Redacción
CHO Yea Jae y Busán, su ciudad de origen en Corea, tienen muchas cosas en común. Ambas son dinámicas, apasionadas, cosmopolitas y han aprendido a convivir en armonía con la naturaleza. Artista multicultural, su obra está llena de contrastes, reflejo de su influencia por la dualidad entre Oriente y Occidente
En 1994 se instaló en Hong Kong, donde estableció su primer taller de pintura y participó en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Más de dos décadas y diez mil kilómetros después, CHO Yea Jae se traslada a Barcelona, donde establece su propio estudio en la ciudad costera de Sitges.
Con el tiempo, su vocación se acabó convirtiendo en su profesión y forma de vida. Siempre quiso ser artista, sabía que había nacido para serlo: “Era feliz cada vez que creaba algo, ya sea escribiendo, actuando, bailando, pintando o dibujando, buscaba expresar mis sentimientos y mis propios pensamientos”.
La naturaleza y la filosofía como fuentes de inspiración
Sus obras demuestran que es una artista conceptual, contemporánea y multicultural con un profundo interés por la filosofía, la sociedad y el medioambiente. Es por ello que algunas de sus creaciones comparten un mensaje con el mundo, basado en sus propias experiencias, la cultura y el arte o el propio entorno que la rodea, la naturaleza, las personas o la humanidad, en su concepto más amplio. Sin embargo, sus pinturas también buscan el disfrute del propio espectador, brindándole la oportunidad de tomarse un descanso de este agitado mundo y compartir un momento de abstracción.
La filosofía asiática oriental, concretamente el Budismo y el Confucionismo, se ha convertido en una fuente de inspiración recurrente en su trabajo. “La filosofía, la psicología y la ciencia me ayudan a comprender los fenómenos de forma lógica y racional. El arte y la filosofía están más relacionados entre sí de lo que creemos. El arte necesita un punto de vista filosófico para adquirir una mayor profundidad, mientras que la filosofía necesita una flexibilidad artística para pensar y abrirse al exterior”, sostiene la artista.
Una visión empática del mundo que se traduce en un proyecto artístico en constante evolución. Sin embargo, su trabajo no se limita únicamente a observar el mundo, ya que para Yea Jae la investigación y el desarrollo de nuevas técnicas, texturas, pinceladas o la búsqueda de colores más duraderos son una parte fundamental de su proceso creativo.
“Ready to Open” (2011) es una serie de cuadros que reivindica la belleza y la fortaleza de la humanidad desde la esperanza. A partir de este mensaje, la artista contempla un mundo en plena transformación desde una perspectiva optimista y compasiva.
Esta colección también plasma su faceta más personal, ya que nace después de que Yea Jae pasara por un largo período de su vida en el que necesitaba sentir esa esperanza más que nunca. De hecho, crear “Ready to Open” fue un verdadero trabajo de valentía y paciencia para ella. Durante este proceso creativo, tuvo que realizar un tortuoso viaje a través de su mente y alma.
CHO Yea Jae se concentró en los colores para expresar mejor sus deseos. “Con cada obra quiero expresar lo mejor de mí misma, cada una tiene su propio propósito, su propia vida y la expresión de un sentimiento concreto. Aunque, aparentemente, los cuadros puedan parecerse entre sí, si se miran de cerca se encuentran matices diferentes, impregnados de un sentimiento único”, afirma la artista.
En “Ready to Open” la gama cromática se centra en el negro, el gris y el blanco para aportar simplicidad y dar mayor protagonismo a las líneas, formas y texturas. La fuerza, la gracia, la sensualidad y la sabiduría femenina se ven representadas con una absoluta fluidez.