Por Sandra Cuenca
«EL Barrio», dirigida y escrita por Diego Da Costa, es la segunda producción de La Joie de la colina y está protagonizada por Jaime Macanás, Rober Pascual y Alfonso Muñoz, en ella se explora la intimidad entre hombres de barrio y cómo les influye la imagen que tienen sobre la masculinidad.
Junio es el mes del Orgullo LGTBI+ y una de las mejores formas de celebrarlo es acercarse a ver y disfrutar de «El Barrio» en el Teatro Lara de Madrid. Una obra que reivindica como la imagen de lo masculino puede oprimir las relaciones y emociones entre hombres, donde uno de los personajes en bisexual, mientras que otro es homosexual y el tercero es heterosexual. El texto es perfecto, la puesta en escena te hace retroceder en el tiempo y los personajes se convierten, al final de la obra, en tus propios viejos amigos del barrio.
Tenía muchas ganas de charlar con Diego Da Costa, sobre todo después de haber disfrutado de su obra «EL Barrio«, había muchas preguntas que hacerle, muchas dudas que necesitaba despejar, pero, sobre todo, quería saber que había detrás de esa maravillosa historia. Diego se considera un soñador que desde pequeño ya soñaba con crear historias, «recuerdo que con 12 años ya escribía guiones» nos cuenta y añade «fundé mi compañía junto a Julio Viñuela Gavela y estamos trabajando poco a poco, pero poniendo mucha pasión en todo lo que hacemos«. A Diego le gustaba el cine, pero cuando tuvo que decidir que estudiar hizo Comunicación Audiovisual, «era lo más parecido que había en la Universidad pública«, recuerda. A partir de ahí comienza a trabajar como redactor y reportero para diferentes medios de cultura y poco a poco va conociendo más ese mundo, hasta que llega a CinemaGavia, donde comienza a liderar la sección de Teatro, «es entonces cuando empiezo a conocer a muchos profesionales y a pensar en la manera de empezar mis propias obras, no solo a escribir de lo que hacen los demás«. En 2020, junto a Julio Viñuela Gavela, escribe «Ayer intenté suicidarme«, la primera obra con la que debutaron en el teatro.
«El Barrio» es tu segunda producción, ¿Cómo nace este proyecto?
Nace de una reflexión, realmente no estaba planeada como a lo mejor si lo estaba «Ayer intenté suicidarme«, preguntándome cuales habían sido mis referentes masculinos durante mi adolescencia y, sobre todo, imágenes de jóvenes que veía en la calle, cuáles habían sido los suyos y si son diferentes por el barrio en el que han crecido. Por ejemplo, en un barrio del centro de Madrid como puede ser Chueca, comparándolo con el que tuve yo en mi adolescencia que era El Carmen-La Elipa. A partir de ahí, empiezo una investigación preguntando a más jóvenes, sobre todo a la generación de los que ahora tenemos alrededor de treinta años o treinta y pocos. Necesitaba saber que imágenes tenían, porque se supone que nosotros ya hemos crecido con más libertad, pero sí conocer las consecuencias que tuvo esa educación en nuestras vidas actuales.
¿Cómo fue la elección de los tres actores? ¿Fue por casting?
Sí, fue por casting, ya que para la primera obra si que habíamos contado con profesionales que también eran amigos, para empezar creíamos que debíamos buscar un entorno más amigable, pero para esta segunda decidimos que queríamos dar un pasito más y trabajar con actores a los que no conociéramos. Así que lanzamos un casting por redes sociales al que se presentaron varias personas y luego, un casting final presencial en el que estuvieron Jaime, Rober y Alfonso junto a alguna persona más, finalmente ellos tres fueron los elegidos. Ahí empieza un proceso bastante largo, tardamos tiempo en estrenar la obra, empezamos la primera lectura en mayo y no estrenamos hasta enero de 2024.
Tres personajes que a simple vista parecen muy diferentes, pero que según va avanzando la obra, te vas dando cuenta de que tienen muchas cosas en común, aparte de haberse criado en el mismo barrio…
Sí, al final también buscábamos mostrar esa diversidad que hay en los barrios, no por ser una persona de barrio tienes que ser de una manera concreta. Pero, al mismo tiempo, buscar el punto en común de como la masculinidad, en este caso, afecta a cada persona, dejando a un lado las rencillas existentes. Queríamos jugar a que no hubiera un malo y un bueno, necesitábamos que existiera una escala de grises. Tenemos tres personajes que han cometido errores, que han tenido miedos y que también tienen sueños, y que vuelven a verse en ese reencuentro. Uno de los personajes dice en un momento de la obra: «Somos más parecidos de lo que creemos«.
Esta obra, ¿Podría haberse ambientado en un barrio de clase alta? La zona de Goya, por ejemplo.
Pues fíjate, el personaje de Darío ha pasado su infancia en el barrio de Goya… Yo creo se podría perfectamente, aunque es posible que tuvieran otro tipo de ataduras y en otro contexto. En «El Barrio» lo que intentamos es demostrar que en los barrios trabajadores, aunque exista una lucha social en cuanto a trabajo o ese tipo de temáticas, respecto a la visibilidad LGTB no están tan avanzados como se puede pensar. En un barrio como el de Goya, habría otro tipo de ataduras que, a lo mejor, dependerían del circulo en el que se movieran, que podría ser esa atadura LGTB, más porque todavía estamos en la lucha, ya que es algo que no está solucionado.
La obra habla de la adolescencia y de las consecuencias que tienen nuestros actos y conductas en esa etapa al llegar a adultos, ¿Es la adolescencia el momento donde descubrimos e identificamos lo que nos gusta en temas sexuales? ¿Crees que es una etapa en la que sabemos si nos gusta una chica o un chico?
Creo que es una de las etapas más importantes al nivel de que empezamos a identificarnos, incluso sexualmente ya empezamos a saber lo que nos gusta, pero pienso que es una edad temprana para definirse completamente. Es una etapa fundamental porque es cuando se ponen las primeras piedras, es cuando empezamos a notar si nos gustan las chicas o si nos gustan los chicos, o como en el caso de Darío que le gusten los dos. Pero también creo que es un momento de muchísima confusión porque intentas encajar como sea y eso es complicado, ya que, a lo mejor, lo que tú quieres no se ajusta a lo que crees que la sociedad espera de ti. Por eso pienso que es un momento complicado, es cuando comienzas a descubrirte, pero no será hasta tiempo después, cuando salgas de esa etapa, cuando sabrás quien eres y como te identificas.
Hay algo de la obra que me sorprendió mucho, la cantidad de sentimientos que hay entre los personajes, no hablo de sexo, hablo de amor, de cariño, de compañerismo y de amistad. Quiero felicitarte porque esos sentimientos se notan en cada gesto y en la forma de hablar. ¿Pretendías que sucediera esto?
Completamente. Durante el proceso de ensayos esto era fundamental para nosotros, nosotros lo llamamos «la escucha entre los actores», lo hemos machacado muchísimo porque va más allá del texto, lo importante era que también se transmitiese que eran amigos de toda la vida, de la pandilla. Es verdad que hay una confianza intrínseca cuando te encuentras con esa gente del pasado con la que has crecido, un mínimo gesto… Por ejemplo, cuando va a entrar a la fiesta uno de los personajes al escuchar la llamada por el megáfono, cómo le dice simplemente: «Venga, va, entra..«. Son detalles que buscan esa familiaridad y cercanía, porque lo que queríamos eran personajes que te pudieras encontrar en cualquier sitio y que los sintieses como si fueran de tu grupo de amigos.
Quiero contarte la sensación que tuve cuando terminó la obra: me dio mucha pena pensar en el tiempo perdido de los personajes, solo por ocultar sus tendencias sexuales. ¿Con qué sensación te gustaría que se quedara el público?
Siempre digo que me gusta escuchar lo que le toca a cada persona y tener la oportunidad de abrir un debate. Al final, no me gusta imponer una tesis y que sea la única que se compre, me gusta que cada espectador lo interprete como desee, pero si es verdad que lo que queríamos remover era la manera de liberarte cuando eres adulto. Esto no significa que todas las heridas estén cerradas sino que también es importante perdonarte a ti mismo, incluso más que a los demás. Muchas veces nos autojuzgamos de las decisiones que tomamos entonces, de ese tiempo perdido hablamos también, pero es que a veces la evolución de la vida no es la misma para todos. Quiero hacer una reflexión sobre como cuidarnos a nosotros mismos y no tener miedo a aceptar que en aquella época éramos demasiado jóvenes para gestionar según que situaciones.
El mes de junio, mes del Orgullo LGTBI+ ¿Crees que a día de hoy aún es necesario dar visibilidad a este tema?
Por supuesto. Me parece que aunque se esté visibilizando cada vez más, aún queda muchísimo camino por recorrer. Desgraciadamente los discursos de odio, por ejemplo, han subido en los últimos años. Madrid sigue siendo una de las ciudades que más da la bienvenida al colectivo LGTB, pero si salimos fuera todavía queda mucho por hacer. No solo es importante reivindicar el Orgullo, sino que a través de la Cultura debemos mostrar personajes LGTB, sin centrar la trama en la sexualidad de una determinada manera o mostrar distintos tipos de sexualidad bisexual, o incluso de género.
¿Era importante para ti poner la masculinidad, de la que muchos hombres hacen patria, en el punto de mira?
Sí, la verdad es que me apetecía hacerlo desde que empieza el proyecto. Muchas veces, cuando se habla de feminismo, sobre todo en un ambiente tan crispado como el de ahora, da la sensación de que hay hombres que escuchan la palabra «Fémina» en Feminismo, que no tiene nada que ver con ellos y al contrario, creo que el feminismo nos afecta a todos de alguna manera. Ahí, la masculinidad también se ve afectada, cómo los hombres durante muchos años, por ese machismo intrínseco, no se les ha permitido expresar sus emociones. Yo recuerdo que de pequeño nos decían que no lloráramos porque eso era cosa de niñas y de débiles, incluso con mi primera obra que hablaba de suicidio, se sabe que el porcentaje de suicidio en hombres es mayor que el de mujeres y se atribuye, mayormente, a la dificultad de expresar sus sentimientos. Por todo esto me parecía importante hablar también del feminismo y no solo poniendo el foco en la mujer, algo fundamental, sino en los hombres, en como nos puede afectar y, de verdad, replantearnos ciertas actitudes.
Tu primera obra, «Ayer intente suicidarme», donde tratas un tema duro, «El Barrio», otro tema complicado, presiento que eres de retos .. ¿Cómo será el próximo proyecto?
Todavía no podemos decir nada, pero si te puedo contar que muy pronto, este año, la tercera producción va a salir a la luz, lo anunciaremos en unas semanas. Esta vez el guion corre a cargo de Julio, que el fue el coautor de Ayer intenté suicidarme y sí puedo decir que va a sorprender, porque nos alejamos de la temática social, va a ir por otro lado, que yo creo que va a gustar mucho porque es complejo, más a nivel de género y estilo que de temática.