Por Sandra Cuenca
Tony Isbert ha fallecido a los 74 años en su casa de Santander
Esta mañana me he levantado con la noticia del fallecimiento de Tony Isbert, no pensé que se iría tan pronto. Tan solo hace unos días, el pasado 8 de febrero, recibía un WhatsApp suyo, felicitándome por mi cumpleaños. Como otras muchas veces, le pregunté cómo estaba, porque Tony llevaba muchos años luchando contra un cáncer y tenía claro que nunca abandonaría la batalla, «igual, estoy igual» me contestó, por lo que como muchas otras veces me quedé tranquila. Siempre admiré su capacidad de resistencia durante estos últimos años, jamás le oí quejarse, nunca, tenía aceptado que tarde o temprano esa enfermedad se lo llevaría, pero como él siempre decía: «No me voy a rendir, no lo haré nunca«.
Hace un año llamé a Tony, me apetecía hacerle una entrevista, siempre me pareció, además de un gran actor, una persona maravillosa. Me dijo que sí, y para mi aquella entrevista fue un antes y un después en mi relación con él. Conocí a Tony cuando yo empecé a trabajar en prensa, allá por el año 1993, mi padre, Antonio Cuenca, tenía una muy buena relación con Tony, por que además, la prensa siempre le quiso mucho. En aquella entrevista me habló de muchas cosas: de su carrera, de su juventud, de su abuelo, de su madre…y de su enfermedad. Entre los dos, decidimos no centrar aquella conversación en su estado de salud, estaba pasando por un momento muy duro y no le importaba que la gente lo supiera, pero tenía muchas más cosas que contarme. Desde ese día, de vez en cuando me mandaba mensajes al móvil, solo para preguntarme como estaba mi padre y cómo estaba yo, además de contarme sus cosas.
¿Qué ha sido lo más importante que te ha enseñado esta profesión? le pregunté en aquella entrevista y Tony me contestó: «El darme cuenta, con el tiempo, que lo que he generado ha sido simpatía y cariño a la gente y ellos me lo han devuelto con creces, para mí eso no tiene precio. Los premios que te van dando, a lo largo de tu carrera, están ahí, pero creo que hay cosas más importantes«. Simpático, cariñoso y muy buena gente, eso es lo que era Isbert, por lo que sé que jamás seremos capaces de olvidarnos de él.
Desde Diario Más Noticias le mando un abrazo enorme allá donde esté y quiero darle las gracias por su amistad y cariño. Gracias Tony por no perder la sonrisa nunca, ni en esos momentos en los que no tenías fuerzas para hablar, gracias por enseñarme lo que es luchar día tras día contra una enfermedad como el cáncer y gracias por demostrarme que en la vida, aunque los momentos malos existen, sonreírle es lo más bonito que podemos hacer por nosotros mismos y por los que tenemos alrededor. Descansa en paz.
Os invito a leer la entrevista que le hice hace un año, descubriréis quien era Tony Isbert.