viernes, marzo 29, 2024

Todo lo que siempre has querido saber sobre Wimbledon

Redacción

Este verano de 2021, ha vuelto con todo su esplendor uno de los eventos deportivos más conocidos de Gran Bretaña: el Campeonato de Wimbledon. Las tradiciones, el patrimonio y la historia detrás del torneo de tenis más prestigioso y antiguo del mundo despiertan la misma admiración que los increíbles saques, voleas y reveses que se ven en los partidos disputados sobre el sagrado césped de las pistas

El primer torneo de tenis sobre hierba se celebró en 1877, en el club The All England Croquet, en Worple Road, Wimbledon, suroeste de Londres. Fue un encuentro muy emocionante en el que solo se jugó el Grand Slam masculino. En aquella ocasión compitieron 22 tenistas aficionados y unos 200 espectadores vieron la final. El ganador fue el deportista local Spencer Gore, que tuvo el orgullo de recibir un premio en metálico por valor de doce guineas (el equivalente a un poder adquisitivo actual de unos 900 euros). El torneo individual femenino y el de dobles masculinos llegaron en 1884, mientras que los dobles femeninos y los dobles mixtos empezaron a jugarse en 1913. El campeonato experimentó tal crecimiento que en 1922 pasó a celebrarse en una sede mayor, Church Road, en la misma zona en el suroeste de Londres, donde se sigue disputando a día de hoy.

Las pistas de Wimbledon han cambiado mucho desde entonces. Un ejemplo ha sido la instalación de un techo retráctil para desafiar las inclemencias meteorológicas, lo que ha ahorrado al torneo mucho tiempo: desde 2009, en la pista central de Wimbledon no se ha tenido que interrumpir ningún partido a causa de la lluvia. Además de este techo, que cubre todo el césped en cuestión de diez minutos, las mejoras también incluyeron un vanguardista sistema de aire acondicionado para el estadio. El primer choque en jugarse íntegramente con la cubierta cerrada fue el que enfrentó a la leyenda escocesa Andy Murray y al suizo Stanislas Wawrinka, y se disputó el mismo año en que se instaló.

Antes de que los Grand Slams de Wimbledon se hicieran famosos, el tenis era un deporte que básicamente pertenecía a la realeza y las clases altas de Gran Bretaña. En Inglaterra, el ejemplo más antiguo que aún se conserva de una cancha de tenis data del siglo XVI y se encuentra en el entorno del histórico palacio de Hampton Court. Al rey Enrique VIII le gustaba jugar al “tenis real”, un deporte que despertaba pasiones entre algunos de los nobles de más alto rango y las personas más ricas del país.

En 1873, el mayor Walter Wingfield fue el primero en jugar al tenis sobre hierba, que es diferente al “tenis real” y precisa menos espacio. Concebido como un juego para disfrutar al aire libre, solía jugarse en el césped de las grandes casas solariegas propiedad de la élite británica.

Hoy en día, los partidos de Wimbledon atraen a aficionados de todo el mundo y se ven en más de 200 países. Aunque el torneo presume de 18 pistas de hierba, algunos de los mejores puntos disputados suelen verse en la pista central, con capacidad para 15.000 espectadores y considerada la cancha de tenis más emblemática del mundo. Los miembros del público que consiguen los ansiados asientos de la pista central suelen tener mucho caché, por ejemplo, el Palco Real está reservado para la familia real y sus invitados.

Miembros de la realeza como Kate Middleton y Meghan Markle, y famosos como David Beckham, Claire Foy (The Crown) y Maggie Smith son algunas de las personalidades que se han dejado ver por la pista central otros años. Y es que, la posibilidad de ver a algún famoso da un toque de emoción extra a la experiencia.

Si las gradas suelen estar salpicadas de vestidos de diseño y chaquetas de lino, en la pista, los jugadores visten como manda la tradición: de blanco, de pies a cabeza. Esta norma ha estado vigente en Wimbledon desde el principio, desde el siglo XIX, cuando el tenis se jugaba en ciertos encuentros sociales y los jugadores se vestían de blanco para que no se vieran las bochornosas manchas de sudor. Con la excepción de un ribete de color de no más de un centímetro, hoy en día los jugadores aún tienen que llevar ropa rigurosamente blanca: ¡incluso la ropa interior y las suelas del calzado!

Las canchas de Wimbledon también han influido directamente en la moda gracias a Fred Perry, tricampeón del torneo. El logotipo de esta marca británica es una corona de laurel, inspirada en el antiguo emblema de Wimbledon, y va cosido en todos los polos Fred Perry. La camiseta blanca de tenis se presentó en el torneo de Wimbledon de 1952 y tuvo tal éxito que se pasó a crear una colección con más colores. La prenda se convirtió en un estilo de referencia para muchas subculturas británicas en la década de 1960 y después.

Son varios los jugadores británicos que se han proclamado campeones del torneo, entre ellos, el propio Fred Perry, que ganó tres campeonatos Wimbledon seguidos en la década de 1930. Dorothy Round Little lo ganó justo un año después de Perry. Más tarde lo consiguieron Angele Mortimer, en 1961, y Ann Haydon-Jones, en 1969. En 1977, año del centenario del torneo, la ganadora fue Virginia Wade. En aquella ocasión estaba presente Su Alteza Real la Reina Isabel, que no había asistido a una final desde 1962.

La última victoria británica tuvo lugar en 2016, cuando el gran tenista escocés Andy Murray logró su segundo campeonato Wimbledon. Por su parte, la estrella del tenis mundial, el suizo Roger Federer, es el jugador que más veces ha ganado el título de Wimbledon: nada más y nada menos que ocho… por el momento.

La zona de hierba alrededor de la pista número 1 de Wimbledon recibe ahora el cariñoso apodo de Murray Mound (el montículo de Murray), en homenaje al éxito de este tenista. Esta zona, que antes llamaban Henman Hill (la colina de Henman) en honor al tenista británico Tim Henman, es famosa por ser un lugar muy popular entre los espectadores, ya que el público suele juntarse aquí para ver los partidos en pantallas gigantes mientras disfrutan de los sabores de Wimbledon, sencillos pero absolutamente deliciosos: fresas con nata acompañadas de la refrescante bebida Pimm’s (con algo de fruta, menta fresca y limonada para completar la imagen) o una copa de champán. Las fresas con nata son una combinación que reina en Wimbledon fuera de la pista. Normalmente se consumen unas 140.000 raciones durante las dos semanas que dura el encuentro. ¡El torneo presume de ofrecer las mejores fresas del condado de Kent, que se recogen el día anterior y llegan a Wimbledon con el canto de los pájaros, a las 5 de la mañana!

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