sábado, mayo 4, 2024

Jesús Sánchez Adalid nos presenta su nueva novela «Una luz en la noche de Roma»

Texto: S. Cuenca

El sacerdote y escritor extremeño, Jesús Sánchez Adalid, no invita a viajar al año 1943, tiempo de la ocupación nazi en el Hospital de la Isla Tiberina y refugio de cientos de judíos, en su novela «Una luz en la noche de Roma» (HarperCollins)

Jesús Sánchez Adalid nos vuelve a sorprender con su nueva novela «Una luz en la noche de Roma«, una historia basada en hechos reales ocurridos en la Roma ocupada por los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Una fascinante novela que retrata la sociedad romana bajo el dominio nazi. Una mezcla de amor, heroísmo y generosidad, donde hay lugar para la ternura y la belleza. Porque, curiosamente, a pesar del peligro de los bombardeos y las amenazas constantes, la ópera, los teatros, los cines y los cafés romanos siguen abiertos invariablemente. Aun en los momentos más trágicos, Roma no renuncia a su esencia eterna y vital. Esta es la historia real de unos hombres y mujeres que tuvieron que enfrentarse a los acontecimientos más extraños, infaustos y peligrosos que puedan darse en la existencia. Pero es en la mayor adversidad cuando sale y resplandece lo mejor del alma humana.

Todo comienza cuando Adalid recibe una carta del director del hospital de la isla Tiberina de Roma, en ella, se hace referencia a un acontecimiento sucedido durante la Segunda Guerra Mundial en Roma, en ese hospital. El escritor reconoce que en un principio aquella época no le interesaba, pero por alguna razón, aquella historia le llamó la atención y se puso a investigar. Recuerda que al principio no fue nada fácil, necesitaba encontrar los nombres de esas personas, acudiendo a los archivos del Holocausto, de la Fundación Steven Spielberg, así como al Archivo Vaticano entre otros.

Durante su investigación para escribir la novela, ¿descubrió algo que le sorprendiera?

He descubierto muchas cosas. No ha sido nada fácil, una vez que conseguí los nombres de los descendientes, me encontré con que no querían hablar. Después de insistir bastante, pude hablar con ellos y me obligaron a firmar un poder notarial, yo no podía desvelar los nombres de esas familias. Ellos viven ahora en América y son grandes empresarios. Creo que el momento más emocionante fue cuando encontré a los dos protagonistas, Betto y Gina, esa era la historia que quería contar. Ella, una chica muy jóven de familia aristocrática y él, un muchacho judío que formaba parte de la resistencia.

¿Averiguó usted por qué esos documentos llevaban décadas ocultos?

A ver, cuando termina la guerra hay un periodo de posguerra en el que se viven represalias, se buscan responsabilidades… todo era amargo y entonces, como era un fraile y como muchos de ellos ni siquiera era italiano, eran españoles o polacos, por eso creo que decidieron guardar todo eso y cuando pasara el tiempo ya se vería. Entonces, eso ha dormido el sueño de los justos, estaban ahí, en los archivos, hasta que la persona que me escribió a mi, que es el superior de la comunidad y el director del hospital, de pronto se lo encuentra y piensa que lo tiene que escribir Sánchez Adalid. Por eso me escribe y si no lo hubiera hecho no se entera nadie. Nosotros creemos que la iglesia es poco dada a contar el bien que hacen.

Pudo entregarle la novela al Papa Francisco…

El Papa Francisco ha leído mi novela, y la historia le parecía muy interesante, lo ha hecho mucha gente. La presenté en la Embajada de España en Roma, la comunidad judía la ha leído también. Debo decir que la novela se ha leído mucho, a ver, la he escrito yo, ¿qué te voy a decir?, pero se lee muy bien. La verdad es que estoy recibiendo muchas cartas y mensajes, me piden que por favor siga en esta linea, con historias de este tipo, para mis próximas novelas.

¿Con qué sensación le gustaría que sus lectores terminaran esta novela?

Pues mira, que en los momentos de mayor oscuridad, mayor dolor y mayores sombras, también hay luces y es cuando aparece lo mejor del alma humana. Es lo que se van a encontrar ahí. Es una tragedia, no hay nada dulcificado y tampoco es una historia de buenos y malos, dentro de la familia de ellos también hay personas un poco oscuras y con contradicciones y todo eso no se ha ocultado. Por eso, tampoco ellos querían que se les identificaran. Si al final hay que buscarle una enseñanza, es que no hay que desesperar, porque peor que eso que pasa con 20 años… me parece horrible. Tuvieron que madurar de golpe, hacerse cargo de sus propias vidas, abandonado a su suerte y rodeado de unos peligros impresionantes, hambre, frío… y salir adelante, prosperando y convirtiéndose en unos empresarios brutales en todo el mundo. Me da pena no poder decir el nombre de esta familia, pero tienen una enorme empresa internacional.

¿Está preparando un nuevo proyecto?

Ahora voy a empezar a escribir una novela que se desenvuelve en la Guerra de La Independencia, era la que iba a escribir si no me hubieran enviado esos documentos y que me paralizó totalmente, bendito sea Dios por otro lado ¿no? Me cambió el esquema y ahora he vuelto a retomar la investigación sobre esa novela que se desenvuelve en un momento muy interesante, en la confusión que se produce después de que el ejercito de Napoleón irrumpa inesperadamente en España.

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