Texto: Paloma Belén García del Vello Moreno
Las ganas de viajar, de observar y de ver mundo cargan las baterías de nuestros corazones; cuanto más mayor nos hacemos, más me doy cuenta de lo importante que es caminar y ver nuevas cosas, a veces hasta me da miedo pensar que se podría acabar eso de aprender. Últimamente se hace mucho eso de viajar, se puso de moda hace unos años cuando algún loco soñador nos enseñó eso de increíble que tiene el ser viajero. El mundo guarda muchos enigmas y secretos pero los secretos están más cerca de lo que creemos. A veces no prestamos atención y pensamos que todo lo que merece la pena ver está al otro lado del mundo.
Últimamente le estoy cogiendo gusto a eso de viajar por España ya que hay muchas zonas que no he tenido el gusto de contemplar todavía. Mi próximo viaje lo haré a Cuenca que se encuentra en Castilla-La Mancha, muy cerquita de Madrid. La ciudad fue conquistada por Alfonso VIII con 22 años. Los españoles conocen Cuenca por ser una ciudad muy noble y leal, por el nombre que le puso Enrique IV al ser servido por esta ciudad y recibió el nombre de Fidelísima y Heroica por su papel en la Guerra de Sucesión.
Como ya sabéis, durante un largo periodo de tiempo la península ibérica fue parte del imperio romano, pero el esquema poblacional romano se amplió con las invasiones bárbaras. Fue con la invasión musulmana cuando empieza a aparecer constancia de que Cuenca tenía habitantes. Cuenca es una ciudad con una gran historia de batallas y enfrentamientos, ya que es de las zonas estratégicas más importantes. Una de las cosas más llamativas de la ciudad es su escudo con un campo de gules, así se denomina el rojo intenso, y encima le compone un cáliz de oro con una estrella de ocho puntas de plata.
La ciudad de Cuenca se divide en dos zonas bien diferenciadas: la ciudad antigua y la ciudad nueva. La ciudad antigua está situada sobre un cerro rocoso formado por las hoces del río Júcar al norte. En la parte baja de la ciudad antigua, en el puente de San Antón desemboca el afluente del río Júcar que es el río Huécar. Cuenca, capital desde 1833 se haya erigida entre la Hoz de estos dos ríos. Sin embargo, se pueden encontrar restos de otras culturas y períodos históricos en la actual turística ciudad. Su clima es mediterráneo y el árbol más común es el pino albar, laricio y rodeno. En cambio cerca del río verás álamos, olmos y sauces. Cuenca es una ciudad que se ha mantenido en sintonía con la naturaleza que la rodea. Se puede observar la belleza que la eleva gracias a las zonas verdes y los parajes naturales que la rodean, así como por la naturaleza que cohabita con la ciudad.
El Casco Antiguo de esta magnífica ciudad fue declarado Patrimonio Cultural por la UNESCO el 6 de diciembre de 1996. En él se puede ver el reflejo del paso del tiempo y los cambios que ha habido en la ciudad. El primer edificio que se lleva todas las miradas es la Catedral, en la plaza Mayor, conocedora de los cambios arquitectónicos de la ciudad, puesto que se puede observar en ella el estilo románico, el gótico y el neo-gótico, lo que le confiere de una silueta y caracterización únicas.
La estación de Cuenca se inauguró en 1883, cuando se completó el tramo que la unía con Aranjuez y, desde allí, con Madrid. Es una ciudad amurallada, fue declarada Ciudad Patrimonio mundial por la Unesco. Por su historia, Cuenca mantiene en su interior una abundante y rica arquitectura religiosa la Catedral de Cuenca que es el templo principal, el Palacio Episcopal que está adosado a la catedral por el lado sur, la Iglesia de San Andrés del siglo XVI en la Calle del Peso, nº 0, la Iglesia de San Miguel muy cerca del río Júcar se alza sobre una plataforma este antiguo templo católico; la Iglesia de San Nicolás que lleva desde el siglo XV construida, la Iglesia de San Pedro creen que se construyó con tres naves y una torre a los pies en la parte más alta de la ciudad después de que Alfonso VIII lo conquistase; la Iglesia de Santa Cruz que está fabricada con mampostería y cubierta de madera; la Parroquia de El Salvador que fue construida como símbolo del crecimiento en el barrio gracias a que se llevó agua a la ciudad, y por ello se puso una fuente en la puerta de la iglesia; también puedes ver las ruinas dela Iglesia de San Pantaleón que fue un templo católico; la Iglesia de la Virgen de la Luz también llamada San Antón, es un albergue de la patrona de la ciudad, la preside una Virgen Negra, y tiene un estilo gótico religioso; y por último la Ermita de la Virgen de las Angustias se trata de una pequeña edificación apartada del casco urbano, está estrechamente relacionada con la Semana Santa conquense. Y obviamente también podrás ver todos sus monasterios y conventos, que no son pocos.
La Semana Santa de Cuenca reclamaba un espacio museístico, por eso, hace 14 años la Junta de Cofradías de la capital se encargó de ello. El museo recoge 150 piezas, reúne distinta documentación de siglos pasados: libros de constituciones, manuscritos y bocetos del puño y letra de imagineros y escultores que colaboraron en el renacimiento de la Semana Santa. Naturalmente el soporte y el alma mater de este museo es la propia ciudad de Cuenca. El evento religioso más importante de la ciudad es La Semana Santa y sus procesiones empiezan el Domingo de Ramos con la entrada de Jesucristo en Jerusalén, visitan las siete iglesias en Jueves Santo, y en Viernes Santo recuerdan la crucifixión de Cristo. Las turbas es una parte esencial de la procesión del Camino del Calvario que se celebra en la madrugada, es la procesión más conocida y rememora la burla que sufrió Jesús cuando fue camino del monte Calvario, también se conoce como la procesión de los borrachos. También podrás ver otras procesiones como la del Señor de la Pasión, procesión de la Paz y Caridad que se celebra en Jueves Santo, la procesión del Santo Entierro que es un desfile religioso penitencial en Viernes Santo, la procesión del Duelo y la procesión del Encuentro.
En Cuenca puedes encontrar otros lugares de interés turístico, uno de ellos son las Casas Colgadas, uno de los lugares más visitados de la zona por su belleza y simpatía. La Torre de Mangana de 28 metros de altura y con un reloj en la parte alta de la torre o las Ruinas del Castillo que fue una fortaleza de origen árabe, son otros puntos que no deberíamos perdernos, e incluso, a este último, se pueden hacer visitas nocturnas y los fantasmas del pasado te contarán su historia. En sus alrededores se puede visitar la Ciudad Encantada, un paraje natural español de gran popularidad por sus curiosas formaciones rocosas.
Esta increíble ciudad no sólo celebra la Semana Santa sino que se enriquece con montones de fiestas populares para llenar de vida la hermosa ciudad: Celebra el día de los Santos Inocentes con una gran variedad de disfraces que se organizan como un desfile en el que generalmente se recrean los hechos y personajes internacionales y nacionales más importantes del año anterior; el Carnaval lo celebran con agua y lo disfrutan con música y danzas; siguiendo su tradición religiosa también celebran el Corpus Christi una de las tradiciones más importantes de la ciudad destinada a celebrar la eucaristía; en cambio el 3 de Noviembre de 1820 liberaron la ciudad de Cuenca así que ese día celebran la independencia de Cuenca, la cual se celebra con eventos culturales, artísticos e institucionales; el 24 de diciembre por el nacimiento de Jesús celebran el Pase del Niño Viajero que es una ceremonia en honor a un Dios naciente.
Cuenca también conocida como la región del Quijote tiene cinco platos gastronómicos típicos. No puedes perderte el monteruelo conquense servido en una cazuela de barro es como un paté de textura gruesa hecho con carnes de caza menor. Tampoco te pierdas el atascaburras, también conocido como ajoarriero manchego, es otro de los emblemas pastoriles más consumidos entre los lugareños, especialmente en invierno. Se basa en una especie de paté compuesto por una mixtura de patatas, bacalao, pan rallado y ajo. Por encima se incluyen ingredientes como nueces y huevo cocido. Los zarajos se consideran un aperitivo muy típico y tradicional de Cuenca y del Madrid castizo, está preparado a base de intestinos de cordero lechal marinados que después se enrollan en un sarmiento y se fríen en aceite de oliva o se asan en un horno o plancha hasta que quedan dorados. El gazpacho pastor de Cuenca es una contundente receta que tiene una diferencia distintiva con el gazpacho manchego. Se deja evaporar el agua y a continuación se deja tostar en la sartén. Lleva perdiz, liebre, conejo, codillo y gallina. Para poner fin a nuestra lista, qué mejor manera de hacerlo que con uno de los dulces más aclamados de la cocina conquense, como la torta tradicional de herencia árabe que está considerada como la precursora del turrón. Está elaborada con los mejores productos de la tierra: buena miel, buena almendra y buen pan. Contundente y muy energética.