Por Alex V.
La primavera es una prolongada transición del invierno al verano en las costas gallegas. Conforme aumentan las horas de luz, los rosarios de borrascas que barren el océano desplazan su trayectoria hacia el norte. Las tempestades van perdiendo intensidad y frecuencia. Los frentes de chubascos se alternan con periodos cada vez más largos de calma atmosférica.
En las Rías Bajas este proceso se deja sentir con mayor evidencia. Al acercarse al equinoccio primaveral, los periodos de bonanza son más duraderos que en la costa norte o el interior de Galicia. Llueve menos y es mayor el numero de días despejados.
Las Rías Bajas son grandes valles invadidos por el océano. El granito del que están formados data del Precámbrico. Con más de 500 millones de años, es una de las rocas más antiguas de Europa. Aquí ya fueron levantadas montañas durante la Orogenia Hercinita hace 250 años millones de años y hace 30 millones, La Alpina las rejuveneció.
Cuando estos valles se hundieron, las aguas penetraron tierra adentro. Hot foran estuarios y bahías de hasta 40 km de profundidad y más de 15 km de anchura. En sus bocanas emergen antiguas montañas formando islas.
Las rías de Vigo y Pontevedra se encuentran defendidas de oleaje oceánico por varios de estos islotes de perfil escarpado y abrupto. En ellos solo crecen de forma espontanea arbustos espinosos como la árgoma y plantas herbáceas resistentes al viento y el salitre, aferradas a las grietas.
Beneficiadas como las propias rías por las corrientes ascendentes del océano, en sus plataformas costeras subacuáticas habita una fauna marina diversa y rica. Dado su carácter agreste e inaccesible constituyen lugares óptimos para la nidificación de aves marinas. EL ser humano también eligió desde muy temprano en la Historia sus calas y fondeadores como puerto y refugio seguros.
En los islotes cercanos a las costas gallegas, la llegada de la primavera se anuncia con el florecer de los argomales. Sus flores amarillas se van haciendo más y más abundantes sobre el matorral entre las piedras. Al mismo tiempo, las aves comienzas sus vuelos nupciales, con un constante ir y venir transportando materiales en su pico. En las aguas aún frías recrían erizos, moluscos, crustáceos y peces. En los charcos que la bajamar deja al descubierto, se puede observar la proliferación de vida bajo las aguas, entre las praderas de algas y en los resquicios de las rocas.