sábado, septiembre 27, 2025

Alberto Barahona: «Poder trabajar con Juanjo Artero y María Garralón en la obra `Ifigenia´ ha sido un regalo»

Por Sandra Cuenca

El actor extremeño Alberto Barahona forma parte del elenco de la obra clásica «Ifigenia» que podemos ver en el Teatro Bellas Artes de Madrid hasta el próximo domingo 15 de junio

Alberto Barahona comenzó estudiando Ingeniería Química, pero dos años después se dio cuenta de que no tenía mucho sentido seguir con esa carrera. En una conversación con un colega, surgió la idea de que en realidad él lo que quería era ser actor. «Yo nunca tuve eso en mente, ya que era una profesión que no tiene carrera profesional como pueden tener otras, pero hablando con esta persona me planteé el por qué no hacerlo, así que me decidí a ser actor» recuerda Alberto. Lo primero que hizo Barahona fue irse a Granada a estudiar a una escuela de teatro, «Remiendo Teatro«, recuerda que había una gran crisis económica, era el 2007-2008 y no había trabajo por ningún sitio. Ese año fue cuando conoció el mundo de la interpretación. «Me subieron a otra clase con un nivel diferente y me preparé las pruebas para la RESAD«, apunta. Le dieron plaza en la ESAD de Málaga y en la RESAD de Madrid, decidiéndose por esta última.

¿Cómo recuerdas aquellos inicios como actor después de terminar en la RESAD?

Pues la verdad es que muy a la deriva, porque salir de una escuela donde has estado cuatro años como en una burbuja, trabajando constantemente, con clases de lunes a viernes en horario de mañana y tarde, dedicando el tiempo libre a aprender textos…y de repente sales de ahí. En la RESAD lo bueno es que haces muchos contactos y conoces a mucha gente, eso es lo que más me ayudó. Después de eso sí que hice algunas obras, pero con compañeros de la escuela. Hice apariciones en series de televisión como Centro Médico, pero era algo esporádico. La verdad es que no he parado de moverme, aunque muchos trabajos no han sido remunerados o poco remunerados y he tenido que trabajar como de mil cosas.

¿Y recuerdas tu primer trabajo remunerado y profesional?

Pues fue en el teatro, creo que un Otelo, lo hicimos en la escuela para un compañero de dirección y después lo sacamos fuera. Hice también una obra en verso de Tirso de Molina, súper antigua, que llevamos al festival de Olite y al festival de Almagro, ahí empecé a tocar un poco los festivales de teatro.

A nivel audiovisual hice un cortometraje, «Lala y Lola«, con Asunción Balaguer y Berta Hernández, mi papel era muy pequeñito.

Has hecho televisión, cine y teatro. ¿Dónde te gusta más trabajar y por qué?

Uf, pues difícil. Cada cosa tiene su historia. El teatro es lo más puro, es donde puedes vivir más la experiencia y el viaje del personaje. Tienes al público delante, es muy efímero, cada día y cada función son diferentes, a veces te sale mal y otras bien, es como la magia de la interpretación. Y lo audiovisual también es genial, porque el nivel de detalle que se consigue con la cámara es muchísimo más bestia que en el teatro, el nivel de verdad que te exige la cámara es mayor, obviamente.

¿Qué crees que es lo más importante que te ha enseñado esta profesión?

Pues no sé si ha sido por la profesión, pero lo que he aprendido es a confiar en la vida. Quizás tenga que ver más con algo vital, no lo sé, pero he aprendido a confiar en que todo llega a su debido tiempo. Esto es lo que me ha dado más madurez y relajación mental.

Esta profesión vuestra es un poco como una montaña rusa ¿no?

Es un caos, es como una jungla. Es sobrevivir y aprender a lidiar con muchos noes y rechazos.

Ayer estrenasteis la obra «Ifigenia» en el teatro Bellas Artes y estaréis hasta el domingo. Ya la representasteis en el Festival Clásico de Mérida el año pasado. ¿Qué fue lo que más te atrajo de esta obra para decidir hacerla?

Eva Romero, la directora, a la que ya conocía. Ella me había visto en «Tito Andrónico«, contactamos y forjamos una amistad y mucho interés teatral. Me llamó para hablarme de Ifigenia, cenamos y poco me tuvo que decir para convencerme, confío en ella, y le dije que sí, que quería participar en la obra. Yo trabajo mucho con gente que me da buen feedback y con gente a la que quiero, por eso, cuando alguien me llama para ofrecerme un proyecto y es una persona en la que confío casi seguro que acepto.

El personaje que interpretas es Ulises, ¿Qué nos puedes contar de él?

La obra es una denuncia a la violencia contra la mujer y Ulises, al ser un personaje masculino, es una de las partes que ejerce esa violencia. Lo que he tenido que trabajar es ese conflicto que mi personaje tiene, porque él no quiere estar ahí. Ulises se agarra a la razón para seguir las ordenes que le dan y lo que tiene que hacer para que esa guerra acabe cuanto antes y así poder irse a su casa con su familia. De hecho, hay varias obras griegas que cuentan como Ulises intentó no ir a la guerra de Troya, utilizó engaños para que no le encontraran, con lo cual, él lo que quiere es quedarse en su casa con su mujer y su hijo recién nacido. Por todo esto, lo que hace en la obra es intentar que todo pase lo más rápido posible, apelando a la razón, para acabar el conflicto bélico cuanto antes e irse.

Has hecho teatro clásico y has hecho otros tipos de teatro. ¿Qué tiene de diferente el teatro clásico? ¿El público, la actuación, el mensaje…?

El teatro clásico siempre cuenta con un personaje más que es lo divino, los dioses, y hay como un personaje ahí en los cielos con el que también hay que contar. Eso es lo que yo creo que lo diferencia un poco del teatro más del mundo terrenal. Además, al contar tragedias los sentimientos y la parte emocional siempre están como a punto de saltar. La intensidad con la que se viven las emociones de una obra griega creo que son muy bestias y siempre he trabajado en ello. Las circunstancias son: o muero, o me amputan o amputo, son situaciones que o las vives intensamente o no haces nada.

Participas en la obra con Juanjo Artero y con María Garralón, que son grandes actores de toda la vida y además, están juntos en el escenario después de mucho tiempo sin hacerlo. ¿Cómo está siendo trabajar con ellos?

Pues ha sido un regalo, yo me he criado viendo actuar a María y viendo a Juanjo en la serie «El Comisario«. Se lo dije a ellos cuando acabamos el montaje en Mérida, que para mi había sido un regalo haber podido trabajar con ellos. Desde el primer momento han sido muy generosos. Me han sorprendido porque yo les conocía por sus trabajos en audiovisual, y he descubierto que se implican muchísimo y eso no lo hace todo el mundo. Están constantemente trabajando para buscar la manera de que el personaje pueda expresar más sentimientos y más emociones.

Cuando yo salgo a escena y estoy con ellos, pienso que tengo que ponerme las pilas.

Si me dejas, quiero decir algo de Juanjo Artero, la primera vez que le vi en un escenario haciendo teatro, me pareció brutal la manera que tiene de meterse en el personaje….

Así es. Una de las cosas que más me ha sorprendido de Juanjo es el nivel de implicación que tiene, en este caso a nivel emocional y a nivel de compañerismo igual. Cuando estás con ellos en el escenario les puedes mirar a los ojos y ellos te devuelven la mirada, no trabajan solos, y eso es algo increíble y de agradecer.

¿Qué va a encontrar el público en esta obra? ¿Y con qué sensación te gustaría que salieran?

Pues yo creo que se van a encontrar un campo de reflexión a la violencia que se ha ejercido contra la mujer. Pero a mi no me gustaría que se quedaran solo con eso, aunque es obvio que es con lo que se quedarán. Desde mi punto de vista y desde la de los personajes masculinos, también me gustaría que pensaran en ¿Qué estamos haciendo? Que se dieran cuenta que la guerra nos perjudica a todos sin que tenga que ver con el sexo. Ahora mismo todo el mundo está implicado en la guerra, lo que está pasando en Palestina, están matando mujeres y niños, esos que están matando son hombres que tienen familia, que vuelven a sus casa y que tienen hijos…esa parte también está en la obra. Es una atrocidad lo que está pasando y no sé que le pasara a esas personas en el futuro, porque nosotros lo estamos viendo desde fuera, sabemos que lo que está sucediendo es una aberración, pero, ¿y la gente que está apretando el gatillo? Todo me parece una locura.

Lo que me gustaría es que el público tuviera una perspectiva diferente, que se fijaran en cada uno de los personajes que estamos ahí arriba, porque cada uno tiene un conflicto interior y es victima de alguna manera. Aunque haya verdugos, no vamos a blanquear tampoco la acción activa de los personajes masculinos en este caso.

Vais a estar hasta el domingo en el Bellas Artes ¿Alguna fecha cerrada para después?

Sí, en julio estaremos en Peñíscola y en algún sitio más. Además, volvemos al Festival de Mérida, hacemos intercambio con Italia. El 15 y el 16 de julio estaremos nosotros en Mérida otra vez, repetimos, y es algo que hace mucho tiempo que no sucedía. Los tres días siguientes vendrá la compañía italiana. Después el 25 o 26 iremos nosotros al Festival de Ostia, cerquita de Roma, donde haremos las funciones.

Ahora estás también con la obra Jerusalem ¿no?

Sí, estamos en la Sala Mirador.

¿Algún proyecto nuevo que nos puedas contar?

Pues ahora mismo estoy grabando una serie, pero de momento no te puedo decir nada. Es para el año que viene y la verdad es que tengo muchas ganas.

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