Por Javier Resina.
La Navidad en América Latina es una celebración vibrante que combina raíces religiosas profundas, costumbres indígenas ancestrales, música festiva y una gastronomía que despierta recuerdos y emociones. Cada país atesora sus propias particularidades, pero todos comparten un mismo hilo conductor: el espíritu comunitario, la alegría desbordante y la fe. Viajar por Latinoamérica durante estas fechas es sumergirse en un universo cálido, colorido y profundamente humano.
México: posadas, luces y tradición
En México, las celebraciones navideñas comienzan el 16 de diciembre con Las Posadas, una tradición que recrea el peregrinaje de María y José en busca de refugio. Cada noche, hasta el 24 de diciembre, niños y adultos recorren las calles con velas y cánticos, culminando en reuniones familiares que incluyen piñatas, ponche caliente, tamales y buñuelos.
Las ciudades mexicanas se transforman con decoraciones luminosas: estrellas brillantes, guirnaldas, nacimientos monumentales y jardines iluminados. En estados como Michoacán, la “Noche de las Luminarias” viste las calles con faroles y velas, creando un paisaje casi mágico.
En Guanajuato, el espíritu navideño se vive intensamente. Su arquitectura colonial y sus callejones se llenan de luces durante Luztopía, un espectáculo de esculturas luminosas que atrae a familias enteras. El Parque Bicentenario y el belén frente al Templo Expiatorio se convierten en paradas obligatorias.
Oaxaca, por su parte, es sinónimo de tradición culinaria y creatividad popular. Durante diciembre, la ciudad huele a tamales, chocolate caliente y pan de yema. Además, el 23 de diciembre se celebra la fascinante Noche de Rábanos, un festival único en el mundo donde artesanos elaboran esculturas talladas en rábanos, frutas y tubérculos, creando una explosión de color y originalidad.
Perú: espiritualidad andina y herencia colonial
En Perú, la Navidad es una de las festividades más esperadas. La celebración combina influencias indígenas, herencia colonial y costumbres modernas, dando como resultado un repertorio cultural diverso y conmovedor.
Durante todo diciembre, las familias se preparan para la Nochebuena con villancicos, elaboración de nacimientos hechos a mano, adornos tradicionales y platos emblemáticos como el pavo, el panetón y el chocolate caliente.
En la histórica ciudad de Cusco, la Navidad adquiere un carácter especial con el célebre Santurantikuy, una feria artesanal que se celebra cada 24 de diciembre en la Plaza de Armas. Allí, artesanos de comunidades quechuas ofrecen tallas en madera, cerámicas, textiles y figuras para el pesebre. Los villancicos en quechua resuenan entre calles adoquinadas, envolviendo la ciudad en un ambiente profundamente emotivo.
En las zonas rurales, las festividades suelen incluir danzas tradicionales, misas del gallo y celebraciones comunitarias que refuerzan los lazos entre vecinos y familias.
Colombia: luces, música y devoción colectiva
En Colombia, la Navidad está marcada por la alegría contagiosa de sus tradiciones. La temporada comienza oficialmente el 7 de diciembre, con el Día de las Velitas, una celebración que da la bienvenida al periodo navideño. Calles, plazas y balcones se iluminan con velas y faroles, creando un paisaje luminoso que simboliza la esperanza y la fe.
Los alumbrados navideños se han convertido en un sello del país. Ciudades como Medellín y Villa de Leyva sorprenden cada año con elaboradas instalaciones de luces, espectáculos y ambientaciones que atraen a miles de visitantes.
Otra tradición profundamente arraigada es la Novena de Aguinaldos, que tiene lugar del 16 al 24 de diciembre. Familias y amigos se reúnen alrededor del pesebre para rezar, cantar villancicos al ritmo de panderetas y maracas, y compartir buñuelos, natilla y empanadas. Más que un ritual religioso, la novena es una celebración del encuentro y la unión familiar.
En muchas localidades, especialmente rurales, la Navidad incluye festivales, procesiones, bailes tradicionales y ferias artesanales que enriquecen aún más las festividades.
Un continente que celebra con el corazón
La Navidad en Latinoamérica no es solo una fecha: es una experiencia sensorial y emocional en la que se fusionan siglos de historia, fe popular y creatividad cultural. Desde las posadas mexicanas hasta los alumbrados colombianos, pasando por los mercados artesanales de Cusco, el continente transforma diciembre en una fiesta de luz, música y tradición.
Viajar por América Latina en esta época es descubrir su alma: cálida, espiritual y profundamente humana. Una Navidad vivida aquí deja recuerdos imborrables y la sensación de haber sido parte de algo auténtico y universal.

