viernes, diciembre 13, 2024

Emma Ozores: “Mi padre ha sido todo para mí, ha sido la persona que más me ha enseñado”

Texto: Sandra Cuenca / Fotos: E.O. y Antonio Cuenca

La actriz Emma Ozores está triunfando en el teatro con la obra “El último que apague la luz”, escrita y dirigida por su padre Antonio Ozores. Nacida en una familia de artistas e hija de uno de los más grandes, ha heredado el buen humor de su padre, pero también el saber estar. Dice que si no hubiera sido actriz se hubiera dedicado a la fontanería, o hubiera sido electricista, camionera o aldeana, aunque está feliz de ser quien es. Hoy hablamos con ella para recordar sus comienzos, a su familia y sobre todo la figura de Antonio, su padre

Emma viene de una familia de artistas, pero de pequeña no tenía claro si quería seguir los pasos de su abuelo, padre y tíos. Les admiraba mucho, e iba de vez en cuando al rodaje de alguna película o al teatro, pero es en el momento de tener que decidir a que dedicarse, cuando se da cuenta que lo que le apetece es hacer algo que tuviera que ver con lo que llevaba viendo toda su vida. A ella le gustaba ese oficio, por lo que empezó a dar clases y a prepararse, para ver si realmente podía hacer ese trabajo o no, siempre ha ido despacio, poquito a poco.

Me dice que si no hubiera sido actriz le hubiera gustado ser fontanera, aunque reconoce que lo peor de ese trabajo es que las cosas se hacen en sitios muy difíciles. Me rio, pienso que está tomándome el pelo, pero no, está hablando muy en serio, “También me gusta la electricidad y la mecánica de automóviles. Aunque ser camionera tampoco hubiera estado mal, o aldeana”  A lo de ser aldeana y vivir en mitad del campo me apunto, le propongo comprar una finca a medias, dividirla en dos, e irnos con nuestros perros, volvemos a reír. La actriz es una enamorada y gran defensora de los animales, hoy mismo, antes de hablar con ella, sus perros se han peleado, al intentar separarlos uno de ellos le ha dado un mordisquito en la oreja, gajes del oficio, está claro que no se aburre. Pero volvamos a la entrevista.

La sonrisa de Emma no ha cambiado con los años.

¿Cómo ha sido nacer rodeada de grandes artistas?

Ha sido muy entretenido, la verdad. Los artistas normalmente suelen ser muy divertidos y buenas personas. Con muchísimo sentido del humor, por supuesto, y mi familia me ha inculcado buenos valores. Por eso ha sido muy bonito vivir con ellos, criarme en ese ambiente y conocerlo a fondo. Soy la sexta generación de actores, y admiro mucho a mi familia.

Tu padre siempre será un genio, ¿Qué has aprendido y heredado de él?

El sentido del humor y el sentido común. Tenía mucho de ambas cosas, y para mí no era solo un genio, era un sabio. Me encantaba la manera que tenía de ver la vida, con ese humor que tanto le caracterizaba, eso creo que es un síntoma de personas inteligentes. Mi padre ha sido todo para mí, la persona que más me ha enseñado, no solo por su comportamiento. Él siempre decía que a veces no hacía falta educar, que con el comportamiento se aprendía más. Era un ser maravilloso y perfecto. 

Emma con su padre, siempre le acompañaba a los eventos.

¿En algún momento has pensado que tu apellido te perjudicaba o beneficiaba?

No, yo creo que ni me ha perjudicado ni me ha beneficiado. Quizás si me ha beneficiado para darme a conocer, cuando aún no me conocía nadie e iba a alguna productora con mi foto, siempre me decían: “Eres la hija de Antonio Ozores” o “que alegría, pero no me digas, tu eres la hija de Antonio Ozores, dale un beso a tu padre, yo he trabajado mucho con él”. Yo me iba muy contenta a casa, sabiendo lo mucho que quería la gente a mi padre, pero luego no me llamaba nadie. Era muy bonito el encuentro, y lo normal es que no me cogieran, no me habían visto trabajar nunca. Los comienzos fueron difíciles. Pero siempre me he sentido muy orgullosa de mi familia, y además, me gustaría que siempre me reconocieran por ser la hija de Antonio Ozores, que es lo que soy. Siempre he admirado a mi padre, ahora estoy haciendo una obra de teatro que escribió y dirigió él, y sé que la gente viene a verme por el cariño a mi padre y para ver que ha hecho su hija.  

¿Qué fue para ti el “Un, dos, tres”?

Aprendizaje sobre todo. Yo estuve de guionista antes de participar como actriz, y fue maravilloso. Escribía desde el “buenas noches” del presentador hasta “nos vemos la semana que viene”, aprendí como se hacía un programa de tal envergadura desde dentro, y fue una experiencia increíble. Compartí trabajo con grandes guionistas que después han hecho muy buenas películas, como Joaquín Oristrell, o Fernando León de Aranoa, aprendí mucho de ellos. Y como actriz, al saber que tenía que bajar las escaleras, debía hacerlo bien sin apoyo y sin ningún compañero, deseando arrancar una sonrisa al público, era complicado. Trabajar con Chicho y que se fijara en mí fue algo genial, siempre le estaré agradecida.

¿Y “Farmacia de guardia”?

Amaba a Antonio Mercero, me ha parecido siempre una persona impresionante. Empecé con un papel pequeñito y poco a poco fue tomando más importancia, hasta que acabé con un papel protagonista, convirtiéndome en la manceba de la farmacia. Es de esas series en las que yo firmaría para estar toda la vida. Una serie estupenda con actores muy buenos, y con unos guiones perfectos. El ambiente era maravilloso, y si se producía algún momento de tensión, Mercero hacía alguna broma y se nos pasaba, fueron cinco años en los que hubo pocos momentos de esos.

Emma y Antonio con Concha Cuetos.

También hiciste tus pinitos como bailarina en “Mira quien baila”

En aquella época estaba haciendo a la vez “Mira quien baila” y “Aquí no hay quien viva”, uno en Madrid y otro en Barcelona. Dormía una hora al día porque no tenía más tiempo, así que lo disfruté poco. Quería hacerlo bien en la serie y recordar los pasos de baile para el programa, tomé vitaminas y gasté muchos botes de gotas para evitar los ojos rojos, por la falta de sueño. Pero fue una etapa muy bonita. 

¿Teatro, Cine o televisión?

Ahora que ya conozco todos los medios, puedo decir que normalmente donde trabajo en ese momento es el que más me gusta. Ahora estoy haciendo teatro, y eso de que el público esté ahí contigo, en vivo, me parece mágico. Si encima la gente se ríe con lo que estás haciendo y se levantan a aplaudir, es algo muy bonito. Por eso me gusta mucho el teatro, todo está pasando en ese momento. Cada día es diferente aunque digas el mismo texto, porque puedes cambiar el tono o inventar una frase que haga reír, así aprendes más.

“El último que apague la luz”, obra escrita y dirigida por Antonio Ozores, ¿cómo es la obra?

Las cosas que escribe mi padre son diferentes y muy originales. Por eso no es fácil contar los argumentos. Te puedo decir que hacemos muchos personajes distintos, que no tienen nada que ver uno con el otro y que la gente tiene que usar muchísimo la imaginación. Por ejemplo, decimos que hay una parada de autobús que no está, pero que la gente tiene que imaginar que está ahí, o en otro momento de la función somos padres primerizos que volvemos a casa con el bebé, yo tengo los brazos puestos como si de verdad estuviera. Todo es muy original. La obra ha sido Premio Nacional, premiada en el Festival de Edimburgo y en el de Nueva York, nos compraron los derechos una compañía inglesa, estamos muy contentos. Pasan muchas cosas, la verdad. Un amigo, el día que vino a ver la función me decía que al final veía la parada del autobús, en otro momento señalamos una silla donde se supone hay un señor vestido de bombero, y una señora me decía que se había reído mucho, y que lo de cargar con el muñeco vestido de bombero era un poco duro porque pesaría mucho. Yo le explicaba que no había muñeco, que la silla estaba vacía, y ella insistía en que había visto el muñeco, me quedé loca. Es una obra diferente, prácticamente no hay decorado porque mi padre lo que quería era tener un texto muy bueno y que nos apoyáramos en ese texto. Hacer un teatro como el que se hacía antes, y donde lo importante era la palabra. Lo importante es que la gente venga y desconecte de todos sus problemas.

Una imagen de la actriz durante la obra «El ultimo que apague la luz»

Emma está de gira, después de estar meses en Madrid y de la pandemia, están haciendo una gira en condiciones. En agosto estarán en Jaén y Badajoz, en septiembre irán a Sigüenza y Arnedo, en octubre visitarán Cangas de Narcea, Humanes y Candeleda. Tienen fechas cerradas hasta enero del año que viene. Además al preguntarle por nuevos proyectos nos cuenta que está moviendo una cosa muy chula, “y ya no sé más”, añade. Seguro que en cuanto salga nos lo contará.

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