Redacción
Si no se pone remedio de manera inmediata, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, joya románica de Almiruete, cuya titularidad corresponde al obispado de Sigüenza-Guadalajara, corre grave peligro de derrumbe
El paso de los siglos ha hecho mella en este singular edificio, y las rehabilitaciones y el mantenimiento llevados a cabo en el último siglo, prácticamente de manera unilateral por parte de los vecinos, tanto de manera común en las tradicionales hacenderas como de manera particular, reparando goteras y filtraciones o incluso arreglando la campana, no han sido suficientes para impedir su actual estado de deterioro.
Esta iglesia, cuya edificación primigenia data de finales del siglo XII o principios de XIII, está construida en piedra de mampostería. La iglesia original constaba de una sola nave con presbiterio recto, ábside de cabecera plana, planta rectangular y con la espadaña a sus pies, en la fachada occidental. En el siglo XVI, el templo inicial fue ampliado añadiéndole los dos cuerpos que flanquean el presbiterio y elevando la espadaña hasta conferirle su aspecto actual. También se abrió en la misma etapa la portada en la que destacan los rosetones tallados en las dos primeras dovelas y la moldura saliente decorada con puntas de diamante. A finales del siglo XIX, se añadió la cubierta del pórtico, siendo esta, la última gran reforma acometida sobre este sencillo pero hermoso edificio.
La construcción original y las posteriores ampliaciones fueron llevadas a cabo por el entonces obispado de Sigüenza, titular de la propiedad. Pero desde un tiempo a esta parte, han sido los propios vecinos quienes se han hecho cargo de su mantenimiento.
En los primeros años ochenta, se realizaron obras en la cubierta e interior de la iglesia. En aquella intervención, los vecinos de Almiruete aportaron sus ahorros y parte de la mano de obra.
La última de las intervenciones importantes realizadas sobre la iglesia, la ejecutaron doce vecinos en tres hacenderas o jornadas, en el año 1987. Se acometió la reparación de la cubierta del pórtico. Los vecinos aportaron 36 hacenderas (12 personas) y la parroquia sufragó el coste de los escasos materiales. Posteriormente, estos mismos vecinos han practicado pequeñas obras. Pero los que entonces eran los jóvenes del pueblo, en la actualidad son pensionistas. Más de treinta años después de aquella última intervención, la falta de mantenimiento de la iglesia y los duros inviernos de la Sierra Norte de Guadalajara han terminado por hacer estragos sobre este emblema de la comarca y magnífico exponente del románico tardío.
La cubierta del atrio porticado está gravemente deteriorada. Las maderas que sustentan el tejado, ya maltrechas por el devenir de los años, han sufrido, tras el paso de la borrasca Filomena, el peso de gran cantidad de nieve lo que ha provocado que parte de la estructura del tejado se haya desplazado. Algunas de las vigas de madera de pino están podridas por la humedad y desplazadas de la viga de carga que las sujeta por uno de sus extremos. Y lo mismo ocurre con la viga transversal que apoya sobre las columnas del pórtico. La situación ha hecho necesario que la cubierta del atrio se haya tenido que apuntalar y precintar.
El arquitecto municipal, Alfonso Criado, consciente del estado de este pequeño templo, elaboró de manera altruista, hace aproximadamente tres años, un proyecto de rehabilitación. Cuenta con el visto bueno de los organismos correspondientes como el departamento de patrimonio de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
En este proyecto se incluyen obras indispensables como la reparación de la cubierta, el saneamiento de los paramentos de la parte norte de toda la nave para evitar las filtraciones existentes, la fijación de las columnas del pórtico y la una intervención sobre el muro de la sacristía, además de alguna intervención menor en el interior.
La obra más urgente sería la rehabilitación integral de la cubierta del pórtico. Si este se tejado acabara cayendo, podría arrastrar a las columnas que lo sustentan, lo que supondría no solo una gran pérdida en cuanto al patrimonio sino, lo que es más importante, un grave peligro para las personas.
La preocupación de los vecinos que sienten un gran amor por su iglesia, es grande. Esto les ha llevado dirigirse a diferentes representantes del obispado como el arcipreste, y el vicario general de la diócesis, por medio del alcalde de Tamajón, Eugenio Esteban, y del delegado de Almiruete, Miguel Mata.
Asimismo, el ayuntamiento hizo llegar al obispado un informe técnico y una orden de ejecución para eliminar el riesgo existente sobre las personas. A raíz de esta comunicación, el responsable de patrimonio de la diócesis, junto con un arquitecto, se desplazaron hasta Almiruete. Tras valorar la situación actual, se instalaron unos puntales de sujeción.
Para salvar este singular edificio que supone un valor añadido a la hora de visitar la comarca, el Ayuntamiento de Tamajón, está dispuesto a hacer una aportación económica para su rehabilitación, pero es la propiedad quien tiene la responsabilidad última sobre el bien.
Los vecinos de Almiruete con Miguel Mata, su delegado, a la cabeza, respaldados por Eugenio Esteban, quieren hacer un llamamiento al obispado para que se actúe en su querida Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y demuestre así su implicación con una zona rural gravemente afectada por despoblación.