mucha emoción. Hay momentos en los que el público se rie, porque tambien hay mucha ironía. Es como navegar entre la risa y el llanto.
¿Sensación? pues me gustaría que todo el público recordara y reconociera a esas personas a las que homenajeamos. La obra tiene sus momentos duros, pero al final se van con una sonrisa y es lo que importa.
¿Dónde vais a estar este otoño con la obra?
En octubre vamos a estar en El Hito, Cuenca; en Osa de Montiel, Albacete y en Almadén, Ciudad Real. En noviembre pasaremos por El Toboso, Toledo y por Villamayor de Santiago, Cuenca, y en diciembre, vamos a estar en Navalcan, Toledo, y en Villar de la Encina, Cuenca.
De momento estas son las confirmadas, pero sé que habrá más el año que viene. Quiero decir que es un placer ir a estos pueblos grandes, medianos y pequeños, y aunque hemos estado en capitales de provincias, ir a los pueblos de España supone algo muy bonito, porque aunque digan que están vacíos allí vive gente, ¿Qué no hay suficientes recursos? cierto, pero hay personas a las que quiero llevar un proyecto como este, y para mi es un orgullo.
¿Y después de S.L. Sus Labores?
Pues te puedo contar que estoy dándole vueltas a una recopilación de textos y poemas de diferentes épocas, con la posibilidad de lanzarlos como tipo recital de lectura e interpretación dramatizada. Me gustaría llegar a todos esos pueblos donde no existe una infraestructura de teatro, a rincones pequeños. Con S.L. Sus Labores me he dado cuenta de que a veces una obra de presupuesto ajustado, a la que vamos un actor y un técnico o técnica, cuesta llevarlo a pueblos de menos de 100 habitantes, así que ya veremos.
Quiero decirte también que llevo un año y pico queriendo hacer algo con temática rural. Sigo escribiendo y dando forma a un texto que puede que se materialice después en una obra.