miércoles, mayo 8, 2024

«Azafrán», el autentico sabor de La Mancha está en Villarrobledo

Texto: M.O. / Fotos: Azafrán

Cada día que paso por la provincia de Albacete, descubro una maravilla más. ¡Qué poco favor le hace el maldito refrán a esta provincia! Sin duda alguna, es una de las ciudades más desconocidas y, sin embargo, con más atractivos para quedarse a disfrutar. Por ejemplo, un consejo,  nunca pasen de largo al llegar a Villarrobledo, todo lo contrario, tómense tu tiempo y pidan mesa en Azafrán, uno de los restaurantes donde mejor y más satisfactoriamente se puede probar el auténtico sabor de La Mancha.

¿Cuál es la primera impresión que uno recibe al pasar por las puertas de Azafrán? Tranquilidad y sonrisas. Y es que para Teresa Gutiérrez, Chef y propietaria del restaurante, es muy importante que “el cliente se sienta como en casa”. Su equipo, todo formado por mujeres, tiene la facultad de empatizar con los comensales desde el primer momento. “Hay que tomarse la molestia de explicar al cliente, con un lenguaje entendible y cercano -sin llegar a pasar los límites del tú-, qué es lo que va a pasar desde que se sientan en la mesa”, aclara.

Para empezar, qué mejor que degustar la variedades de panes. En Azafrán el pan, ese alimento que vemos como un simple acompañamiento, toma tanto protagonismo como el mejor de los platos. “El pan es tan importante como la carta de Vinos. No es algo más que se pone en la mesa, no. Hay que darle la importancia que merece. Intentamos que los clientes sepan por qué un pan es bueno o no, porque tiene la corteza tan crujiente o porque su miga es más o menos densa. Nos gusta dar estas explicaciones porque es muy importante transmitir lo que sabemos y que salgan sabiendo algo nuevo. Es una la forma de mantener la tradición y las cosas bien hechas”, dice la Chef.

Con ese mismo objetivo, mantener la tradición de la gastronomía manchega, Teresa escogió el nombre del restaurante en 2008: “Quería que tuviera un nombre que se identificara con nuestra tierra y, por supuesto, el azafrán es una especia muy manchega, la flor es preciosa, aporta un sabor único y un toque de elegancia a los platos,  y es un producto muy local, por lo que el nombre de Azafrán era perfecto”. Es cierto, no podía haber un nombre mejor y que más encajara en su menú. Lo podemos saborear tanto en el pan de azafrán como en los postres. “Ser embajadora de la Denominación de Origen Protegido Azafrán de La Mancha me ha permitido no sólo divulgar las propiedades del producto, uno de los mejores del mundo, sino también aprender mucho más sobre él. Siempre que hablamos de azafrán pensamos que es muy caro, pero con muy poco se puede elevar mucho la calidad de un plato, por su sabor y aroma, sin perder la esencia del resto de los ingredientes. Por ejemplo, una paella. Para hacer una paella para cuatro personas se necesitan gastar 45 céntimos de euro en azafrán, muy poco, pero el sabor de esa paella será único”.

Miro la carta y me sorprende ver la variedad en la oferta, pero sobre todo, que mi bolsillo no se va a resentir. Hay distintos menús, Menú Azafrán (20€), Menú Degustación (48€, maridaje aparte, unos 16€), Menús para grupos, a partir de 6 personas, y que pueden variar desde los 32€ por persona hasta los 65€, sin olvidar Menú infantil que puede oscilar alrededor de los 25€ e incluye chuches. Me alegra comprobar que entiendo todo lo que ponen en la carta, así evito preguntar ¿y esto qué es? Migas de vendimia con sardina, cortezas caramelizadas, torreznos a la brasa con pisto manchego, alcachofa rellena y escabeche en verduras, cordero manchego, lomo de orza con alioli que me dice es una receta de su abuela, asadillo manchego de berenjena a la brasa con sardina ahumada, croquetas atascaburras con pan de ajo tostado, verduras y más verduras, pescados… Mmm, todavía no he pedido y ya estoy salivando. De momento, empezaré por una tabla de quesos manchegos, los mejores de la zona. Lo que sí tengo claro es que, con el calor que hace, una zurra casera con airén, una uva también de la tierra, no estaría mal, aunque es tal vez muy dulce para iniciar esta aventura gastronómica, compruebo que en la carta de vinos hay una gran selección de las 21 regiones vitivinícolas que existen en Castilla-La Mancha. Mejor dejarme aconsejar.

En mi cocina –me cuenta- no invento nada, no quiero inventar platos. Me baso en los sabores tradicionales de La Mancha. Para mí es muy importante que la gente reconozca esos sabores que le trasladan a la infancia, que los aromas les evoquen gratos recuerdos y personas queridas. Huyo de los sabores saturados, sólo en los postres hago cosas más elaboradas y llamativas. Quiero que las personas que vengan a comer, quieran volver a probar esta experiencia con nosotras”.

Después de probar las “galguerías”, la única palabra que desconozco de la carta, enseguida me explican que hemos llegado a la parte más dulce para acabar este cúmulo de sensaciones, tengo que reconocer que volveré. Pero déjenme que les hable de esas galguerías. Me he decantado por raviolis de piña, lima-limón. Sin palabras. Lo dicho, el restaurante Azafrán en Villarrobledo (Albacete) es el lugar perfecto para hacer un alto en el camino y donde está claro que la cocina manchega es la protagonista absoluta. Al salir me entero de que también puedo hacer un “Regalo Azafrán”, desde una maravillosa “cesta repleta de productos caseros”, hasta el menú sensaciones con el que sorprender a tu pareja o ser querido, la “Experiencia Azafrán”, o darme el capricho “Deluxe”, para esa ocasión tan especial. Si queréis vivir de este maravilloso viaje gastronómico por La Mancha de la mano de Teresa Gutiérrez:

http://www.azafranvillarrobledo.com

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