miércoles, abril 24, 2024

AERE: ESCULTURAS CON SENTIMIENTO

Texto: Mar Olmedilla / Fotos: AERE

Hace dos años Ángel conoció a Carmen y surgió eso tan cinematográfico llamado flechazo o amor a primera vista. Carmen, a la que su corazón se le desbordó de tanta felicidad, presentó enseguida a su novio a Fernando, su hermano, estaba segura de que su historia de amor iba en serio. De esta casual y sencilla manera, Fernando y Ángel hoy por hoy son además de cuñados, pareja en los negocios, es decir, los cofundadores de AERE Esculturas. Ángel Segador y Fernando Valles son dos amantes del Arte y residentes en Guadalajara, que han emprendido este año una aventura cuyo objetivo es inmortalizar un recuerdo hermoso, un momento vivido inolvidable o  simplemente captar un sueño e inmortalizarlo.  En Más Noticias os contamos su historia empresarial.

Ángel trabajando en una de sus obras

En un principio nadie hubiera dicho que un niño que desde los 12 años vive en un mundo lleno de color y fantasía como es la pintura y la escultura, y un niño que al que siempre le ha seducido la frialdad de la pantalla de un ordenador, fueran a hacerse inseparables. Pero sí, una vez más la vida nos sorprende y nos recuerda que todo es posible. Más que posible, real. “Digamos que Ángel, como todo artista, vive encerrado en su mundo, la creación. Yo, por mi parte soy el que piensa más en los números, el que hace los cálculos, el que tiene más los pies en la tierra, el que tiene la visión más empresarial que artística. En AERE hemos formado un binomio en el que necesitamos el uno del otro y eso nos gusta”, bromea Fernando. Ángel Segador y Fernando Valles se definen como creadores de emociones, sentimientos y recuerdos a través de la escultura. No se podría sintetizar ni explicar con menos palabras lo que es su proyecto empresarial, AERES Esculturas. Hace cuatro meses por fin dieron forma a una idea que han rumiado lentamente durante este año de pandemia. “A todos nos dio por algo durante el tiempo que hemos estado encerrados. A unos les dio por cocinar, a otros por hacer deporte… Además, nosotros estábamos muy sensibles porque falleció mi madre por Covid y nos dio por darle vueltas a la idea de descubrir nuevas formas de sentir el arte y hacerlo propio, pero sobre todo en cómo podíamos hacer llegar todo esto a un potencial público. Así surge AERES”, explica Valles.

Proceso de fundición de una pieza.

Nuestra relación se la debemos a mi hermana, Carmen, quien nos presentó hace poco más de dos años cuando se hicieron novios y ahí empezó nuestra amistad ─cuenta Fernando─. Ángel desde que era apenas un niño siempre ha tenido un pincel en la mano, porque él es pintor y escultor, es un artista de nacimiento. Por mi parte, trabajo en una multinacional de automóviles y soy informático, aunque reconozco que el Arte en general siempre me ha llamado la atención, es algo que admiro. Mi mujer, Sandra, es bibliotecaria, he estado muy vinculado al mundo de los libros y vivo rodeado de libros, incluso llegué a tener un pequeña librería hace un tiempo”. Tal vez por eso, cuando Fernando y Ángel se conocieron surgió la chispa y el “informático librero” vio así la oportunidad de ir conociendo muy de cerca el Arte de la mano de su cuñado. “Me hizo mucha ilusión conocer a un artista de primera mano, hablar con él y adentrarme en algo que siempre había admirado. Creo que el día que nos conocimos nos miramos de refilón y los dos supimos que nos íbamos a entender”, bromea recordando su primer encuentro.

Abuelo y Nieto.

─¿Qué hace de AERE una empresa tan especial?

─El propio nombre de la empresa ya te lo dice Arte Emociones Recuerdos Esculturas (AERE). Pensamos que todos tenemos una historia que recordar, un momento especial que revivir y que nos gustaría que quedase inmortalizado, que perdurase en el tiempo. Algo que no se fuese nunca y eso se puede hacer a través de una escultura. Queríamos hacer algo diferente con el arte, como dice Ángel, y que además la cultura llegase a la gente. Creo que lo estamos consiguiendo. No miente. Desde que hace cuatro meses iniciaran su andadura, todas las personas que han contactado con ellos han terminado encargando un escultura para llevar a su casa y conservar un sentimiento de por vida. Porque para este binomio de cuñados artistas sin emoción y sin sentimiento no se puede trabajar y mucho menos vivir. Otra de los objetivos que han logrado es que el Arte esté al alcance de cualquiera. “El mundo del Arte ya no sólo se puede, ni debe, disfrutar en las galerías, museos o exposiciones”, aseguran estos socios. “Hemos observado que hay muchos escultores ─añaden─, y muy buenos, pero que trabajan en su propia obra, son muy pocos los que modelan la historia de cada persona. Se trata de capturar esos momentos tan especiales que hemos vivido cada uno de nosotros, como puede ser la familia, un enlace, un éxito, una pérdida, un viaje… y luego modelarlos y transformarlos en una escultura para recordarlo eternamente”.

Esgrima

Es decir, que vuestros clientes son además vuestras musas.

─Exacto, todos podemos ser musas, ellos mismos, nuestros clientes, son las musas. Cuando mi cuñado conoció a mi hermana Carmen fue todo un flechazo y lo primero que le dijo fue “tú vas a ser mi musa”. Tiene que ser hermoso que alguien te diga eso, ¿no? Pues, bueno, algo así nos pasa con nuestros clientes. En ellos reside nuestra inspiración.

Colgante con mini escultura

Imagino que la relación con los clientes es muy especial, se creará un vínculo único, ¿no?

─Sí, de otra manera sería imposible. Ten en cuenta que nosotros hacemos esculturas personalizadas y únicas, nadie tiene la misma escultura que otro porque cada una cuenta la historia individual de quien la encarga. Nuestro cliente vive todo el proceso de creación con nosotros. Una vez que se pone en contacto, la relación se va estrechando con el paso del tiempo, recuerda que se trata de Arte y eso no se hace de un día para otro, lleva su tiempo. Primero nos cuenta qué es lo que quiere plasmar, por qué quiere hacerlo, qué significado desea darle a la obra… Nos abre su corazón, nos describe sus sentimientos y emociones… Así surgen las ideas. Nos mandan fotos, textos… algo que documente a la persona o al momento que quiere inmortalizar. Nosotros no hacemos retratos, no, no se trata de eso, sino de darle forma a un sueño, a una emoción, pero que refleje la personalidad, la esencia que se busca. Antes de fundir la escultura, tiene que dar su visto bueno, para nosotros es vital que refleje lo que buscaba, es algo que va a perdurar en el tiempo.

Niña en la ventana

Cuando trabajas plasmado los recuerdos y sentimientos de la gente es todo tan entrañable… yo mismo me emociono cuando pienso en lo que hay detrás de cada obra”, afirma Ángel Segador.

En AERE Esculturas han recibido encargos de todo tipo, pero todos muy emotivos. Por ejemplo, un fotógrafo quería transformar una foto de su boda en escultura y regalársela a su pareja por el nacimiento de su hija, la titularon “Un instante y toda la eternidad”. O esa otra en la que una madre quería regalar a su padre una imagen que nunca podrá olvidar en la que paseaba de la mano de él cuando era una niña. “No hace mucho ─comenta Fernando─ nos llamó una señora mayor, había fallecido su marido, y tenía las cenizas guardadas en casa. Nos pidió que hiciéramos una escultura de su marido paseando a su perro, del que nunca se separaba, y si en ella podíamos incorporar las cenizas para que formaran parte de la escultura. Fue muy emotivo”.

Pareja con paraguas

Ángel Segador y Fernando Valles, estos dos emprendedores acaban de arrancar una aventura, AERE, que, por el momento, les está dando muchas satisfacciones, tanto personales como profesionales. Ahora sólo necesitan que la empresa que han empezado con tanta ilusión siga expandiendo sus alas, las mismas que aparecen en su logo. Es decir, que el deseo de volar y de soñar de todos nosotros no decaiga. Al hablar de Arte y esculturas uno puede pensar que no todos tenemos un presupuesto para ello. Pero sí es posible. Si no dudamos en comprarnos un nuevo televisor, por qué lo haríamos por obtener una pieza exclusiva y única, que encima será para inmortalizar una emoción vivida e irrepetible. Al fin y al cabo, la tele terminará por estropearse y habrá que reemplazarla, por el contrario, un recuerdo esculpido en bronce, madera y acero, perdurará por siempre. Podéis entrar en su página web www.aeresculturas.com o poneros en contacto con info@aeresculturas.com y comprobar de lo que estamos hablando.

Escultura hípica

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