viernes, abril 26, 2024

Magda Calabrese: “Durante la pandemia las plataformas perjudicaron a las salas grandes, pero, por otro lado, beneficiaron al documental”

Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: M.C.

Magda Calabrese es directora, productora y guionista de cine, una mujer que ha conseguido hacer lo que siempre quiso: Contar historias. Ha formado equipo con Richard Zubelzu y juntos están consiguiendo dar visibilidad a muchos temas que hasta ahora eran desconocidos, remover conciencias e invitar al espectador a que no mire hacia otro lado.

Magda Calabrese estudió Bellas Artes, en la especialidad Audiovisual, y empezó dando clases en la Comunidad de Madrid. Conoció a Richard Zubelzu y, aunque ella ya había hecho algún corto experimental anteriormente, se dio cuenta que compartían el buen gusto por la cultura y comenzaron a trabajar juntos con una televisión. Pero lo que ambos querían era crear una productora y lo hicieron, es cuando nace Objetivo Family en 2014. “Nos hemos especializado en el cine documental, a mí me gusta mucho el tema cultural y social, así como todo lo referente al patrimonio”, nos cuenta Magda. Han hecho juntos casi 20 películas, todas de cine documental, algún corto de ficción y están especializados, sobre todo, en temas sociales. “Somos una productora independientes, por lo que no estamos pendientes de que nadie nos diga como tenemos que hacer los guiones o que temas tratar, hacemos lo que queremos y lo que nos apetece”.

Hoy hablamos con ella del documental “El sueño del oro negro” que ha escrito y dirigido, y que llegará a Madrid, después de haber estado en Burgos, Valladolid y Cantabria, el 11 de julio al Cine Embajadores a las 20:00 horas, después habrá una charla coloquio con los protagonistas.

¿No es más arriesgado hacer documentales que largometrajes?

A ver, nosotros hemos tenido suerte, la gente me dice que tiene que ser un rollo hacer documentales porque nunca podremos estrenarlos en salas de cine. Digo lo de la suerte porque nosotros todos y siempre, menos uno “Segundos Fuera” que pilló la pandemia y tuvimos que cancelarlo, el resto los hemos estrenado en pantalla grande y con muchísimo público. Por ejemplo en Santander, el de “Una gesta bajo la maleza”, tuvieron que abrir una segunda sala del público que había esperando para entrar en la calle. A la gente si le interesan los documentales, lo que pasa es que tienen que ser temas que les gusten y atraigan. Durante la pandemia las plataformas perjudicaron a las salas grandes, pero, por otro lado, también beneficiaron al documental. Este género era más desconocido, la gente pensaba que era para dormir la siesta y se han dado cuenta que las series y las series documentales interesan mucho, ya que te das cuenta que hay temas que ni sabías que existían. Nos gusta hacer documentales sobre temas desconocidos para el público, por ejemplo este sobre el oro negro que es un tema desconocido para muchísima gente e incluso para la de la zona. Resulta algo más difícil el tema del dinero ya que nuestra productora es independiente, no queremos estar pendientes de las subvenciones, al final estas subvenciones van a parar a las productoras mucho más grandes, cosa que jamás he entendido. Nosotros vamos sacando el dinero de otros trabajos y es verdad que a veces tardamos un poco más en sacar el proyecto. Con este documental hemos estado 3 años por culpa de la pandemia y Filomena, cosas que van surgiendo por el camino, pero siempre tenemos muy claro nuestro objetivo, se tarde más o menos. Ya sabemos que un documental en producción se tarda mucho más que en una película.

El sueño del Oro Negro, ¿Cómo surge la idea de hacer este documental?

La idea surge de una manera muy graciosa. El director de fotografía que siempre trabaja con nosotros vive en Reinosa, Cantabria, y había oído hablar de las Patatas de La Lora que son muy buenas por lo que decidió ir a comprarlas. Una vez allí empieza a ver el paisaje y a hablar con la gente del lugar que le cuentan un poco la historia de lo que pasó en el Páramo de La Lora. Habla con el alcalde y le cuenta que tiene unos amigos (Richard y yo) que a lo mejor estarían interesados en hacer un documental sobre ese tema. Nos llamó y nos pareció interesante, por lo que nos marchamos para allá a conocerlo. Así surgió, por unas patatas (risas).

Ahora mismo con la guerra de Ucrania el tema del petróleo está de actualidad, ¿qué mensaje queréis lanzar?

Nosotros no queremos dar mucha visibilidad al petróleo, lo que queremos es lanzar un llamamiento de lo que es la España vaciada, por ejemplo, o lo que significa contar la historia desconocida de este pueblo que en un momento dado tuvo mucha difusión en nuestro país. Queremos que se conozca la historia de ese pueblo, que en aquella época salía en todos los medios y luego ha ido decayendo y también, por supuesto, dar visibilidad a la zona que es muy bonita. Al igual que la belleza que tiene ese campo de petróleo y que quisieron desmantelar en el año 2018. Hay yacimientos megalíticos, hay un sendero de la Guerra Civil y un sitio para estudiar el petróleo, es un lugar muy interesante porque se puede ver in situ lo que era un campo de petróleo, tan difícil de ver en nuestro país.

Con toda la gente que habéis hablado y los testimonios que habéis recogido, ¿cómo recuerda la gente aquella época? 

 Nosotros hemos tenido un hilo conductor, uno de los testigos directos que era hijo del alcalde, Marco Antonio Manjón, que en aquel momento tenía 7 años. Él ha recordado como lo vivió desde pequeñito, siendo un niño, y como el pueblo pensaba que iban a hacerse millonarios, imagínate lo que pasó por sus cabezas al ver surgir petróleo. Ellos lo recuerdan con muchísimo cariño y lo que significó. Marco Antonio nos contó que, a pesar de pensar que se harían ricos, fueron muy listos y siguieron con la agricultura.

¿Hay algo que te haya sorprendido y que nos puedas contar?

Sobre todo lo que nos contaba él de como venían las autoridades a arrasarlo todo, pensando que la gente del pueblo no se enteraba de nada y, sin embargo, ellos fueron muy listos a la hora de tener claro el dinero que había allí. También la curiosidad que despertaba aquel campo petrolífero en el pueblo y el ver a los obreros trabajar.

Habéis tenido muy buena acogida en los festivales en los que habéis sido seleccionados, la gente que ha visto el documental, ¿qué os dice?

 A la gente le ha encantado, era un tema desconocido para casi todos. El documental ha estado en Burgos e incluso allí ha habido gente que no conocía esta historia estando al lado. El documental además es muy emotivo y a la gente le ha gustado, ya que aunque el tema es un campo petrolífero, hemos querido contar la parte humana.

Con Zubelzu llevas trabajando ya unos años, ¿habéis conseguido hacer un buen equipo?

Yo creo que sí. Cada uno sabe muy bien hasta donde puede meterse en la parte del otro, nos conocemos muy bien. Yo intento casi siempre hacer los guiones, menos dos que ha hecho Richard el resto los he hecho yo, eso sí, con el consenso de él. Cuando terminamos de trabajar en aquella televisión donde hicimos casi 400 reportajes, decidimos empezar con la productora y hacer otro tipo de trabajo más documental, es ahí cuando empezamos un cortometraje de ficción con otra persona que al final nos salió rana. En ese momento nos dimos cuenta de que queríamos hacer que las cosas fueran fáciles, cuando empezamos un documental y uno de los temas empieza a torcerse, yo le digo a Richard que no es el momento y que hay que dejarlo pasar para retomarlo más adelante. Esto nos ha pasado alguna vez y años después lo hemos continuado y ha salido perfecto. Por eso nos dimos cuenta que teníamos que centrarnos en nosotros dos.

¿Qué nuevos proyectos puedes contarnos?

El documental sobre la guerra de Ucrania, que se llama “Querían enterrarnos pero no sabían que éramos semillas” se estrenará en otoño y además, ha sido preseleccionado como candidato al Oscar a mejor película documental, en septiembre sabremos si es elegido. Está hecho desde el punto de vista de los ucranianos y ucranianas que lo están viviendo desde España. Todo desde un punto humano, no hemos querido hablar de la guerra ni del tema político. También tenemos un cortometraje que escribí yo y que es de ficción, enfocado desde el punto de vista femenino, de cómo a veces trabajamos en algo que no nos gusta porque la vida nos obliga y lleva a ello. Está pendiente para el año que viene.

Magda está muy comprometida con la visualización del colectivo LGTBI, de ahí que tenga varios documentales que hablan de ello. “Yo soy una niña” es, a día de hoy, el más visto en la plataforma Filmin y continúa su exitoso recorrido internacional contra la LGTBIfobia. Pretende visualizar la realidad de la transexualidad en la infancia y destaca la importancia de la figura de los abuelos. Otro título como “Homofobia de estado”, que se estrenará en otoño de 2023, contará la realidad actual de las personas LGTBI en Guinea Ecuatorial.

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