Por: José Agustín Solís
Vietnam, una joya del Sudeste Asiático, su stand deslumbró con su rica tapestria cultural, cautivando a los asistentes con su excepcional gastronomía, hospitalidad y diversidad de paisajes. La capital, Hanói, se presenta como el epítome de la experiencia culinaria vietnamita, donde platos emblemáticos como el pho y el banh mi ofrecen una ventana al alma de Vietnam. Para los entusiastas de la historia, ciudades como Hue, Da Nang y HoiAn son esenciales, con palacios reales y una arquitectura que narra la grandiosa historia de antiguos reinos.
La naturaleza deslumbrante de Vietnam también tuvo su momento de brillo, desde las impresionantes montañas de Sa Pa hasta las idílicas playas de Nha Trang y la exótica isla de Phu Quoc, cada destino promete una escapada inolvidable.
FITUR se convirtió en un escenario dinámico para Vietnam, con agencias desplegando un mosaico de actividades diseñadas para sumergir a los visitantes en la vibrante cultura vietnamita, incentivando a explorar este país de contrastes donde la tradición y la modernidad coexisten armoniosamente.
Este enfoque no solo resalta la riqueza cultural y la belleza natural de Vietnam, sino que también subraya el compromiso del país con la promoción turística, invitando al mundo a descubrir sus encantos y a experimentar la calidez y la hospitalidad que lo definen.
