Por Sandra Cuenca/ Fotos: Atresmedia y M.F.
Miguel Fernández, una de las caras más prometedoras de la nueva generación de actores en España, nos habla sobre la responsabilidad de retomar ‘Física o Química’, su amor por el teatro y la importancia de mantener los pies en el suelo cuando los focos se encienden.
A veces, las decisiones más importantes de la vida se toman sin saberlo. Para el actor Miguel Fernández, el camino hacia la interpretación no fue una revelación, sino una casualidad escolar. «Me apunté a un curso de teatro en mi colegio sin ningún tipo de interés más allá de probar algo nuevo«, confiesa con la honestidad de quien recuerda sus inicios con cariño. Lo que empezó como una actividad extraescolar terminó convirtiéndose en una pasión absoluta que le llevó a escuelas más especializadas y, finalmente, al mundo profesional. «Me enamoré de poder poner voz a personajes que no existen o que sí habían existido. Tuve la suerte de encontrar algo que quiero que se quede conmigo para siempre«.
El reto de ser «la nueva generación»
Formar parte del regreso de Física o Química no es una tarea sencilla. La serie original marcó a toda una generación y las comparaciones son inevitables. Miguel, que interpreta a Jon en esta nueva etapa, no oculta el peso que esto supone: «Ha sido un honor muy grande y, en cierta manera, también una responsabilidad. El legado es muy grande y llenar esa huella ha sido complicado«.
Sin embargo, el actor destaca que esta nueva versión ha sabido encontrar su propia voz, tratando temas que antes no estaban normalizados. «Estamos dando voz a problemas que la serie original no daba, no porque no existiesen, sino porque no se les había dado voz«. Y todo ello, sin perder un ingrediente vital: el humor. «Es muy importante no perder el humor; la serie consigue mezclarlo con el dramatismo de una manera muy simpática«. Respecto a su personaje, Miguel reconoce haberse llevado una lección personal de Jon: «He aprendido a estar más presente con la gente que me rodea«.
Cine, televisión y el sueño del escenario
Aunque el gran público le ha conocido a través de la pequeña pantalla, Miguel ya ha dejado su huella en el cine con títulos como Calladita y su reciente trabajo en Normas para una página de sucesos. En este último rodaje, pudo experimentar el contraste de ritmos entre la televisión frenética y la calma del séptimo arte. «El cine tiene algo que me gusta mucho: trabajar con tranquilidad. Pude trabajar por primera vez con un ‘adulto’, con Raúl Prieto, y salí del instituto ficticio«, bromea.
Pero si hay algo que Miguel ansía ahora mismo, es pisar las tablas de un escenario profesional. A pesar de haberse formado en arte dramático, el teatro sigue siendo su asignatura pendiente y su gran deseo actual: «Me gustaría hacer de todo, pero ahora mismo concretamente te diría que me gustaría hacer teatro además de cine«.
Cuando le pregunto al actor con que director o directora, español o internacional, le gustaría trabajar, no duda en su respuesta, «Pues yo creo que lo tengo bastante claro, con Alauda Ruiz de Azúa, porque creo que de mayor voy a recordar su filmografía como la que marcó mis inicios en esta profesión y además, creo que ahora está preparando cosas nuevas, me encantaría trabajar con ella«, reconoce el actor.
Humildad y «vías de escape»
En una profesión donde el éxito puede ser tan efímero como embriagador, Miguel tiene claras sus prioridades. El mejor consejo que ha recibido no viene de un gran gurú de la industria, sino de sus raíces. «Mis padres y abuelos me inculcaron tener una vía de escape. No un plan B, sino algo a lo que dedicar mi mente y en lo que formarme cuando los actores no trabajamos«. Esta formación universitaria y el apoyo familiar son, para él, la clave para mantener la humildad: «En esta profesión puedes subir socialmente a niveles que en otras no, por eso es tan importante recordar la humildad«.
Balance y mirada al 2026
Al echar la vista atrás sobre los últimos meses, el actor se muestra satisfecho con su evolución interna. «Personalmente ha sido un año muy enriquecedor. Siento que como persona he crecido mucho y estoy viviendo cosas maravillosas por primera vez«, confiesa.
El futuro cercano de Miguel está ligado al pupitre y a los pasillos del Zurbarán. Con la segunda temporada de Física o Química confirmada y el inicio de rodaje previsto para la primavera de 2026, el actor tiene un solo deseo profesional: «Seguir teniendo trabajo y poder dedicarme a esto siempre«. Si algo queda claro tras charlar con él, es que Miguel Fernández no solo tiene el talento para triunfar, sino la cabeza necesaria para disfrutar del viaje sin perderse por el camino.

