Redacción Fotos: Ascensión Rosales
Granátula de Calatrava es un municipio de la provincia de Ciudad Real y actualmente cuenta con casi ochocientos habitantes. El casco urbano está asentado sobre lagunas de origen volcánico (Las Lagunas de Valdeleón) y sobre restos de edificaciones, sepulturas y cerámica que existen desde época romana. El término municipal es históricamente lugar de paso de culturas y civilizaciones. Lo cruza además el río Jabalón junto con las cañadas (Soriana y Conquense oriental) y caminos históricos. Por ello el término municipal es particularmente rico en zonas y yacimientos arqueológicos de otras épocas.
El yacimiento arqueológico más importante es Oreto-Zuqueca, a uno cinco kilómetros al sur del casco urbano. Esta antigua ciudad posee restos de todas las culturas y fue capital de la Oretanía hasta su decadencia a mediados del siglo IX, cuando la capitalidad de la región pasa a Qal´at Rhabat (Calatrava la Vieja, Carrión de Calatrava) e iría decayendo paulatinamente hasta el siglo XIX como una pequeña aldea de Granátula. La población más antigua estaría concentrada en un oppidum ibero denominado Orissia; fue romanizada como Oretum Germanorum donde encontramos el puente Baebio, restos de un edificio religioso o constatamos la presencia de edificios lúdicos como el circo; en época visigoda se convierte en sede episcopal con el nombre de Oreto y las excavaciones han revelado la existencia de una extensa necrópolis; la ciudad comienza su decadencia en época musulmana denominándose Urit, de esta cultura existen una noria, un palacio y los baños más antiguos de la Península, fechados hacia el 750. A mediados del siglo IX las fuentes escritas hablan de inestabilidad, rebeliones de la población y la deportación masiva de sus habitantes como castigo hacia otras ciudades. A partir de ese momento aparece con el nombre de Zuqueca. Tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212 pasó a manos cristianas y existe poblamiento hasta el siglo XIX. El núcleo primigenio lo formaría el oppidum llamado Cerro Domínguez.
A lo largo de los últimos 10 millones de años el Campo de Calatrava ha estado sometido a una actividad eruptiva muy importante lo que ha provocado la aparición de más de 330 edificios volcánicos. Es la zona volcánica más extensa de toda la Península Ibérica y su vulcanismo todavía está latente. El volcán del Cerro Gordo o Yozosa, constituye un ejemplo muy importante. Su primera erupción fue de tipo hidromagmático, y dio lugar a un gran mar, término que hace referencia a “una laguna que ocupa el cráter de un antiguo volcán”, hoy en día borrado por erupciones posteriores. La segunda erupción provocó lava y nubes de cenizas. Tras un periodo de descanso se produjo una serie de erupciones de tipo hidrovolcánico y se formaron conos de piroclastos rojos que forman la mayor parte del volcán actual. La última etapa provocó una última erupción que da lugar a un pequeño conelete que se preserva en la parte superior del Cerro Gordo.
En la visita se podrá ver una gran muestra de las distintas rocas volcánicas (más de setenta) que hay en el terreno; piedras pómez, basaltos, obsidianas o magnetitas. Podremos tocarlas con nuestras propias manos mientras se explica sus propiedades y usos. Para los más pequeños hay experimentos científicos donde podrán ver en directo erupciones. El recorrido del volcán es a cielo abierto. Se puede conocer el interior de este volcán a través de un recorrido por sus entrañas de forma divertida y didáctica.