jueves, marzo 28, 2024

El método Blake: cómo el mentalista impulsa la autoestima de quienes siguen su técnica

Texto: Ana García Mellado/ Fotos: A.B.

La trayectoria desde sus inicios

El mentalista José Luis Panizo, más conocido como Anthony Blake, tomó una decisión que le cambió la vida: cambiar la medicina por el mentalismo, a pesar de los tabúes de la época para arriesgarse a tomar una decisión tan grande. Que, además, fue muy acertada por el gran futuro que ha conseguido: dedicarse a su pasión y jamás dejar de aprender.

Anthony Blake comenzó haciendo trucos de magia por hobbie, con sus amigos pero también para ligar con chicas a las que hacía partícipes de sus juegos y tras el asombro de ellas, conseguía ligar. “La virginidad en esa época era un pecado y lo mucho que conseguía era un beso en el portal” argumentaba el mentalista.

En unas convocatorias de los exámenes de Medicina no consiguió pasarlos y decidió tomar un año sabático en el que llamó a todos sus conocidos de clubs, pubs, bares para dar espectáculos, y consiguió estar en diferentes lugares. El siguiente año, tenía que volver a la facultad para terminar sus estudios y tras un momento de desesperación a los pocos días porque no sabía qué hacer, tenía entre sus manos una baraja de cartas. Y la decisión estaba bastante clara. “Prefieres ser titiritero a médico” le dijo la madre del mentalista tras enterarse de que dejaría Medicina.

Así comenzó a actuar en los pueblos de España en actuaciones durante los fines de semana. “Estuve en un casino tipo Las Vegas durante 6 meses, pero comenzó la Guerra del Golfo y todos los americanos se fueron de vuelta a Estados Unidos, así que me fui al “San Brasil” que era un prostíbulo, y allí me vieron Juan Tabarín, Pepe Carol, grandes maestros. Cuando acabé en el cabaré, Pepe Carol me dijo que tenía que irme a otro lugar a trabajar«. Y comienza la andadura de Blake alrededor de los garitos de Madrid, en un momento de boom que tenía trabajo todos los días de la semana.

Más tarde empieza en el mundo televisivo haciendo intervenciones en el programa de Concha Velasco. Hasta que recibe una llamada de teléfono de un productor que le dice que lo quiere para el programa Un, dos, tres… “Esta fue la primera vez que empiezo en serio en televisión, y estuve trabajando ahí durante tres temporadas seguidas, al mismo tiempo seguía haciendo actuaciones por Madrid hasta que me divorcié de mi primera mujer y pasé por un momento muy duro”, proseguía Blake.

Dos años después de esos momentos tan complicados para el mentalista, conoce a la mujer de su vida. “Ella estaba en Zeppelin por aquel entonces, pero un año después dejó la productora y nos fuimos a Argentina con un contrato. Y desde entonces es mi mujer la que a nivel televisivo vuelve a repuntar mi carrera” exponía. Anthony Blake trabajó en programas como Sorpresa, sorpresa; Crónicas marcianas; Canal 13 de la Universidad Católica Chilena, donde tenía que viajar cada 15 días para hacer el programa.

Cómo el mentalista se encuentra en estos momentos

Ahora mismo estoy muy tranquilo y feliz, tengo un espectáculo que se mueve por teatros, y es un resumen de un gran número de números que ya he hecho. Tengo alrededor de tres docenas de guiones que escojo dependiendo del sitio en el que actúo. Cuando veo al público decido qué número haré” decía Blake. “Por intuición sabrás en el futuro quién te va a hacer pasar un mal rato y tendrás que tener la capacidad y el conocimiento para que se enganche a una de las preguntas y se vuelva a algo fluido. Hay gente que está harta de entrevistas, por ejemplo, pero si aprendes comunicación no verbal sabrás abordar a la gente. Con el cuerpo hablamos un 65% y con la cara un 28%, los ojos no saben mentir y de la voz sólo importa el tono” seguía.

Se encuentra haciendo actuaciones en distintos teatros con “Más allá de la imaginación” y está enormemente volcado en “El método Blake”.

El método Blake: cómo el mentalista consigue inspirar a los demás

Quieras o no todos tenemos un aprendizaje, y eso es producto de tus años. A lo largo de ese tiempo vas desarrollando una serie de habilidades que son las que te permiten ir creciendo, la supervivencia es crecimiento. En ese proceso he tenido muchas veces la necesidad de estar solo en una habitación y meditar un poco, es decir, encontrarme conmigo mismo” hablaba sobre los inicios de la creación del método que ha creado.

A los 17 cuando empezó en medicina se enamoró de una chica, y acababan de hacer un control mental. “Silva” era un método de José Silva, un fisiólogo, y había desarrollado un método de autoestima. “Es decir, vas por las mañanas a la ducha, te miras en el espejo de frente en pelota picada y dices “esto es lo que hay, y si no te gusta te jodes, si no te gusta mejóralo. Porque todos los cambios empiezan por ti mismo, y si quieres que las cosas cambien, cambia tú.” Argumentó Blake, que cuando ha tenido un momento de crisis, tras recomponerse se daba cuenta de que tenía que cambiar. Y ahí, comenzó el desarrollo más personal e íntimo, que ha llamado Método Blake.

El método Blake ya existía, pero él no lo sabía. Hasta que un día un hombre le dijo “tú tienes un método, ¿no?” Y se dio cuenta, tras explicarle todo, que sí tenía un método. “Estoy muy volcado en el Método Blake, que consiste en dar charlas, conferencias y seminarios sobre creatividad y liderazgo”. Porque según expone el mentalista, creativos somos todos, pero lo que hace falta es tener las partes que necesitas. Ha leído alrededor de 5000 libros que son la base por la que ha llegado a donde ha conseguido llegar, ya que muchos de esos libros fueron la inspiración y la técnica para que él mismo pudiera desarrollar algo nuevo, o algo que a alguien ya se le habría ocurrido, pero se podría hacer de forma diferente.

En estos momentos que hemos sufrido una pandemia, una guerra, y que en cualquier momento puede reventar todo como consecuencia, pues los ciudadanos que estamos viviendo todo, hemos puesto la capacidad de liderazgo en duda. La pandemia ha cambiado a un 42% de la población de trabajo, porque han tenido el tiempo de pensar y hacer el cambio que necesitaban.” “Ahora mismo los jefes han tenido tiempo de pensar y se han levantado de su silla y pensar para quién estoy trabajando y por qué quiero estar ahí. Los directivos echan de menos la creatividad, porque el liderazgo depende de la creatividad. Tener una idea y ser capaz de comunicarla. Pues como el liderazgo se ha perdido un poco estoy intentando que la recuperen” finalizaba Anthony Blake.

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