Redacción
Ubicado en Santiago de Compostela, este hotel es el perfecto ejemplo del disfrute más hedonista con sabor a Galicia; se alza en medio de un bosque de 10.000 m2 surcado por el río Sar, un vergel consagrado al silencio, la calma y el disfrute consciente
La riqueza gastronómica y natural de Galicia es el hilo conductor; el primer Hotel Spa Relais & Châteaux de esta comunidad autónoma fue en el siglo XVIII una fábrica de papel, un edificio que los propietarios rehabilitaron para convertirlo en un referente nacional y pionero del lujo más sostenible
Su restaurante Filigrana, dirigido por el chef Federico López Arcay, ejerce de escaparate del producto kilómetro gallego y es abanderado del slow food; su propuesta gastronómica es una cocina de alma muy gallega, actualizada con grandes dosis de técnica, creatividad y honestidad
El hotel cuenta con habitaciones amplias, una decoración exquisita e inmejorables vistas; ofrece una gran cantidad de actividades personalizadas en las que el entorno juega un papel fundamental
Madrid, abril de 2024.- Desconectar de la rutina diaria para centrarnos en nosotros mismos resulta a priori complicado. Alejarnos del ruido mundano y mental no parece ser algo alcanzable, pero sí es cierto que Galicia es el paraje perfecto para, al menos, intentar conectar con el cuerpo y la mente. La naturaleza, y en especial, la que se da en Galicia, tiene sin duda algo de magia, emana una energía indescriptible que contribuye a sacar la esencia de cada individuo y sentir una conexión más directa y salvaje con la tierra. Es una fuerza arrolladora en la que el silencio juega un papel fundamental; es un sonido —porque sí, se oye— que transmite una sensación de bienestar y paz total y absoluta, que contribuye a hacernos pensar que podemos con todo, y que a pocos kilómetros del centro de Santiago de Compostela tiene su mejor bastión.
A Quinta da Auga Hotel & Spa, el primer Hotel Spa Relais & Châteaux de Galicia, es el mejor ejemplo del disfrute más hedonista con sabor a Galicia. Rodeado por una finca de 10.000 m², la modernidad y la tradición se fusionan con el entorno en este espacio. Una invitación a la desconexión, donde rendirnos a la gastronomía más sublime de esta tierra bajo la batuta de Federico López Arcay, chef del restaurante del establecimiento, Filigrana, y al lujo del silencio. A través de su propuesta gastronómica, muestra todas las caras de la región gallega con un recorrido por sus mejores productos, con una elaboración respetuosa y saludable, un toque de innovación y una cuidada presentación. A Quinta da Auga está marcado por el disfrute consciente, que ejerce de hilo conductor de toda la oferta gastrohotelera. De ahí el profundo compromiso con la sostenibilidad —es pionero de la ecohotelería— y con la prosperidad de sus vecinos, muchos de los cuales son sus proveedores. Defensor de su territorio, A Quinta da Auga se erige como un guía de excepción de su entorno; parte de los beneficios revierten en causas sociales de entidades cercanas. Un hotel de lujo en una ciudad única en el mundo y destino universal del Camino de Santiago.
En 2003, el matrimonio formado por María Luisa García Gil y José Ramón Lorenzo –arquitecta ella, promotor él— adquirió la finca, y tuvo especial cuidado en conservar los árboles y las plantas que crecían allí como sello de compromiso con el entorno. La visita a A Quinta da Auga es una experiencia de cuento, un lugar ideal para los amantes de la belleza, la naturaleza, el descanso y el bienestar. Este hotel, restaurado con sensibilidad y elegancia, fue una antigua fábrica de papel del s. XVIII y tiene como hilo musical el murmullo del agua del río Sar, que fluye con fuerza por los antiguos canales que rodean toda la propiedad. Este lugar es sinónimo de paraíso natural y gastronómico, que sumerge al viajero en un bosque urbano en el que la exuberancia de los árboles, los jardines y las terrazas envuelven al huésped en una paz que invita a olvidarse de todo, y que son parte de su pasado industrial.