viernes, marzo 29, 2024

Laura Pastor, profesora de Zumba

Texto: Sandra Cuenca/ Fotos: L.P.

Laura Pastor nació en Pozoamargo, un pequeño pueblo de Cuenca, hace 37 años. Laura se ha dedicado a muchas cosas, pero ahora mismo está centrada en su gran pasión, sus clases de zumba.

En septiembre del año pasado pudo empezar de nuevo a dar clases presenciales, una alegría para ella volverse a encontrar con sus alumnas y alumnos, ya que durante el confinamiento las clases eran online. Laura nos cuenta, que convertirse en profesora de zumba fue por casualidad, » Me encontraba en un momento complicado, en paro, y la situación era desesperante. No sabía por donde tirar o que hacer, y entonces, mi cuñada Sandra me animó a sacarme el titulo de profesora de zumba. A mi me gustaba mucho el baile y la música, así que me puse a investigar, me saqué el título y a los quince días ya estaba dando mi primera clase. Ha sido la mejor decisión que he tomado, ojalá lo hubiera hecho antes«. Laura lleva ya cuatro años impartiendo clases en varios pueblos de la provincia.

¿Por qué zumba y no aerobic, por ejemplo?

Por varias razones, yo cuando era más joven hacía aerobic, porque era lo que se llevaba entonces. Con el aerobic te mueves con música, pero no bailas, solo haces ejercicios aeróbicos. La zumba, sin embargo, combina movimientos aeróbicos, movimientos fitness y pasos de baile. Bailamos salsa, que se podría bailar en cualquier escuela de baile, usamos el ritmo y a la vez hacemos sentadillas, por ejemplo. Para mi es un ejercicio muy completo si te gusta bailar, la música, y moverte, la zumba es tu deporte.

¿Qué beneficios físicos tiene practicar zumba?

Beneficios físicos y mentales, que casi son más importantes estos últimos. Una clase bien hecha de 50 minutos, te puede hacer perder entre 800 y 1000 calorías, ahí ya tienes un buen motivo para hacer zumba. Ganas elasticidad, coordinación de brazos y piernas, te sientes más ligera, pierdes peso…todo son ventajas. En las clases se juega mucho con la intensidad del ejercicio, subimos el ritmo un rato y después lo bajamos acompañado por diferentes tipos de música. Mentalmente, esa hora que estás en clase, te olvidas de lo que está pasando fuera (ni hijos, ni trabajo, ni casa). Compartimos música y risas, interactuamos con los compañeros y compañeras, es un rato solo para ti en el que liberamos endorfinas, hormonas que producen felicidad y que tienen un efecto analgésico natural.

Laura en una de sus clases.

¿Por qué crees que se ha puesto tan de moda este deporte?

Por lo que te he comentado antes, es una combinación de diferentes ejercicios físicos. Es una actividad divertida, no te quedas sentada en el sofá de tu casa, sino que sales a practicar un deporte entretenido. Como pasa con todo, hay veces que te da pereza salir de casa, incluso a mi, que soy monitora, hay días que cuesta arrancar. Cuando es invierno, aquí en La Mancha podemos estar a cuatro grados bajo cero, y las clases suelen ser tarde, tipo ocho y media de la noche (es cuando la gente termina de trabajar), salir del calorcito de casa para hacer deporte, cuesta, pero se hace. Yo soy de interactuar mucho con mis alumnos y alumnas, aunque ahora con la pandemia no se puede, soy de poner canciones para bailar en parejas o grupos, hace batallas, en resumen, pasarlo bien y disfrutar, conocer gente. Esas cosas son las que hacen que la zumba esté teniendo éxito.

¿La zumba se puede practicar a cualquier edad?

Si, claro.. En dos pueblos de aquí, Casas de Haro y Sisante he tenido grupos de niños. Ahora con esta situación no los tengo, es una de las cosas que me ha quitado este virus, mis clases con los más pequeños. He tenido grupos de 3 a 6 años y de 7 a 12 años, y es una pasada. Los niños son esponjas que te lo copian todo y bailar con ellos trae muchas satisfacciones. Luego tengo mujeres de 70 años que van a su ritmo, yo no les meto presión, solo les dejo hacer lo que puedan. Mi intención como profesora es que la gente que venga a mis clases se divierta y se lo pase bien, sin importar la edad que tengan.

¿Adaptas las clases a la edad de tus alumnos y alumnas?

Me preparo las clases para todos en general, dentro de la zumba hay varias especialidades, esta la «zumba kids«, la zumba «kids junior«, el «básico» o el «gold» (a partir de sesenta años), en el que los movimientos son mucho más suaves. Ahora mismo no tengo suficiente gente como para hacer grupos, así que ellos mismos adaptan los ejercicios a lo que pueden hacer, y yo estoy ahí para ayudarles.

Llega la pandemia y el confinamiento, ¿Cómo te planteas la situación?

Fue un palo. Las clases me dan la vida. Encontrarte en esa situación en la que no puedes salir de casa, no puedes hacer nada…ha sido duro, para mi y para casi todo el mundo. Mis alumnas empezaron a escribirme mientras pasaban los días y las semanas, entonces me di cuenta que la gente lo que hacía eran cosas online a través de Facebook e Instagram, y me dije: «voy a probar«. Se me ocurrió dar una clase desde mi perfil de Facebook y tuvo muchísimo éxito, se corrió la voz y empezaron a pedirme amistad personas que no conocía, gente desde Madrid, Valencia o Alicante y así estuve un mes, dando clases online gratuitas, cinco días a la semana con diferentes horarios. Al pasar ese mes, lo que hice fue pedir un donativo, para que las personas que se conectaban a mis clases me ayudaran económicamente, yo estaba parada, sin clases presenciales y sin ingresos. La gente lo entendió y me ayudó. Cuando acabó todo, recuerdo que lloré como una niña pequeña. Volví a mis clases normales, que tenía muchas ganas, pero no olvidaré nunca la experiencia de dar clases online, había una conexión muy especial con ellas, aunque solo fuera a través de una pantalla.

Clase de zumba en un acto solidario.

Vuelves a las clases presenciales, ¿Qué te encuentras?

Pues me encuentro una situación dura y complicada, porque en algunos sitios ni siquiera me han dejado empezar, se han negado a que lo haga. Me duele porque durante todos estos meses, desde que empecé, no he tenido ni un solo contagio en mis clases, creo que lo hemos hecho bien, guardando todas las medidas de seguridad. No tengo grupos de niños y el aforo en clase es reducido, yo he tenido hasta cuarenta alumnos y alumnas en clase, imagínate.

¿Te has planteado volver a dar clases online?

No, fue una experiencia enriquecedora en un momento puntual, pero también fue dura. Vivo en un pueblo pequeño donde las conexiones a internet fallan, no resultó fácil. Después surge otro problema con la marca zumba, que está registrada, no nos dejaban dar las clases por Facebook, sino que había que hacerlas por Zoom. Y ahí viene el problema, tengo alumnas mayores que no se manejan con las aplicaciones, explicarles como instalar y usar Zoom, complicado. Así que, prefiero las clases presenciales, aun teniendo solo ocho o diez personas.

Si queréis seguir a Laura por Facebook, aquí os dejamos su perfil.

Laura Pastor Zumba instructor

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