Texto y fotos: Jaime Carrancio González
A pesar de la disponibilidad de móviles con cámaras de alta calidad y resolución, los jóvenes están redescubriendo el encanto de la fotografía analógica. Optan por el uso de rollos de película debido a la autenticidad y estética nostálgica que ofrece este proceso tradicional, encontrando en él un atractivo que no encuentran en la fotografía digital.
En la actualidad, es casi imposible encontrar un smartphone que no cuente con múltiples cámaras o una resolución de al menos 20 megapíxeles. Sin embargo, paradójicamente, es precisamente ahora cuando la fotografía analógica está experimentando un resurgimiento. A pesar de la accesibilidad y calidad que ofrecen los dispositivos móviles, las cámaras desechables de baja resolución están recuperando popularidad en el mundo de la fotografía. Marcas emblemáticas como Kodak, cuyas cámaras eran prácticamente olvidadas hace años, ahora se encuentran agotadas en numerosos comercios online, reflejando este renacimiento de la fotografía analógica. Los jóvenes creen que la espera y la incertidumbre asociadas con el revelado de los rollos de película ofrecen una experiencia única que no puede replicarse con la inmediatez de la fotografía digital.
Vivimos en una época donde se valora lo vintage o lo antiguo. La calidad de las fotos no significa nada frente a estar dentro de esta moda. Incluso en los móviles hay filtros y aplicaciones como Huji Cam que imitan el aspecto vintage de las cámaras analógicas. El año pasado, la venta de carretes, cámaras desechables y reparaciones de cámaras analógicas alcanzó su punto más alto frente a épocas pasadas. Aunque se toman fotos en analógico, luego se digitalizan, se editan en ordenadores con programas como Photoshop y después se comparten en redes sociales.
Recientemente, durante un relajante paseo por el Parque del Retiro, me sorprendió la cantidad de personas que optaban por capturar momentos con cámaras desechables y cámaras bridge. Mientras caminaba, llegue a contar más de 50 cámaras desechables en manos de diferentes grupos de amigos y familias, cada uno ansioso por capturar la esencia del momento con un toque nostálgico. Además, noté al menos 30 cámaras bridge, con sus lentes zoom extendidos y listos para capturar tanto los detalles más cercanos como las vistas panorámicas del parque.
Además del renacimiento de la fotografía analógica entre los jóvenes, también se ha observado un interés creciente en esta forma de arte por parte de fotógrafos profesionales y artistas establecidos. Muchos profesionales del sector están redescubriendo las cámaras analógicas como una herramienta creativa única que ofrece resultados distintos y una estética única. Esta tendencia ha resultado mucho más popular que la creación de imágenes con IA o el uso de estas mismas para editar sus imágenes como el relleno generativo.
Este resurgimiento no se limita únicamente al uso de cámaras y rollos de película tradicionales, sino que también abarca un renovado interés en técnicas fotográficas alternativas. Procesos como la fotografía estenopeica, la impresión en plata gelatina y otros métodos históricos están siendo explorados y revitalizados por fotógrafos contemporáneos en busca de nuevas formas de expresión artística.
Además, algunas comunidades y grupos dedicados a la fotografía analógica están surgiendo tanto en línea como en la vida real. Estos espacios ofrecen oportunidades para compartir conocimientos, experiencias y recursos relacionados con la fotografía analógica, así como para organizar eventos, exposiciones y actividades que promuevan esta forma de arte.
¿Cuánto tiempo durará esta tendencia? Responder a esta pregunta es difícil, ya que no podemos predecir si la popularidad de la fotografía analógica es solo una moda pasajera o si realmente ha regresado para quedarse. Lo que sí podemos afirmar es que estas cámaras nos brindan una experiencia única, haciéndonos sentir más conectados con el proceso de capturar momentos especiales. Nos recuerdan la importancia de valorar cada fotografía y cada instante que inmortalizamos. Si deseas sumergirte en esta tendencia, puedes hacerlo de manera accesible y temporal con una cámara analógica desechable, como las populares Kodak, que ofrecen una forma económica de experimentar con los carretes.
Tal vez, el resurgimiento de la fotografía analógica muestra cómo a veces, las cosas más antiguas pueden superar a los artilugios más modernos. A pesar de la conveniencia y la calidad que ofrecen las cámaras digitales en los smartphones, hay un valor intangible en el proceso más pausado y tangible de la fotografía analógica. Aunque el futuro de esta tendencia es incierto, lo que sí es seguro es que las cámaras analógicas ofrecen una experiencia única que nos conecta con la esencia misma de la fotografía, recordándonos la importancia de valorar cada momento capturado.
