jueves, abril 25, 2024

Alejandro Ruiz de Pedro: «Una banda latina suple una carencia y muchas veces esa carencia es un sentimiento de familia»

Texto: S. Cuenca/ Fotos: Eva Marí

Las bandas latinas en España existen, aunque a muchos padres, madres y familias nos parezca algo lejano y de lo que no es necesario preocuparse. Pues debemos hacerlo porque existen y, además, es posible que las tengamos más cerca de lo que nos imaginamos. Estas bandas latinas no captan a nuestros hijos e hijas de noche en discotecas, los captan a través de las redes sociales y en centros educativos a plena luz del día. Tampoco influye el barrio o zona donde vivamos, da igual que sea un barrio pobre, de clase media o alta, es posible que nuestros hijos tengan contacto con algunas de estas organizaciones y ni siquiera se nos haya pasado por la cabeza que algo así esté sucediendo.

Suena fuerte, pero las bandas latinas están captando menores muy rápido. Hace muy pocos días, en Galapagar, una zona limítrofe de Madrid, eran noticia los movimientos de estas bandas en varios centros educativos de la zona y de otros lugares de la capital, confirmándolo la Delegada del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Por lo tanto, este tema nos debería preocupar y se debería hablar de él en colegios e institutos y, por supuesto, los padres deberíamos hablarlo con nuestros hijos e hijas.

Alejandro Ruiz de Pedro es abogado, y lleva más de 20 años ejerciendo su profesión en el entorno del derecho penal. Sabe bastante de bandas latinas y por eso queríamos hablar con él y que nos contara si existe un problema real en nuestro país. Para Alejandro si existe este problema, sobre todo para los entornos en los que se mueven estas bandas y para los más jóvenes, así como en el día a día de los colegios e institutos. También en los parques, que deberían ser de juegos y de ambiente familiar y que se están convirtiendo en una zona para las bandas. «Donde están posicionadas si son un problema» reconoce Ruiz de Pedro.

¿Cómo está afectando el problema de las bandas latinas a los más jóvenes y a las familias?

Realmente es muy rupturista, cuando hay un problema de cercanía o pertenencia en una banda, si no se detecta, el joven se va a meter en problemas que en algún momento van a saltar. Además, cuando los padres lo detectan, primero hay una fase de duda para ver si realmente su hijo está en una banda o no, o qué es lo que está pasando, normalmente hay un cambio de actitud. Una vez que están seguros hay un periodo de asimilación, un periodo de culpa en el que se hacen preguntas del tipo ¿por qué a nosotros? ¿Por qué a mi hijo? Recapacitar un poco en si lo hemos hecho bien o mal como padres. Después, lo normal es entrar en un proceso de salida de la banda, esto sucede en entornos de familias no delincuenciales. Hay jóvenes que vienen de familias desestructuradas, que están totalmente abandonados por los padres, incluso hay chicos y chicas donde la única situación de autoridad la tienen en la banda, ni siquiera en la familia.

Si de repente sospechamos que nuestro hijo o hija podría estar en contacto con alguna de estas bandas… ¿Qué debemos hacer?

Lo primero pedir ayuda profesional, hablarlo con el colegio, con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con los Servicios Sociales de la localidad, así como pedir asistencia jurídica, es decir, pedir ayuda dependiendo de nuestro entorno y toda la que podamos recabar de profesionales que se dediquen a esto. Donde está posicionada una banda, los profesionales de la zona se adecuan a este trabajo y se generan unidades más especializadas.

Las bandas latinas están llegando a los patios de colegios e institutos, ¿Quién debería tomar parte? ¿los centros educativos? ¿las familias?

La solución no es solamente una acción, pero evidentemente los centros educativos y las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. La administración debe reforzar y dotar de medios a los colegios e institutos y sobre todo a los padres. Una de las cosas que estamos viendo, cuando acudimos a los centros, es la falta de medios de formación e información, tanto a padres como a docentes. Parece que si no hablamos del problema este no existe. Si se detecta, por parte de la administración, se usa la técnica de esconder la cabeza para olvidar un problema, o cuando se intenta dar una solución ha sido errando el tiro, es decir, se intenta dar una solución en la noche madrileña, por poner un ejemplo, cuando no es un problema de la noche, es un problema del día. Estas captaciones a menores, por parte de las bandas, no suceden en discotecas a las 3 de la mañana, a esas horas los miembros de las bandas llevan horas durmiendo porque son niños de 14 años.

En la mayoría de los centros educativos, a los alumnos se les dan charlas sobre el bullying, sobre el acoso y sobre la violencia de género… ¿por qué no se trata el tema de las bandas latinas?

Es posible que vayamos a remolque de la sociedad como siempre y, posiblemente, es muy difícil para un centro plantear a los padres que existe un problema de bandas en su centro educativo, sobre todo por la alarma social que se genera. Normalmente los padres estamos viendo que el gran problema que tienen los jóvenes vienen por los propios padres, porque no tienen herramientas, porque se sienten perdidos, o porque están aplicando la propia educación que recibieron ellos. Muchas veces, un grupo de padres de un colegio es un hervidero y entiendo que hay centros que no quieren abrir ese melón, porque supondría un gran problema de alarma, sobre todo en padres súper protectores, que los hay. Informar no debe ser nunca alarmar, pero lo cierto es que el problema existe, los mismos chavales saben cuales son las bandas, sus colores y donde se mueven. Si un centro habla de esto, los padres se van a preocupar de que su hijo no vaya al parque y, en cambio, le mantienen pegado a un móvil o a un ordenador durante horas y horas, cuando realmente el peligro está viviendo por ahí. Las bandas utilizan las redes sociales para captar a sus adeptos, pero algunos padres no tienen problema en que su hijo esté 5 horas con el móvil en la mano.

Pero es preocupante que nuestros hijos adolescentes traten el tema de estas bandas casi con naturalidad, es decir, que sepan quienes son y que sepan que existen… ¿Cómo hemos llegado a esto?

Porque les hemos dejado. La banda está supliendo algo que el joven no tiene y ahí hay que hacer un gran ejercicio de responsabilidad y autocrítica. Ver que sociedad estamos generando, ver que les estamos ofreciendo a los jóvenes y ver que les falta en una casa para que se lo den fuera. La banda suple una carencia y muchas veces esa carencia es un sentimiento de familia. Estamos ante padres que pasan poco tiempo con sus hijos, estamos ante situaciones laborales de padres que consiguen que el contacto con sus hijos sea mínimo, o que les estén dando cosas que no necesitan. A lo mejor al niño le estas dando cosas materiales cuando lo que necesita es un sentimiento de jerarquía, de cercanía o de familia y amor… y eso se lo está dando la banda. Es muy duro reconocer esto, sobre todo en una sociedad que tiende a echar la culpa a los demás. La banda está supliendo lo que la familia no da y a lo mejor les estamos dando cosas que no necesitan y negándoles lo que sí. La banda ofrece un sentimiento de familia y de pertenencia, también hay un jerarquía o autoridad. Tenemos que tener una visión interna de la familia, ver el grado de familia que estamos construyendo y por eso estamos permitiendo que grupos de delincuencia organizada, porque no son otra cosa, estén entrando en una sociedad en la cual no estaba implantado. También es verdad que la inmigración ha hecho mucho, no solo la física, sino la inmigración cultural. Estas bandas son de influencia latina, estamos hablando de música y cultura latina, de la manera de entender las relaciones interpersonales latinas, e incluso de maneras de entender las relaciones hombre-mujer, porque estamos hablando de una cultura inmensamente machista, inmensamente autoritaria para con la mujer, donde la niña es cosificada y convertida en objeto sexual a manos del líder de la banda y esto lo estamos permitiendo. Por un lado estamos muy concienciados en la violencia de género, pero por otro estamos permitiendo que nuestro hijos e hijas estén escuchando a todas horas esa música donde realmente se veja la figura de la mujer, esta contradicción debemos valorarla.

¿Depende la zona donde se viva o el tipo de familia que sea, para tener más probabilidades de que su hijo o hija tenga contacto con una banda latina?

Siempre suelo advertir que ninguna familia está exenta de tener la delincuencia dentro del estatus familiar, no hay un rol tipo de familia. No creamos que tiene más posibilidades una familia monoparental o si estás viviendo en un entorno más marginado, no, cualquier joven que tenga un móvil puede estar en contacto con las bandas. Lo que si hay que hacer, y esto es un alegato a los padres, es supervisar la actividad de sus hijos con los móviles, es fundamental. Y no solo por el tema de bandas, sino por el tema del acoso sexual, trafico de pornografía y difusión de sexo no consentido. Me sorprende como un padre está muy preocupado porque su hijo está en el parque y, sin embargo, no le preocupe que esté todo el día con el móvil. Así que repito, ninguna familia y ningún grupo parental está exento de esto que está pasando.

¿Se está notando una subida en casos de menores relacionados con estas bandas?

Se nota dependiendo de las zonas. Donde hay implantación sí, pero esto no pasa en todo el territorio nacional. Las bandas se van expandiendo, pero debo decir que las fuerzas y cuerpos del Estado están haciendo una gran labor, frenando y vigilando a las bandas.

En algunas zonas hay parques que están siendo ocupadas por bandas…

Una banda ocupa un parque si no lo ocupamos nosotros, si al final el parque está ocupado por familias la banda no se implanta ahí, es decir, la banda ocupa el hueco que nosotros le dejamos, tanto en nuestra familia como en nuestro entorno físico. También quiero destacar que no todo el mundo que está en una banda termina adquiriendo un matiz delincuencial, hay chicos que pertenecen a bandas y no son delincuentes, ni lo serán en el futuro, pero es verdad que tendrán muchas papeletas para serlo. Dentro de la banda hay delincuentes reales con unas hojas de cargos y antecedentes penales muy importantes (delitos de sangre y contra la salud pública) y luego hay un entorno mayor que son chavales que aún estando en un entorno de delincuencia, solo cometen pequeños hurtos y no van a ir más allá. Afortunadamente los delincuentes y peligrosos son muy pocos, lo que pasa es que esa minoría arrastra a otros.

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