Redacción
Si le otorgan el Goya a Mejor Banda Sonora, se tendrá que venir desde Los Ángeles para recogerlo. Sí, lo han oído bien, hablamos de Arturo Cardelús, el compositor madrileño afincado desde hace 12 años en Los Ángeles, y quien ha compuesto la banda sonora original a la superproducción (chino-española) Dragonkeeper, en la carrera de los próximos premios de la Academia.
Lo recordarán por su BSO nominada al Goya Buñuel en el laberinto de las tortugas y que fue calificada como “la banda sonora del año” por The Wrap, Premiada con el Biznaga en el Festival de Málaga y premiada con la Mejor Música en el Festival de Annecy.
Recientemente nominado a los Hollywood Music in Media Awards, por Dragonkeeper.
Ahora, con un camino internacional que nadie le arrebata y que menos le discuten, Cardelús se enfrenta a la que tal vez pueda ser la segunda nominación a los Premios Goya por Dragonkeeper.
Con él hablamos de cómo ha sido introducirse en una película de animación oriental y poderle dar un toque más que nacional.
¿Cómo le llega la oportunidad de crear la banda sonora, BS, de una superproducción de animación como es Dragonkeeper?
A través del director, Salvador Simó. Nos conocimos trabajando en Buñuel en el laberinto de las tortugas, y desde entonces hemos colaborado en cuatro proyectos.
¿Cuáles han sido los elementos en los que se ha basado para crearla? ¿Nos puede hablar de referentes o inspiraciones?
La idea era crear una banda sonora que mezclase instrumentos chinos con una orquesta clásica. Salva me pidió que no perdiera mi identidad. No intentábamos hacer una música china, sino mantener mi estilo incorporando algunos elementos del continente asiático.
¿Qué es lo más complicado que te has encontrado al crear la banda sonora de Dragonkeeper?
La producción de Dragonkeeper ha sido un desafío. Es una banda sonora de casi 90 minutos (en la película; en Spotify hicimos una selección de 54) y tuvimos grabaciones con solistas en Los Ángeles, Viena, Budapest y Madrid. En Budapest grabamos con una orquesta de 60 músicos, y tuve la suerte de viajar hasta allí para dirigir algunas de las escenas; el resto lo escuché desde la sala de control. Lo más complicado ha sido desarrollar una banda sonora de esta magnitud con el tiempo que teníamos.
No nos encontramos con una BS creada para niños, sino muy madura, tanto como lo va haciendo Ping, la protagonista. ¿Cómo ha sido este progreso?
Lo más complicado fue encontrar el tema de Ping. Al principio, iba en una dirección algo estilo “Marvel”, pensando en que Ping es una niña con poderes. Pero Salva me decía que no quería una música de Wonder Woman; aunque Ping tenga poderes, sigue siendo una niña. Me pidió un tema con mucha luz, pero con cierta fragilidad, algo que naciera desde lo más pequeño. Estuvimos un mes y medio buscando ese tema, y cuando finalmente apareció, lo supimos de inmediato. La evolución del tema se puede ver en Spotify, si se comparan las pistas Her Name Is Ping y I am a Dragonkeeper.
¿Cuál dirías en tu opinión que es el “Chi” de esta banda sonora?
La melodía de Ping, sin duda.
¿Qué instrumentos o elementos chinos has introducido para dar ese toque oriental a la banda sonora?
Grabamos el Jangqin, el Qudi, el Guzheng y percusión china.
¿Cómo ha vivido la creación de una BS con tantos acordes orientales? ¿Era ya conocedor de la música china?
No tenía mucha experiencia en este tipo de música, y ha sido un viaje apasionante. Tuve la suerte de contar con Hannah Zhang, una compositora china afincada en Los Ángeles, que me asesoró en cada paso.
¿Siente que es más complicado hacer una banda sonora para una película de animación que para una película con personajes reales? Y si es así, ¿por qué?
A la música en animación se le exige mucho más. En acción real puedes emplear atmósferas o texturas más sutiles, pero en animación estos recursos no suelen funcionar. En Los Ángeles se hace la broma de que la animación es el “gimnasio del compositor”, porque el esfuerzo que requiere es mucho mayor. Hay muchos más cambios de tempo, de ensamble y de energía. Es un desafío, pero a mí me encanta.
Los medios han hablado de que la música en esta película no es un elemento más, sino que es parte incluso de Ping. ¿Nos puedes explicar un poco más sobre esto?
Creo que gracias al extraordinario trabajo de Salvador Simó a la hora de estructurar y analizar el papel de la música, logramos que la banda sonora se convierta en parte del alma de la película. Esto es algo imposible de lograr sin la ayuda del director, y estoy muy agradecido a Salva.
¿Cuál es la mejor lección que ha sacado de hacer esta película?
Que uno es tan bueno como el equipo que le acompaña. He tenido la suerte de contar con magníficos músicos, y gracias a ellos hemos conseguido esta banda sonora.
Y por último, ¿se ve con la nominación a los Goya a Mejor Banda Sonora y por qué?
Sería fantástico, pero hay mucho nivel este año.
CONSULTORIO CINEMATOGRÁFICO
¿Qué banda sonora de película le recetaría a una persona que sufre de ansiedad?
Atrapado en el tiempo.
¿A qué tipo de público le recetaría la BSO de Dragonkeeper?
A los que les gusten las aventuras.
¿Qué ingredientes tiene que tener una buena banda sonora para una peli de animación?
Buenas melodías.
Confiese ¿Cuando está solo en casa o conduciendo en el coche es de los que escucha radio fórmula?
Cambia según la semana. Últimamente escucho a Olivia Rodrigo, Bad Bunny y Thomas Ades.
¿Es fácil transmitir sensaciones sin palabras?
Es mucho más fácil. ¡Las palabras complican todo!
¿Cuál es el ritmo que hace bailar a Arturo Cardelús?
Soy malísimo bailando, pero me encanta Daddy Yankee.
¿Si tuviese que definirse con música?
Andante ma no troppo.
¿Cuando escuchemos la BSO de Dragonkeeper, dónde sentiremos Arturo Cardelús?
En el tema de Ping.
Otros trabajos de Cardelús son el fenómeno viral In a Heartbeat, la exposición inmersiva de Frida Kahlo, Black Beach, la miniserie de Netflix Original Chiamatemi Francesco o The People’s Fighters de Frank Marshall. Las contribuciones de Cardelús al mundo de la música de concierto fueron reconocidas cuando fue elegido Associate de la Royal Academy of Music en 2016. Naxos lanzó un álbum de música de cámara de Cardelús en 2015. El álbum incluye la suite Con Aire de Tango, que fue encargada por solistas de la Filarmónica de Berlín y grabada en la Philharmonie de Berlín.
Cardelús estudió piano en la Royal Academy of Music de Londres, la Academia Franz Liszt de Budapest, el Conservatorio Superior de Música de Salamanca y el Conservatorio Profesional de Guadalajara. En 2008 Cardelús cambió de dirección, estudiando composición y cine en el Berklee College of Music de Boston, donde se graduó “Summa cum laude” y recibió el premio más alto del departamento de composición.
En la actualidad acaba de estrenar Dragonkeeper (Guardiana de Dragones) y trabaja en dos largometrajes que se estrenarán en 2025.