jueves, abril 18, 2024

Flavia Zarzo: «Me he pasado unos años haciendo el papel de mi vida, ser madre»

Texto: S. Cuenca/ Fotos: Luis Malibrán y F.Z.

La actriz Flavia Zarzo está en uno de sus mejores momentos y se nota al hablar con ella, tiene ganas de volver a trabajar, porque a sus 61 años, y después de haber tenido otras prioridades, le apetece volver a meterse en la piel de un personaje y disfrutar haciéndolo.

Flavia Zarzo no pensaba ser actriz, ella quería dedicarse a la música, quería cantar y reconoce que una de sus frustraciones es no haber tenido una banda de rock potente, aunque es verdad que fue vocalista en alguna. «Me hubiera gustado haberme dedicado a la música y menos a la interpretación, pero digamos que no se dieron las circunstancias«, nos cuenta. Pero sabe que es feliz con lo que hace y nos sorprende cuando recuerda que lo primero que hizo, a nivel artístico, fue empezar a pintar cuando solo tenía 9 o 10 años, de hecho, tiene más de 40 cuadros pintados al óleo.

Así que, ¿te hubiera gustado dedicarte a la música?

La música ha sido mi pasión toda la vida. Te digo más, los guiones me los estudio cantando y cuando tengo que memorizar 300 o 400 folios me pongo música y cuanto más fuerte esté, mejor. Cada uno trabaja de una manera diferente a la hora de memorizar, pero yo, si estoy en un espacio donde hay mucho ruido o tengo la música puesta, sí consigo concentrarme y memorizar, sé que cuando vaya a plató nada me va a despistar. Siempre que estudio y memorizo lo hago con música de fondo, de hecho, oigo una canción y al momento te digo el estribillo, tengo una relación con la música muy directa. Empecé en el coro de una iglesia con 14 años, ahí teníamos una mesa de mezclas, con muchos canales, y una guitarra Fender Stratocaster, que en Madrid no la había en ningún sitio, te hablo del año 75 o 76. Yo cantaba en un grupo que se llamaba «Chocolate con Churros» y con ese grupo nos presentamos al primer Festival de rock de la Villa de Madrid. Yo dejé ese grupo porque se fueron a la mili los cuatro componentes y ese año, que me quedé sola, fue cuando hice mi primer trabajo como actriz. Hice un Estudio 1 para TVE, que creo fue uno de los últimos en blanco y negro, con Don Cayetano Luca de Tena en el año 1979, haciendo «El lindo Don Diego«, todo en verso y no sabes lo difícil que era meter una frase en medio de los monólogos de los compañeros, como Paco Abad y Julia Trujillo, que cantaban el verso. Cuando volvieron los chicos de la mili, yo ya estaba trabajando como actriz y cogieron a Coral Romero Márquez de vocalista. Yo ya había hecho publicidad y Chicho Ibáñez me empezó a llamar porque le gustaban mis manos para hacer bodegones. Mi trabajo como actriz lo he ido combinando con la música.

¿Cómo recuerdas aquellos primeros años como actriz?

Los recuerdo sin ninguna experiencia, eso nos ha pasado a todos, ya que empiezas a hacer una cosa nueva, como estar en un plató. Yo recuerdo que Chicho, que me adoraba y yo también a él, me decía: «¡Flavia!» y yo miraba para el techo y me contestaba: «Qué no mires para el techo, que no soy dios» -ríe- esas cosas nos han pasado a todos la primera vez que nos hemos metido en un plató. Empecé a aprender el oficio y he de decir que antes, aparte de la publicidad, me pasé 2 o 3 años haciendo figuración en películas, primero sin frases y después con ellas.

Empiezas desde abajo, como otras muchas actrices, pero, ser hija de Manolo Zarzo, ¿te ha beneficiado o te ha perjudicado?

A ver, ¿me ha perjudicado en un principio? no, al principio me benefició. Tú te manejas mejor en el medio porque lo has vivido en casa, conoces a la gente del medio, sabes lo que es un plan de rodaje, lo que es una secuencia o un plano… la jerga profesional la he mamado. Aparte de que mi padre es actor, mi madre era bailarina y trabajó con Lola Flores, con Juanito Valderrama o con Marifé de Triana, el mundo del espectáculo lo he vivido desde que he nacido. Por eso, cuando empecé me sabía mover muy bien, conocí lo que era dar el coñazo y que te fuera conociendo todo el mundo. Después, con la prensa he tenido muy buena relación, igual que con los compañeros de profesión, creo que soy una persona educada, simpática y buena gente, por lo que todo ha ido fluyendo siempre. Con los años, no es que el apellido me haya perjudicado, pero si es verdad que después de una década trabajando aún decían que era la «hija de», pero con 61 años que tengo ahora, que aún sigan diciendo «tú eres la hija de Manolo» ¡hombre! pues es mi padre, no creo que haya más que decir. Me ha beneficiado y me ha perjudicado, quiero decir que es un arma de doble filo. Tú tienes que hacer tu trabajo y yo ya me he ganado mi sitio.

Has hecho cine, televisión y sobre todo teatro, donde has tenido muchos éxitos y donde te consideran una de las mejores actrices de nuestro teatro, ¿eres de las que ha preferido subirse a un escenario en vez de hacer cine o televisión?

Tengo que reconocer que el directo me fascina, es mi mayor hobby, del tipo que sea. ¿Qué a mí el teatro me llama la atención muchísimo más? sí, porque a mí me han dado grandes personajes. Lo que más tengo, de cantidad, es televisión, y posiblemente sea lo que más popularidad me ha dado. Cine he hecho menos, 10 o 12 películas de protagonista, pero el teatro que he hecho ha sido con grandes papeles.

Soy una actriz todoterreno. Me manejo igual de bien en los tres medios, ahora, he disfrutado mucho más encima de un escenario porque me han dado unos papeles de carne y hueso buenísimos, que además, los he podido trabajar como a mí me gusta. La libertad que te da el teatro no te lo dan otros medios audiovisuales y creo que el trabajo en un escenario es como más íntimo y personal. Si te dan un personaje clásico ya es la bomba, los clásicos son clásicos porque no hay que tocarlos. Yo me he encontrado en la situación de estar ensayando una función y tener al autor en el patio de butacas viéndolo y darse cuenta de que esas frases, hasta que no las pones en boca de un personaje y el actor te las está diciendo, no sabe si funcionan. A mí me ha pasado, de estar memorizando un texto y si hay una frase que siempre se me cae (que no la recuerdo), ¿por qué? porque esa mujer nunca diría esa frase. Esto haciendo un clásico nunca pasa.

¿Hay algún papel que recuerdes de manera especial?

Mis chicas, así llamo a mis personajes, hacerlas el último día me cuesta mucho. El día que termino un personaje en un escenario las lágrimas se me caen siempre, porque es como si mataras algo tuyo, ya no vas a volver a hacerlo. Para mí es un día de sufrimiento. Mi tercera función, en la que Pepe Rubio me llevó de primera actriz, él me enseñó todo lo que no tenía que hacer en un escenario, y pasamos 18 meses de gira en los que disfruté muchísimo. El personaje de Yolanda del Río que hice, que era la protagonista de «Entre Tinieblas» de Pedro Almodóvar, también me dio muchas alegrías, porque era un trabajo muy duro que el público aplaudió mucho. Hacía de una yonqui que tenía muchos cambios emocionales y cantaba 4 temas en directo, era un personaje al que tenía que echarle mucho estómago, pero tengo muy buenos recuerdos. Creo que los personajes que he representado los he hecho muy dignamente porque me gustaban, desde el momento que me dan un texto y no me gusta, sé que no lo voy a hacer. Con todo lo que he hecho siempre he estado muy segura, con muchas ganas y con mucha ilusión.

¿Tienes alguna manía antes de estrenar una obra?

Antes de salir el primer día a un escenario, voy por todo el anfiteatro, por el patio de butacas y por el entresuelo andando, para ver como se ve el escenario desde todos los ángulos del teatro, siempre lo hago.

¿Eres muy perfeccionista?

Yo creo, que lo hago más por no tener el marrón de que una cosa no esté en su sitio. Hay una cosa que dicen mis compañeros de mí y que me gusta muchísimo, que siempre que salen conmigo al escenario salen increíblemente seguros. Recuerdo que había una actriz que salía en el Tenorio a sustituir a alguien, no tenía muchas frases, pero salía desencajada, y le dije que estuviera tranquila, que si hacía falta, yo la cubría, «decir lo suyo y lo mío sin problemas». Salió, yo me puse de lado para que ella mirara de frente al público (hay que ser generoso con los compañeros para que se luzcan), conseguí que estuviera tranquila, me dijo que le había dado mucha seguridad y protección en el escenario.

Jamás me he quedado en blanco y qué no me pase nunca, por favor, porque yo siempre estoy en situación, siempre metida al cien por cien en mi personaje.

Imagino que si estás concentrada en el personaje y no estás pensando en otras cosas, no tiene por qué pasarte, ¿no?

Yo no concibo salir a un escenario y estar pensando en lo que voy a poner de cena cuando llegue a casa, porque no disfruto de lo que estoy haciendo. Yo salgo a un escenario a pasarlo bien, a disfrutar como una loca y a hacer bien mi trabajo. No improviso nunca encima de un escenario, aunque parezca que Flavia Zarzo sea una actriz muy natural y muy fresca.

En algún momento dejas de trabajar, ¿Por qué?

Pues porque doy a luz a mi hijo y me quedo sola. Me paso unos años de mi vida haciendo única y exclusivamente el papel de mi vida, que es ser madre. ¿Qué sucede con eso? que al salir menos, al moverte menos en la profesión, ir a menos cenas, comidas y estrenos, el trabajo te va fluyendo menos. Va saliendo menos trabajo o trabajos más puntuales, no como lo que he estado haciendo durante más de veinte años, que terminaba uno y empezaba otro. Cuando de repente tienes tu vida concentrada en tu familia, pierdes el hilo, añadiendo que tu físico cambia, evidentemente, yo he tenido a mi hijo muy mayor, con 43 años. En estos años me ha dado tiempo a leer mucho y a estudiar mucho, he tenido tiempo para mí, para estar en mi casa. Yo de joven llevaba un ritmo de trabajo desenfrenado. Tenía un trabajo ya apalabrado cuando mi hijo nació y estuve dos años después sin parar de trabajar, sola y volviéndome loca. Yo me acuerdo de la gira larguísima de «Cinco lesbianas.com» eso era una locura, y menos mal que solo salíamos los fines de semana, por lo que yo los viernes, sábados y domingos colocaba al niño en casa de mi madre con una chica cubana, porque mi madre decía que no podía sola con el niño que tenía 4 años. Después ya te ves con 50 años y ya no puedes pedir un papel, aunque tú fisicamente veas que puedes hacerlo, buscan actrices de 30. Luego, sí que es cierto que, aunque tengamos 60 años, hay papeles que podemos hacer porque no tenemos cara de sesentonas, pero, aunque no nos demos cuenta, a la hora de moverte, de expresarte con las manos o el tono de voz, se nota cuando eres una persona más madura, aunque estés guapa físicamente.

Pero tengo una duda Flavia, Manolo Zarzo, tu padre, en una entrevista dijo que estaba muy enfadado contigo porque dejaste tu carrera de actriz. Según sus palabras te casaste y te fuiste al extranjero….

Que sea mi padre y que este señor no sepa que nunca me he casado, que nunca he vivido en el extranjero y que nunca he dejado la profesión… eso quiere decir que es un padre que no se preocupa ni sabe nada de la vida de sus hijos y punto.

A día de hoy ¿vas a volver a trabajar?

Voy a volver a trabajar ahora porque me apetece y estoy cargando toda mi artillería para volver al trabajo al ritmo fuerte que eestaba antes, porque puedo y tengo tiempo. Estoy echando todos mis lazos y el trabajo saldrá, si no es en 3 meses será en 8. He estado en un nivel más bajo profesionalmente, porque he tenido otras prioridades en mi vida. Me apetece mucho, porque me encuentro muy bien y porque además nuestro trabajo, y creo que todos, está muy relacionado con como uno se encuentre personalmente. Si me preguntas por un papel que me gustaría hacer es el de una millonaria como muy «mama italiana» y muy divertida, me encantaría hacer un papel de «millonaria loca».

Agradecer a Flavia esta entrevista y recordar que la avalan, profesionalmente, 18 obras de teatro, 12 largometrajes y más de 40 participaciones en series y programas de televisión. ¡Gracias Flavia!

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