Texto: Celia Albizu
Albacete, la ciudad más poblada de toda Castilla La Mancha, cuenta con unos 174 300 habitantes. Esta resulta ser una capital moderna que tiene tanto parques, museos y monumentos; como con una gran vida nocturna. Por esto escribió Azorín en su poema “El Nueva York de La Mancha”
Si damos un paseo por sus calles, podemos comenzar viendo el Pasaje de Lodares, una galería comercial de arquitectura modernista diseñada “al estilo italiano” en 1925 que tiene una cubierta de hierro y vidrio. Su altura es de tres pisos y las columnas de estilo renacentista separan los distintos locales. También podemos ir a la Posada del Rosario, donde ahora se halla la oficina de Turismo. Este edificio del siglo XVI consta de elementos góticos, mudéjares y renacentistas y tiene un patio interior de paredes blancas.
En cuanto a la arquitectura religiosa, tenemos la Catedral de San Juan Bautista de Albacete, construida en el siglo XVI, de estilo renacentista mezclado con estilos neorrománticos y neogóticos. En su interior se encuentra una capilla dedicada a la Virgen de los Llanos y alberga grandes óleos pintados sobre lienzo de Casimiro Félix Escribá.
Además, si nos centramos en el patrimonio artístico, no puede faltarnos una visita al teatro-circo, el único de España declarado de interés cultural. Este teatro-circo destaca porque su cúpula representa el cielo nocturno con estrellas y constelaciones.
Tras ver estos lugares podemos hacer una pausa en nuestro recorrido para comer. En el restaurante Los Chopos, por ejemplo, probaremos platos típicos de la gastronomía albaceteña como las atascaburras o los gazpachos manchegos. Tenemos también la opción, si visitamos la ciudad en temporada de calor y feria, de tomar algo por el paseo de La Feria, en sus diversas tascas. En estas casetas se pueden probar más platos tradicionales de Albacete como el forro.
Después de una buena comida, para descansar y pasear podemos ir a uno de los numerosos parques y jardines con los que cuenta la ciudad. El Parque de Abelardo Sánchez puede ser un buen lugar para relajarse y desconectar. Situado en el corazón de Albacete, en él se pueden observar diversas fuentes, estanques y esculturas; se puede tomar algo en una terraza o se puede visitar el Museo Provincial de Albacete.
Si tras nuestro descanso queremos seguir empapándonos de cultura, podemos ir al Museo Municipal de la Cuchillería, que está en un palacete de principios del siglo XX, la Casa del Hortelano. En él encontramos una colección de la cuchillería local, en honor a la industria que destaca en la provincia. Además, de vez en cuando, se celebran exposiciones que engloban la cuchillería de distintas partes del mundo. Para terminar el día podemos tomar algo en la plaza ajardinada del Altozano, una de las más famosas y donde se encuentra el Antiguo Ayuntamiento y el Banco de España. En esta histórica plaza se producen distintas actividades culturales, manifestaciones, etc. Si se prefiere algo más de actividad nocturna, estamos en el lugar indicado, porque el ocio resulta una de las señas de identidad de Albacete. Destaca “la zona”, el nombre que le dan los albaceteños a las calles más vivas de la ciudad: la calle Concepción y la calle Tejares. Estas destacan por sus bares y por la cantidad de gente que se reúne en ellas.
Si tenemos la suerte de visitar la ciudad entre el 7 y el 17 de septiembre, podremos divertirnos en la Feria de Albacete en honor a la Virgen de los Llanos. En esta celebración nos encontramos con un solo recinto donde se puede disfrutar conciertos, puestos de comida, barracas, etc. Otra fiesta muy especial en Albacete es la Tamborrada de Hellín, momento en el que las calles se llenan de tambores, túnicas negras y pañuelos rojos y negros atados al cuello.
Esta moderna y alegre ciudad nos propone muchos planes, todos ellos distintos, adaptándose a todos los gustos: parques y jardines, gastronomía, ferias, monumentos, museos, ocio… Albacete es una ciudad que merece la pena visitar y que no deja de sorprender a todos los viandantes que recorren sus calles.
