Por Sandra Cuenca/ Fotos: N.H.
Naira Hernández, la actriz canaria que soñó con los escenarios desde niña, hoy se consolida como una figura de proyección internacional. Tras un duro camino en sus comienzos en Madrid y un éxito inesperado con la campaña ‘Antiscammer’, se prepara para el estreno de ‘Victoria’, su primer papel protagonista, un proyecto de Ray Hungría con un potente mensaje social.
La trayectoria de Naira Hernández es el testimonio de una voluntad inquebrantable. Para ella, la actuación nunca fue una elección tardía, sino una necesidad vital. «Realmente no hubo un momento en el que yo me diera cuenta que era actriz, porque desde pequeña supe que estaba ahí«, confiesa con convicción. Un amor por la interpretación que se gestó en su entorno familiar, a pesar de que nadie se dedicaba al medio, y que encontró su primer gran escenario en el histórico Teatro Guimerá de Canarias.
De las aulas al escenario: un camino de sacrificio y formación
El inicio formal de su carrera estuvo marcado por la disciplina y el esfuerzo económico. Con 18 años, la actriz se trasladó a Madrid y se matriculó en el prestigioso Laboratorio de William Layton. El desafío era doble: dominar el arte y costearlo. «Vengo de una familia muy humilde«, explica, detallando cómo compaginaba clases por la mañana con trabajos por las tardes para financiar su formación. Fue un periodo duro, pero esencial para cimentar su compromiso: «El ir cada día a clases, fue lo que me hizo darme cuenta de que era lo que de verdad quería».
Al hablar de sus preferencias artísticas, la actriz se decanta por la magia irrepetible del teatro, a pesar de haber conquistado el cine. «El teatro sigue siendo especial, porque la conexión que tienes con el público es maravillosa«, asegura. Define el acto de subir a las tablas como un viaje: «Una vez que sales al escenario, te dejan volar, es responsabilidad tuya, pero vuelas«. Esta conexión es tan profunda que se percibe en cada función, incluso tras meses en cartel, como un estreno. «Todos los días es una función nueva«, afirma, destacando que el teatro está «vivo» gracias a la interacción con el público y sus compañeros.
El drama como motor y el desafío de la risa
En cuanto a géneros, Naira no oculta su predilección por el drama: «A mí me encanta el drama, el drama y los personajes profundos, emocionales«. Sin embargo, la actriz apunta a la comedia como la disciplina que presenta el mayor reto técnico.
«Yo creo que hacer reír es más complicado«, sostiene, argumentando que el humor es subjetivo y difícil de generalizar. No obstante, en su búsqueda de desafíos interpretativos, le encantaría experimentar perfiles contrarios al que proyecta. Un ejemplo de este tipo de reto fue su papel como monja en la obra Agnus Dei, donde tuvo que ejercer un control corporal y un lenguaje no verbal muy específicos, una experiencia que califica como «increíblemente interesante«.
El impulso de un Emmy y la saga de ‘Victoria’
La actriz señala un punto de inflexión profesional claro: el director dominicano Ray Hungría. Tras un encuentro en la Embajada de República Dominicana en Madrid, Hungría le propuso participar en la campaña «Antiscammer» en Nueva York, un proyecto sin ánimo de lucro y con una importante conciencia social. El esfuerzo y el corazón que pusieron en la producción se vieron recompensados con un premio Emmy.
Para Naira, este reconocimiento no es una culminación, sino un pistoletazo de salida: «Más que el fin de un logro, es el comienzo para mí. O sea, ha sido un impulso… un impulso a abrirme al mundo un poco«. Este éxito ya le ha abierto puertas en Francia, un idioma que está estudiando con miras a proyectos internacionales.
El trabajo en «Antiscammer» fue tan fantástico que Ray Hungría se inspiró para escribir el guion de ‘Victoria‘, una película que no solo marca el primer papel protagonista de Naira, sino que es la primera parte de una trilogía, en ella volverá a trabajar con el actor Valentín Paredes, para el que solo tiene palabras de admiración.
Preguntada por la exigencia de este rol, Naira adelanta que su personaje es una mujer que se enfrenta a sus límites y experimenta una profunda transformación. «Se acaba transformando y sacando su fuerza interior, como pasa con muchas mujeres«, explica, añadiendo que la trama aborda «la lucha de una mujer que se tiene que enfrentar a sus propios límites por un tema social que ahora mismo está en el punto de mira«. El largometraje, rodado con los más altos estándares técnicos, se encuentra en postproducción y se espera que se estrene en Madrid entre abril y mayo del próximo año.
La constancia como lección de vida
Aunque ha trabajado más fuera de España, siguiendo la máxima de que «nadie es profeta en su pueblo«, Naira celebra el cariño y apoyo que ahora recibe de la prensa y la industria canaria y nacional, confiando en las oportunidades que se están abriendo. De hecho, ha revelado la existencia de un proyecto de serie de carácter internacional y ambientación «antigua» en el que está inmersa, aunque por superstición prefiere no dar más detalles.
Finalmente, la actriz nos descubre la lección más valiosa de su trayectoria: la fragilidad de todo y el valor de la constancia. Su mayor motivación es inspirar a jóvenes artistas, especialmente a aquellos de entornos humildes que dudan de poder alcanzar sus sueños.
A la Naira de 18 años, la actriz de hoy solo le diría una cosa: «Que nunca se rindiera, que iban a venir momentos muy duros, muy duros, pero que no hay que perder la esperanza y, sobre todo, que estoy muy orgullosa de esa niña«.

