Abierto al público el despacho de Carlos III en el Palacio Real

Redacción

Con motivo de las obras de remodelación, el acceso al Palacio Real de Madrid se realiza por el arco situado en calle Bailén esquina calle Requena.

Morada regia desde Carlos III hasta Alfonso XIII, el Palacio Real de Madrid nos propone un viaje por la Historia de España. Aunque no está habitado por los actuales monarcas, el recinto, gestionado por Patrimonio Nacional, es la residencia oficial de los reyes. Ahora, además, se pueden visitar su fantástica Real Cocina, el ejemplo más destacado, conservado hasta nuestros días, de cocinas históricas de las residencias reales europeas​, y la Antesacristía y Sacristía, que habían permanecido fuera del recorrido turístico durante más de cuarenta años.

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Mucho antes de que Madrid fuera capital de España, el emir Mohamed I construyó en Magerit (nombre árabe de la ciudad) una alcazaba para defender Toledo del avance de los cristianos. Dicha edificación fue utilizada de forma eventual por los reyes de Castilla hasta que en el siglo XIV se transformó en lo que se conocerá como Antiguo Alcázar. Carlos I y su hijo Felipe II convirtieron la fortaleza en residencia permanente de los monarcas. Pero en el año 1734 un incendio arrasó el edificio y sobre sus restos Felipe V mandó construir el palacio actual.

Aunque en primer lugar se lo encarga a Filippo Juvara, será su discípulo, Juan Bautista Sachetti, quien se ocupe de realizar los planos definitivos tras la muerte del primero. Transcurren diecisiete años desde que se pone la primera piedra, en 1738, hasta que se terminan las obras encargadas por Felipe V. Será Carlos III -conocido con el sobrenombre de «el rey alcalde» por la gran cantidad de reformas e iniciativas que desarrolló en la ciudad-, el primer monarca que viva en el palacio y quien se ocupe de completar la decoración. Sus sucesores, Carlos IV – a quien se debe la creación del Salón de Espejos- y Fernando VII, añadieron al conjunto objetos de carácter decorativo, como relojes, muebles, arañas o candelabros.

El edificio se inspira en los bocetos realizados por Bernini para la construcción del Louvre de París. Se articula en torno a un patio cuadrado y cuenta con una galería y una Plaza de Armas, donde se sitúa la fachada principal del palacio. Tanto la decoración de cada sala, como su distribución han ido cambiando a lo largo de los años, adaptándose a las necesidades de sus reales inquilinos.

Entre las más de 3000 estancias del Palacio Real de Madrid destacan la Escalera Principal, diseñada por Sabatini y con más de 70 peldaños; El Salón del Trono, con un techo pintado por Tiépolo; El Salón de Alabarderos, el salón de baile que Carlos III reconvirtió en Sala de Guardias; el Salón Gasparini, con una profusa decoración a base de elementos vegetales y recientemente sometido a trabajos de conservación preventiva; la Real Farmacia -que conserva armarios para las plantas medicinales, recipientes de cerámica, frascos de la fábrica de La Granja e incluso las recetas que se dispensaban a la Familia Real-; y la Capilla Real, a la que pertenece una colección de instrumentos de cuerda fabricada por el mítico Antonio Stradivari.

Junto a la Real Capilla, desde finales de marzo de 2025, se incluyen en la visita turística la Antesacristía y la Sacristía. En ellas se podrán descubrir diversos objetos litúrgicos y obras de arte, como varias esculturas del siglo XVIII, como La Inmaculada Concepción, de Manuel Álvarez, el Griego, o el delicado grupo de La caída de Cristo, esculpido en marfil por Celedonio Nicolás de Arce. En pintura, sobresalen Cristo y la samaritana, de Orazio Gentileschi; San José con el Niño, de Antonio de Pereda; Cristo muerto llorado por dos ángeles, de Charles Le Brun, y Cristo servido por los ángeles, de Pablo de Céspedes.

El despacho de Carlos III

Desde mediados de septiembre de 2025, Patrimonio Nacional incorpora al recorrido turístico el gabinete de Maderas Finas o de Indias, diseñado específicamente para el uso de Carlos III como despacho, cuya decoración fue encargada al adornista veneciano Mattia Gasparini. Esta sala era el lugar donde Carlos III despachaba con sus ministros. Un espacio que ahora se abre al público recuperando el conjunto original diseñado por Gasparini y realizado por el ebanista José Canops: dos mesas, el sillón del rey y un taburete para el ministro. Algunos se conservaban en el Palacio Real de Madrid y, el resto, en el Palacio Real de El Pardo.

La apertura de este espacio contribuye a enriquecer la experiencia museográfica, y permite al público comprender mejor el uso y la sofisticación de los interiores palatinos españoles del siglo XVIII.

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