Por La madre imperfecta
¡Ay, mi querida mami con ganas de «justicia escolar»! Tu pregunta es el pensamiento prohibido que ha cruzado la mente de toda madre (y padre) al menos una vez en la puerta del colegio. Entiendo perfectamente esa urgencia de «abofetear a la madre pija del colegio de mi hija«. ¡Bienvenida al club de las Madres con Autocontrol (y un poco de Fantasía Violenta Inofensiva)!
Mira, esa «madre pija» es como un personaje de película de Hollywood: siempre impecable, con el coche recién lavado, el pelo perfecto y una sonrisa que parece decir «mi vida es un anuncio de cereales». Y claro, tú, con las ojeras de no dormir, la mancha de café en la camiseta y el pelo de «me he levantado hace cinco minutos», sientes que la vida es injusta. Esa sensación de querer abofetearla no es maldad; ¡es pura frustración acumulada!
¿Por qué te dan ganas de abofetearla?
Porque ella representa todo lo que la culpa maternal te susurra que no eres: la perfección, el orden, la riqueza (o al menos la apariencia de ella). Es como si te mirara y dijera sin palabras: «Mira mi vida perfecta, ¿la tuya no es así? ¡Qué pena!«. Y claro, tu cerebro, agotado y estresado, responde: «¡Te voy a dar una lección de humildad a mano abierta!«.
El Veredicto de una Mala Madre para tus impulsos (con humor, claro)
Es una Fantasía Inofensiva: Tranquila, no eres una sociópata. Esos impulsos son como los que tenemos de gritarle al televisor cuando nuestro equipo pierde. Es una válvula de escape mental, un pequeño desahogo para tu cerebro cansado. ¡No la vas a abofetear de verdad! (Espero).
El «Efecto Espejo«: A veces, lo que nos molesta del otro es un reflejo de nuestras propias inseguridades. ¿Te sientes tú «menos» por no ser tan «pija» o perfecta? Quizás el problema no es ella, sino la presión que tú misma te pones.
La «Técnica del Ignorado Magnífico»: La mejor bofetada es la indiferencia. Sonríe con superioridad (interna, claro), saluda con un asentimiento de cabeza y pasa de largo. Ella está en su película, tú estás en la tuya. Y la tuya tiene más acción y menos presupuesto en tintorería.
El «Poder del Café y la Amiga»: Cuando sientas esa rabia, en vez de visualizar la bofetada, visualiza un café con tu mejor amiga. Desahógate con ella, ríanse de las «madres pijas» y de las locuras del colegio. ¡Es mucho más terapéutico y no te lleva a la comisaría!
Recuerda el «Detrás de Escenas»: Esa madre pija, con su perfección aparente, probablemente también tiene sus dramas: un hijo que no le hace caso, un marido que no la ayuda, una hipoteca que la ahoga. Nadie es perfecto. Su brillo exterior puede ser solo eso: una capa de barniz.
Así que, mi querida mami, respira hondo. No eres una mala persona por tener esos pensamientos. Eres una madre real, agotada y sometida a la presión social. Deja que tus fantasías violentas se queden en tu cabeza (donde son inofensivas) y concéntrate en lo que realmente importa: tu hija, tu bienestar y, si es posible, ¡encontrar un café decente antes de que empiece la jornada escolar!