Redacción
El pueblo de Bélmez de la Moraleda, en la provincia de Jaén, España, se convirtió en un centro de atención mundial a principios de la década de 1970, cuando la casa de la familia Pereira empezó a manifestar un fenómeno inexplicable: rostros que aparecían en el suelo de hormigón. Este caso, conocido como «Las Caras de Bélmez«, es uno de los fenómenos paranormales más estudiados y controversiales de la historia.
El origen del misterio
El 23 de agosto de 1971, María Gómez Cámara, la dueña de la casa, descubrió una mancha en la cocina que, al intentar limpiarla, se parecía cada vez más a una cara. Asustado, su hijo, Miguel Pereira, rompió el suelo para eliminar la imagen, pero pocos días después, una nueva figura, aún más nítida, apareció en el mismo lugar.
Con el tiempo, no solo la cara inicial regresó, sino que también comenzaron a aparecer nuevas figuras en el suelo de la cocina y de otras partes de la casa. Lo más desconcertante era que las caras, que incluían rostros de hombres, mujeres y niños, no eran estáticas. Con el paso de los días, cambiaban de expresión, se movían ligeramente, e incluso algunas desaparecían para dar lugar a otras.

La intervención de la ciencia y el escepticismo
El fenómeno atrajo la atención de la prensa, los parapsicólogos y, finalmente, las autoridades. El ayuntamiento de Bélmez decidió proteger el lugar, cubriendo las «teleplastias» (como los parapsicólogos llamaron a las caras) con una capa de cristal. Además, se tomaron muestras del material del suelo y se selló la casa, con el fin de descartar cualquier manipulación o fraude.
A pesar de las precauciones, el escepticismo nunca desapareció. La teoría principal de los escépticos sostiene que las caras son un fraude, pintadas con algún tipo de sustancia que se oxidaba o reaccionaba con la humedad del suelo. Sin embargo, los análisis químicos realizados en el hormigón no pudieron confirmar la presencia de ningún tipo de pigmento.
A lo largo de los años, se han propuesto varias teorías, desde fenómenos «teleplásticos» donde la energía psíquica de María Gómez Cámara imprimía las imágenes en el suelo, hasta la hipótesis de que las caras eran manifestaciones de almas en pena que buscaban comunicación.
El legado del misterio
María Gómez Cámara falleció en 2004, pero el fenómeno continuó. Las caras, aunque más apagadas, siguen siendo un punto de interés para muchos investigadores y turistas. Aunque el misterio de las Caras de Bélmez sigue sin resolverse, su legado persiste como uno de los casos paranormales más intrigantes de la historia moderna, desafiando a la ciencia y la razón.
El debate sobre si son un engaño o un auténtico fenómeno paranormal sigue abierto. ¿Qué te parece esta historia?

