miércoles, mayo 1, 2024

ISABELLE HUPPERT, LA DAMA DEL CINE FRANCÉS MÁS RADICAL

Texto: Héctor Aja

Con motivo de la colaboración de los Simpson con la marca de moda Balenciaga, que dio como resultado un vídeo viral con una breve aparición de Isabelle Huppert, inmortalizada como uno de esos famosos personajes amarillos que tanto recorrido han tenido en la  televisión durante años, siendo una de las series  más largas que se han realizado hasta ahora.

Pero, ¿quién es Isabelle Huppert? En Francia, tiene el honor de ser considerada como la gran dama del cine francés, como Catherine Deneuve y Juliette Binoche, y una de las actrices más prolíficas del mundo, ya que actualmente ha hecho más de 100 películas y cosechado más de un centenar de premios, siendo la actriz con más premios César, los Oscar del cine francés, en total 17, y una fuerte presencia habitual en el festival más prestigioso y con más glamour del mundo, el festival de Cannes, donde obtuvo dos premios a mejor actriz por retratar de manera brillante a una infeliz y reprimida profesora de piano, que emplea el sadomasoquismo para  encaminarse hacia el borde del abismo en La pianista de Michael Haneke, y otro por interpretar a una joven prostituta en Prostituta de Día, señorita de noche, su primera colaboración con el famoso director francés, Claude Chabrol, conocido por sus elegantes thrillers de implícita y ácida crítica a la burguesía francesa como La Ceremonia, sobre una joven tímida (Sandrine Bonnaire) que comienza a trabajar como ama de llaves para una familia adinerada y entabla una relación con una retorcida mujer (Isabelle Huppert), cuyo papel le granjeó la admiración definitiva de la Academia del Cine Francés.

Su audacia a la hora de elegir roles, que otras actrices rechazarían por miedo o por considerarlos demasiado escandalosos para su carrera, es lo que le ha llevado a ser considerada como una de las mejores actrices del mundo, puesto que ella, tal y como dijo en una entrevista, “no entiende el cine sin riesgos”. Musa de varios directores europeos de buena reputación como el padre del movimiento de cine francés experimental, Nouvelle Vague, Jean Luc Godard, y su salto a Hollywood con uno de los fracasos más estrepitosos de la meca del cine, La puerta del cielo, un western maldito y toda una proeza visual de, aproximadamente, cuatro horas de duración que hundió al mismo director, Michael Cimino, y a la productora United Artists, hace cuarenta años.

Escena de la película «La Viuda»

Actualmente, en una industria como Hollywood, obsesionada con la belleza y la juventud, donde muchas actrices, llegada a una cierta edad, son vilipendiadas por su edad y relegadas a papeles de menor importancia. Sin embargo, Isabelle Huppert, a sus 68 años, afincada en el cine de autor europeo, no para de trabajar y de desafiarse a sí misma con personajes con los que siempre busca retar al espectador, sorprenderlo, abrir su mente a nuevas situaciones y llevarlo por las vías más incómodas. La sexualidad es uno de sus  principales temas en sus papeles y suele ir más allá de la mera provocación, con la exploración del sexo como forma de ejercer poder, y una buena muestra de ello lo ha dado en películas como Ma Mére, donde interpreta a una madre que mantiene una relación casi incestuosa con su hijo, y en Elle, cuyo papel le valió su primera nominación al Oscar y un Globo de Oro a mejor actriz, interpretando a  una carismática y fría ejecutiva francesa  de una empresa de videojuegos, Michèle Leblanc, de pasado oscuro, que sufre una violación en su casa por un intruso y decide tomarse la justicia por su cuenta, no de la forma que uno esperaría. Una de sus frases más célebres dentro de esa película es: “No me asustan los locos: son mi especialidad”. No hay nadie como ella para interpretar a sociópatas, e incluso personajes grises, es decir, que empatizas con ellos pero, de una manera u otra, les juzgas por sus acciones. Y también se ha atrevido con el teatro más exigente, en su caso, protagonizando un monólogo de hora y media como María Estuardo de Escocia sobre la historia de su vida y otra obra, que también presentó recientemente en Nueva York, y lleva el título de The Mother de Florian Zeller, responsable de esa demoledora obra maestra titulada The Father, ganadora de dos Oscar, con un soberbio Anthony Hopkins, que interpreta a un anciano que pierde progresivamente la memoria. Su trayectoria profesional es tan impresionante que muchos directores de la talla de Woody Allen y Zhang Yimou, de China, quieren trabajar con ella, algunas marcas de moda como Balenciaga y Givenchy han optado por ficharla para sus respectivas campañas y festivales de cine de todo el mundo, como San Sebastián, han homenajeado su extensa carrera. Su naturalidad a la hora de actuar consigue hacer parecer fácil lo difícil, dar un aire de intelectualidad a todos sus personajes y pasar de la extrema frialdad a la calidez con un simple gesto, ofreciendo siempre auténticos “tour de force” interpretativos, y es, en gran parte, debido a su carisma junto con una economía gestual para expresar los diversos matices de sus complejos personajes lo que le ha valido el reconocimiento como una de las mejores actrices vivas.

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