viernes, marzo 29, 2024

Luis Mottola: «Para querer interpretar un personaje tiene que emocionarme en todos los sentidos»

Texto: S. Cuenca/ Fotos: L.M. y Ezequiel Trejo (para la revista Fetén)

El actor Luis Mottola nació en Buenos Aires, Argentina, pero lleva más de veinte años viviendo y trabajando en España. Todos le recordamos por su personaje de Andrés Novoa en la serie «El Internado«, pero acumula un currículum extensísimo no solo en televisión sino en cine y, sobre todo, en teatro. También ha presentado varias ediciones del magazine deportivo dedicado a los mundiales de fútbol «Destino: Mundial» para la plataforma digital HBO y, tras «No me cambies la vida» en la Cope, un programa de radio inclusivo premiado por la Fundación Inocente, ahora conduce el magazine semanal MOTTOLA Y CIA, que combina con las funciones de la gira teatral de «CAMPEONES DE LA COMEDIA» y otros trabajos como coach artístico y de habilidades en empresas.

Mottola nos cuenta que su carrera de actor comenzó en el colegio, con apenas once o doce años, en una adaptación de «El Rey Lear» de Shakespeare en la que encarnó al legendario monarca. «Con aquella edad todo era un juego, incluido hacer teatro; todo era de una inocencia absoluta. Nada que ver con lo que hacemos de adultos«, relata el actor. Recuerda con mucho cariño lo que era quitarle importancia al texto que representaba y reconoce que lo disfrutaba muchísimo. Cuando echa la vista atrás, no puede evitar acordarse de su trabajo con un director maravilloso que se cruzó en su camino, Norman Briski, que una vez le dijo: «En la vida, somos tres meses cucaracha y tres meses mariposa, así que, para mantenerte en esta profesión, es mejor hacer también algo más que te guste y que te pueda mantener«. Así que se licenció en Educación Física, algo que siempre le había gustado, mientras hacía sus pinitos teatrales. «En aquella época, hacía mucho teatro de calle pero me licencié como profesor de Educación Física, con especialización en el área de integración. Incorporé en aquel trabajo todo lo que sabía de teatro y hoy también trabajo como coach de habilidades para empresas sobre la base de aquellos recursos«, añade.

¿Qué te queda de aquella época a día de hoy?

Me queda todo, en realidad la esencia es la misma. No me gusta que eso cambie. Creo que, con lo años, me mantengo en mi línea de siempre. También queda la capacidad y la actitud de jugar, de probar, pero sobre todo sigo tomando esta profesión con toda la seriedad y la disciplina que exige, sabiendo siempre que, al final, la vida es un estado de cambio permanente y nos la pasamos haciendo y deshaciendo cosas continuamente para adaptarnos.

¿Sigues con la misma ilusión de aquellos primeros años?

La ilusión sigue ahí aunque, evidentemente, no es la misma. Con los años, pasa de ser un simple juego para convertirse en una responsabilidad cuando se convierte en una profesión y aparece la necesidad de que te paguen por ella. Si uno quiere trabajar como actor la ilusión no es suficiente; hay que perseverar sin desfallecer, estudiar mucho, prepararte mucho, dejarte la piel sin esperar a que llegue la suerte, que también hace falta, pero sobre todo abrirte paso en el sector, relacionarte con el resto de profesionales, integrarte en la industria. Es una carrera de fondo y, por supuesto, la ilusión se resiente a menudo por las vallas que la profesión te hace saltar; hay muchos noes y es necesario saber gestionar las negativas, las esperas, los proyectos que quieres y que terminas perdiendo, el silencio del teléfono. Es una profesión hermosa pero también algo cruel, aunque vivir el proceso te hace también más fuerte. Ahora lo estoy viviendo en casa con mi hija, una pequeña intérprete, cantante y bailarina de trece años y varios años de formación artística a sus espaldas que ya ha recibido su primer «no» y ha vivido su primera frustración, una pequeña traba con su edad, pero a la vez un pequeño drama del que tendrá que aprender. Yo le compartí mi propia experiencia, mostrándole un reciente mensaje de respuesta a un casting en la que me agradecían el riesgo y la belleza de mi prueba y también que el personaje precisaba de otro perfil y me quedaba fuera. Es aprendizaje por el ejemplo. Es “Vitamina NO”, un remedio que te hace más fuerte.

@ezequiel-trejo para revista Fetén

Has hecho cine, televisión y teatro… ¿Eres de los que prefiere el teatro por encima de lo demás?

Lo prefiero por lo inmediato del momento sobre el escenario, por el vértigo del abismo, por la electricidad entre el escenario y el patio de butacas. Es pura verdad sin repeticiones ni postproducción. Pero el trabajo de pantalla tiene otras cosas que el teatro no te puede dar: la gestualidad del primer plano, la sensación de profundidad espacial, el tratamiento del sonido para resaltar matices de la voz. En fin, cada escenario tiene lo suyo.

Tu acento argentino, ¿te ha condicionado alguna vez a la hora de hacer algún papel?

Sí, me ha condicionado muchas veces incluso teniendo un acento muy suave, más cercano al estilo canario que al propio argentino. En su momento, trabajé con una logopeda para afinarlo aún más para “El Internado” y me mantengo en ese registro, bastante neutro, después de veinte años viviendo en España. Después de tanto tiempo, lo tengo integrado y asumido: no me esfuerzo por modificarlo más, es mi acento característico. Lo mejor es relajarse con este tema, sino puede ser un factor que genera demasiada presión y con la de la propia profesión ya es bastante. He nacido en Argentina, llevo 20 años viviendo en España, esta es mi casa y mi sitio.

¿Qué tiene que tener un personaje para que decidas interpretarlo?

Sencillamente, que me guste y que me mueva cuando lo lea, nada más. Tiene que agitarme en cualquier sentido, no solo por el personaje o por su historia, también por que suponga un reto por su lejanía cultural con relación a mí o porque sea un desafío. Aunque en la producción más actual hay mucho arquetipo, por la rapidez de las producciones, no me atraen especialmente los papeles ni de guapos ni de argentinos ni de galanes. Si me ofrecen un guapo, tiene que ser un guapo con algo más, un canalla, un asesino, un estafador… Pero me encanta que me ofrezcan feos y que me desfiguren en maquillaje. Hay miles de papeles jugosos por hacer.

¿Hay algún personaje de los que hayas interpretado que recuerdes con especial cariño o que te haya marcado?

Hay muchos, en realidad. En España, «El Internado» fue como una marca registrada. Aún me paran por la calle para preguntarme y para hacer fotos. Es una sensación preciosa. Mi Príncipe de Nápoles en «La Tempestad» también lo recuerdo con mucho cariño, porque fue uno de mis despegues actorales, con un equipo de trabajo joven y estupendo, por que fue mi primer gran teatro en la calle Corrientes y por que el esfuerzo de aquel proyecto inicial me ha traído hasta aquí. En España, he tenido la suerte de trabajar con compañeros maravillosos, con actores fantásticos. El proyecto «Trágala Trágala» de Yllana en el Teatro Español o la serie «Negocis de familia» en Canal Nou me han regalado muchas alegrías, pero también muchos otros trabajos más recientes, como el multipremiado corto «Mesa para tres» o la película recién estrenada en Netflix «Jack«, que grabé en Londres durante la pandemia, o «El Hogar«, una película maravillosa de cine mudo que ya está triunfando en el circuito de festivales internacionales… Es difícil elegir. Además, le estoy cogiendo el gusto a las ficciones sonoras. Acabo de grabar voz para otro nuevo proyecto y cada vez me gusta más.

¿Qué ha sido lo más importante que te ha enseñado esta profesión?

Que es importante mantener lo profesional y lo personal en dos esferas completamente separadas. La nuestra en una profesión en la que la materia prima es la interpretación y la fabulación, el “engaño”. Hay que tener muy claro cuál es tu terreno privado y vedado y no abrirlo al “engaño actoral”, a personas que actúan como personajes. Es importante tener muy claros los límites que quieres marcar porque sino, al igual que en muchos otros sectores, la profesión te puede llegar a invadir.

@ezequiel-trejo para revista Fetén

Has trabajado con Lolita Flores en «Llévame hasta el cielo», «Prefiero que seamos amigos» y «La fuerza del cariño»… ¿cómo ha sido trabajar con ella?

Pues imagínate, una grandísima experiencia. En los últimos años, hemos trabajado juntos en un cortometraje, “La Doña”, de Alejandro Marcos, y en los tres proyectos de teatro que mencionas. Hacer una función con ella todos los días era un reto porque la química actoral que proyectamos en el escenario conecta muy bien con el público y, en giras largas, es un reto mantener el nivel día tras día cuando el día anterior ya crees que has dado todo. Es el mejor momento para un actor: el propio trabajo es un proceso de formación y actualización muy intenso pero muy enriquecedor.

¿Qué estás haciendo ahora? ¿Qué nuevos proyectos tienes?

Pues estoy inmerso en la temporada 22/23 de Mottola y Cía, un magazine cultural y de entrevistas en radio que hacemos en directo todos los martes en la hora afterwork, de 8 a 9 de la tarde. En la 107.0 FM, cada martes hacemos una mesa de charla con actores y directores, cantantes, profesionales de las artes y la cultura, la gastronomía, la literatura… y les hacemos un pequeño homenaje. No es un programa de entrevistas convencional porque siempre tenemos música, mensajes de amigos y de otros artistas, hablamos de ciencia o de gastronomía… Es un contenedor de radio con corazón. El resto de la semana, continúo con la gira de «Campeones de la comedia«, el spin-off teatral de la película «Campeones«, uno de los mayores éxitos del cine español de todos los tiempos y que ya tiene en capilla el estreno de la segunda parte en cines. El público es maravilloso y está llenando los teatros cada semana, para disfrutar con algunos de los actores principales de la peli que también protagonizan nuestra función. Es todo ternura y emoción. Además, esta función es un antídoto contra las famosas envidias, puñaladas y otras lindezas que se cuentan sobre nuestra profesión. El equipo está formado por actrices y actores que trabajan juntos, disfrutan y se abrazan. No hay contaminación, solo cariño y buen rollo. Es maravilloso. Estoy disfrutando muchísimo con mi papel de Héctor. Además, hay un proyecto de televisión entre manos. Ahí está, cocinándose.

También estás preparando un proyecto personal para teatro, ¿me puedes contar algo?

Este proyecto está también en cocina. Lleva un poco de retraso por los vaivenes de agenda pero espero dar el pistoletazo de salida muy pronto. Hay un unipersonal dramático y también un proyecto de monólogo de comedia. Y un par de cosas más para ficción y cine llamando a la puerta.

Puedes seguir a Luis Mottola en sus redes: Instagram y youtube o en su página web www.luismottola.es

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