Redacción
Botín sugiere guisos tradicionales de temporada como callos a la madrileña o setas de temporada con jamón ibérico como platos principales para compartir.
Sus emblemáticos asados, la perdiz estofada o el bacalao en salsa de tomate y ñora, como platos principales que evocan los sabores del otoño.
Postres caseros como arroz con leche o la tarta de queso de la abuela cierran la experiencia, en un entorno histórico en pleno corazón de la ciudad. En pleno otoño y con los primeros fríos llegando a la capital, el Restaurante Botín, reconocido como el más antiguo del mundo y uno de los grandes referentes de la gastronomía madrileña, propone un recorrido por algunos de sus platos de temporada más emblemáticos. Recetas con los aromas de un horno donde se ha cocinado parte de la historia de la ciudad, la calidez del fuego lento y los sabores de la cocina de siempre.
Pocos comienzos resultan tan reconfortantes como una sopa de ajo con huevo y jamón o un delicado caldo de ave casero, perfectos para entrar en calor. Las alcachofas o las setas de otoño salteadas con jamón son también opciones ideales como entrante te temporada. Y si la idea es probar y compartir, Botín propone algunos de sus clásicos más emblemáticos, como los callos a la madrileña o las manitas de cochinillo rebozadas.
En el apartado de platos principales, sus célebres corderos lechales y cochinillos asados siguen siendo los grandes protagonistas del horno de la casa, con leña de encina, que no se ha apagado en 300 años. A ellos se suman otras reconfortantes opciones como la cazuela de pescados o el bacalao con salsa de tomate y ñora o la perdiz estofada, que también reflejan la esencia de la cocina castellana.
“En Botín, cada temporada tiene su propio sabor, y el otoño es tiempo de guisos y platos que reconfortan y mantienen la tradición madrileña”, afirma José González, director y miembro de la familia propietaria del restaurante.
El dulce toque final de una comida o cena en Botín lo ponen los postres de siempre: el arroz con leche, meloso y aromático, o la tarta de queso de la abuela, dos clásicos que resumen la sencillez de la cocina casera.
Con estas propuestas, Botín invita a disfrutar de los sabores de otoño en el Madrid más castizo, combinando la esencia de la cocina tradicional con la historia, las costumbres y el placer de compartir mesa. Situado a escasos pasos de la Plaza Mayor, el restaurante ha sido testigo de numerosos momentos históricos y ha acogido durante generaciones a ilustres personajes desde Quevedo a María Dueñas.
