Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: El Rincón de Monasterio
Mercedes y Mikel abandonaron su vida en Madrid y decidieron montar un hotel rural en Monasterio, un pueblecito de la Sierra de Guadalajara. No es un edificio con habitaciones, son nueve casas de pueblo recuperadas y restauradas. Cada una con el nombre de una planta o árbol autóctono de la zona, con jacuzzi privado en la habitación y donde reina el silencio.
Mikel y Mercedes Álvarez Madi abrieron “El Rincón de Monasterio” hace ya 22 años. Primero fue Mercedes la que abandonó su trabajo en Madrid y se vino a este pueblo de Guadalajara a montar su hotel rural y después Mikel cuando cerró la revista en la que trabajaba. La pareja llevaba tiempo yendo a Monasterio los fines de semana, incluso se casaron allí, fue la primera boda que se celebraba después de 35 años, y tenían una idea clara del tipo de turismo que les gustaba. No había nada igual por la zona, de hecho a ella le dieron un premio por innovadora, por lo que decidieron asentarse y emprender su sueño en esa zona, les parecía que la manera de vivir en el pueblo era más humano que vivir en la capital. A los dos años tuvieron una hija, el primer nacimiento después de 45 años por la zona. “Esa es la historia”, me dice Mercedes, historia que realmente me parece de valientes. “Al principio trabajábamos con grupos, pero en la crisis anterior nos liamos la manta a la cabeza y nos propusimos cambiar las cosas. Nos venían muchas parejas y teníamos que adaptar los alojamientos, por lo que pensamos ofrecerles algo especial, una oferta muy mimada y pensada para pasar un fin de semana romántico en pareja”.
Vuestro hotel entonces es solo para parejas ¿no?
Lo tenemos enfocado para parejas, pero a veces nos vienen clientes que ya han estado antes y que les hace ilusión venir con el hijo, les apetece disfrutar del entorno con ellos y no hay problema según que casas. Lo mismo pasa con los animales, admitimos animales pero no en todas. ¿Por qué lo hacemos así? Porque lo que cuidamos, sobre todo, es la tranquilidad y tú has venido a pasar unos días sin hijos porque te apetece estar tranquila con tu pareja. En otro sitio que no dejamos que haya niños es en la piscina, a veces pierdo clientes, he podido tener lleno y por estas normas no ha sido así. Creo que hay que estar tranquilo con el trabajo que haces y ser honesto, no vas a vender algo que luego no vas a poder ofrecer. Los niños son niños, y en una piscina ellos va a divertirse como lo que son, sería una pena romper esos momentos de relax absoluto y la magia del entorno. Tenemos nueve casas ahora, todas distribuidas por el pueblo sin romper la estructura, no sabrías cuales son si no te lo decimos nosotros.
Cada casa es independiente, ¿qué zonas comunes hay para los clientes?
La piscina, la recepción y las salas de masajes. Fuera de eso todo es independiente.
¿Qué servicios ofrecéis?
Tenemos servicio de Spa, porque luego cada casa tiene su sauna y jacuzzi individual, no es un Spa al uso. Los tratamientos sí que los damos en las salas. Hay un jacuzzi que es más grande que el resto, es especial porque lo utilizábamos cuando venían grupos. En la época de verano no compartes ningún sitio con otra persona, lo único la piscina que está al aire libre.
Las mismas medidas de higiene, por la pandemia, que en otros hoteles ¿no?
Nosotros ya funcionábamos desde hace tiempo con los cañones de ozono, lo único que hemos hecho, siguiendo los protocolos, ha sido aumentar tiempos y utilizar en las zonas comunes calor para poder desinfectar. Las llaves, antes de darlas a los clientes, pasan por una caja de desinfección. La estructura del negocio es que tú no compartes nada, vas a tu casa donde lo tienes todo. Las casas son para dos personas máximo, en un momento dado se puede poner una cama supletoria y hay una casa que tiene una cama más por si vienen con niños.
Cada casa tiene un nombre de planta o árbol, ¿por qué esos nombres?
Pues es un poco por las plantas que hay en la zona. Amapola, Lavanda, Roble Álamo… Monasterio te da la bienvenida ya en la carretera de entrada, es un pueblo muy frondoso y Guadalajara tiene un paisaje con mucho contrastes en los que ves campos de secano y a los pocos metros trigales o campos de girasoles. Nosotros estamos relativamente cerca de Brihuega y de sus campos de lavanda, por lo que se nos ocurrió hacer uno, la idea la estamos aun definiendo, pero queremos poner unos bancos y música para poder ver desde allí los atardeceres. Tenemos clientes que ya están yendo, el lugar es muy agradable y además de las propiedades que tiene la lavanda el paisaje da para mucho, se consigue un ambiente que invita a relajarse.
Alquiláis las casas completas, ¿qué se incluye en el precio?
Incluye el desayuno normal que hacemos nosotros con bizcocho casero, pan, etc. Las casas se dejan totalmente equipadas, de manera que cuando llegas no tienes que ir a comprar productos básicos, en el pueblo no hay tiendas. Hay pastillas para el lavavajillas, papel para el baño, gel, albornoces, así como café, azúcar, mantequilla, aceite o mermelada, sin cargo. Si el cliente quiere un desayuno especial se le hace, pero no iría incluido. Y tenemos otras opciones que van aparte, si llegas un viernes por la noche y no te apetece cocinar, nosotros tenemos “La Cena de Bienvenida” que incluye tortilla recién hecha, embutidos ibéricos, etc. Además tenemos la “Cena Romántica”, la servimos en casa cuando los clientes no están, suele ser una sorpresa de una parte de la pareja a la otra, decoramos la mesa con velas y quedan muy contentos.
¿Qué actividades se pueden hacer por la zona?
Tenemos las bodegas de Río Negro o el pueblo de Arbancón en el que siempre hay algún evento. Relativamente cerca hay sitios para hacer rutas a caballo, y lo que tiene esta zona es que hay muchos sitios para pasear. Arquitectónicamente la zona tiene lugares muy peculiares, la arquitectura negra y un románico rural desconocido. Merece la pena visitar Cogolludo y probar su gastronomía, no es como la de Sigüenza que tiene dos grandes de la cocina como Samuel Moreno y Enrique Pérez, pero es comida sencilla con muy buenos productos de aquí.
El Rincón de Monasterio es Spa y un hotel rural muy diferente, Mercedes y Mikel os tratarán muy bien, os lo aseguro. Podéis alojaros en “Amapola”, una casa abuhardillada, en “Lavanda”, la que tiene las mejores vistas, en “Romero”, un viejo granero restaurado o en “EL Álamo”, que tiene el jacuzzi más grande. Si queréis relajaros y disfrutar unos días con vuestra pareja lejos de las grandes ciudades, este es vuestro sitio.