sábado, abril 27, 2024

La Doctora María de la Puerta nos presenta su libro «Un intestino feliz»

Texto: S. Cuenca

La doctora de la Puerta, una de las mayores expertas en la materia, nos ofrece la obra definitiva sobre la microbiota y demuestra, basándose en su dilatada experiencia clínica e investigación científica, la conexión que existe entre el intestino y el cerebro.En este libro conoceremos, de forma sencilla y llena de ejemplos prácticos, qué es realmente la microbiota, cómo podemos cuidarla y qué hábitos son necesarios para equilibrarla desde la alimentación, el ejercicio, el sueño, la digestión, el estrés, la inflamación.

¿Qué es la Microbiota intestinal?

Es el conjunto de bacterias que viven en nuestro cuerpo y en perfecto equilibrio, entre ellas y con nosotros. Por defecto, hablamos de microbiota haciendo referencia a la microbiota intestinal, porque es el ecosistema más grande y diverso de todo lo que tenemos en el cuerpo. Tenemos microbiota en el bulvo vaginal, en el aparato urinario, en los pulmones, en la boca… pero el grupo que vive en el intestino es el más grande en número y en importancia funcional. Por eso, cuando hablamos de microbiota nos referimos, normalmente, a la microbiota intestinal.

¿Qué influye en nuestra microbiota?

La microbiota influye en muchos aspectos de nuestra salud digestiva porque está en la tripa y en acción directa de estabilidad funcional digestiva. La microbiota, a través de las sustancias de los metabólicos que produce, también tiene actividad sobre el sistema inmunitario, nos ayuda a defendernos frente a tóxicos, patógenos y microorganismos que nos pueden infectar. Influyen en el metabolismo, en el sistema endocrino y en la comunicación con el sistema nervioso, es lo que se llama eje intestino-cerebro.

Háblenos de ese eje intestino-cerebro…

El eje intestino-cerebro es la comunicación entre el sistema nervioso central que tenemos en el cerebro, y el sistema nervioso que tenemos en la tripa. En el intestino tenemos células del sistema nervioso, neuronas, exactamente iguales a las que hay en la cabeza y con una actividad exactamente igual. Esas neuronas del intestino y las neuronas del cerebro están comunicadas por muchos caminos directos e indirectos, esos caminos son por los que la microbiota interactúa, facilitando la comunicación.

En su libro dice que también nos puede afectar a nuestra salud mental ¿Hasta que punto puede condicionar nuestros sentimientos y nuestro estado de ánimo?

Las neuronas que tenemos en la tripa son capaces de producir metabólicos con actividad neuro activa como los del cerebro y se llaman neurotransmisores. Son las palabras del sistema nervioso y algunos de ellos, por ejemplo la serotonina, es lo que clásicamente se ha llamado la hormona de la felicidad, es la que nos produce sensación de alegría y de bienestar. Esa sensación de felicidad que produce esa hormona se produce en el 90% en el intestino y solo el 10% en la cabeza. Pero hay muchas moléculas que también afectan al estado de ánimo que se producen en la tripa. La dopamina, por ejemplo, es la responsable de nuestra sensación de motivación, de ganas de hacer cosas, es la hormona del placer… la acetilcolina, memoria, actividad muscular, todas estas moléculas de motivación, alegría, paz, placer.. todo eso se produce en el intestino.

¿Cómo podemos cuidar nuestra microbiota?

La microbiota la cuidamos con el estilo de vida, tenemos cuatro pilares importantes en el estilo de vida que condicionan como está. Son: la alimentación, el ejercicio, el manejo del estrés y la calidad del sueño, hablo de cada una de ellas en el libro. En toda nuestra forma de vivir esos cuatro puntos serían los más importantes a la hora de influir sobre la microbiota.

El no prestar atención o el no cuidarla ¿puede provocarnos alguna enfermedad más complicada? ¿neurológica, por ejemplo?

Como causa única, no, lo que pasa es que el escenario inflamatorio que se genera asociado al desorden de microbiota, sí es un factor de riesgo muy alto por esa inflamación. Ese riesgo influye en el desarrollo de muchas patologías neurológicas como la depresión, cuadros de ansiedad, en los niños el neurodesarrollo, en pacientes más mayores patologías neurodegenerativas, no podemos hablar de ellos como causa única, pero si hay investigaciones suficientes para constatar que en ese proceso de inflamación asociado al desorden de microbiota, sí es un factor determinante muy importante.

La Disbiosis, que es una alteración de la composición microbiota… ¿Hay alguna edad especifica para sufrirla? ¿Cómo podemos reconocer los síntomas?

Disbiosis es la palabra que utilizamos para desorden de microbiota. En cualquier momento de la vida la microbiota se coloniza, llega a nuestro cuerpo en el momento del nacimiento y vive con nosotros toda la vida, por lo que puede estar ordenada o desordenada, generando problemas en cualquier momento de la vida. Para los síntomas asociados al desorden, tenemos un abanico grande. Los básicos y principales que nos hacen fácilmente hacer sospechar que la microbiota no está bien digestivamente: digestiones pesadas, hinchazón, gases, alternancia de ciclos, diarrea, estreñimiento… todo lo que sea dolor de barriga, cuadro digestivo. Pero también puede la microbiota estar detrás de cuadros en piel: eccemas, sequedad, picores… la microbiota puede estar también detrás de cefaleas, migrañas, cuadros de fatiga crónica, calambres, patología muscular, contracturas, mala recuperación de lesiones. Todo lo que sea escenario inflamatorio, de síntoma o enfermedad, puede tener detrás un desorden de microbiota.

Cuando se especializa en microbiota ¿Qué es lo que más le llamó la atención?

La trasversalidad, la cantidad de cosas en las que está implicada la microbiota. Cuando yo empecé a trabajar con microbiota, los primeros pacientes eran solo de digestivo. De repente te das cuenta, trabajando la microbiota y los síntomas digestivos, que al paciente le mejora la piel, el sueño… los niños que tienen problemas con el neurodesarrollo de repente duermen mejor, están menos agresivos, vas viendo el impacto. A los pacientes les deja de doler la cabeza y recuperan energía ósea, un montón de síntomas. Lo que más llama la atención es la trasversalidad del impacto de la microbiota.

Por eso dice usted en el libro que nuestro organismo es un todo ¿no?

Claro, es que todo está conectado y la microbiota es un vehículo común de conexión de la salud en todos los órganos y sistemas. Su actividad es lo que conecta un poco todo. Por eso digo que microbiota es salud, no salud digestiva ni salud endocrina o emocional, es SALUD y a partir de ahí con todos los matices, que efectivamente lo podemos hablar del plano afectivo, en el plano digestivo, neurológica o ya podemos matizar lo que queramos.

Después de este libro ¿preparando otro? ¿algún proyecto que me pueda contar?

Tengo dos proyectos en marcha, uno son unas mentorías que arrancan este mes de octubre, para hacer una formación en profundidad, médicos del manejo de la microbiota que van a durar cinco meses, hasta marzo. Y el segundo proyecto es un segundo libro, pero que va a tener que esperar un poquito.

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