jueves, abril 25, 2024

Bikram yoga: para sudar a tope

Texto: Guillermo Navarro Lou

¿Crees que el que sale a correr en verano a las 2 de la tarde está loco? Pues prepárate para conocer esta disciplina: Bikram yoga, ¡te va a sorprender!

El bikram yoga es una clase de yoga que consiste en una serie de 26 posturas o “asanas” de Hatha Yoga (es el yoga clásico y típico) y 2 ejercicios de respiración que se realizan en una sala a 40ºC de temperatura aproximadamente (40/42º C) y a 40% de humedad.

El nombre se debe a la persona que lo fundó Bikram Choudhury (Calcuta, India), fue un hombre indio que lo que hizo fue coger de las posturas de hatha yoga tradicionales, coger 26 de ellas con ese orden y a las que les puso ese calor de 40º, se cree popularmente que es para intentar simular las condiciones de la India en las que ellos practicaban yoga.

El calor es la parte más conocida popularmente del bikram yoga y por lo que más se vende al público, pero lo realmente asombroso del bikram yoga es la serie o secuencia de las 26 posturas. Es el orden particular de estas lo que marca la diferencia y está diseñada para trabajar el 100% del cuerpo en una sesión de noventa minutos. La secuencia de posturas está diseñada de manera que una va preparando a la otra (a la siguiente) y al final se trabaja todo el cuerpo. Esto no ocurre en otras ramas del yoga donde en una sola clase se hayan trabajado todos los músculos, órganos y glándulas.

El calor está para estirar de manera segura músculos, ligamentos, tendones y para poder así profundizar en las posturas y estiramientos más de lo normal, ya que del mundo exterior venimos muy rígidos y con este calor se evitan lesiones. Mejorando además la circulación de la sangre que estará más liquida.

La clase es exigente, es una batalla con uno mismo. Pero también se busca un cambio interior, personal y para un cambio hace falta un reto o un situación más difícil. Puede parecer que al estar 90 minutos a 40º va a producir agobio, pero a los 2 minutos de estar dentro de la sala, el cuerpo ya se acostumbra o se “aclimata” a la sensación de calor y humedad.

Además, a todo este calor se suma un “factor mental”, que al estar pasando esas condiciones “extremas” ayuda mucho más a la concentración dentro de la sala. Al estar en esa situación de calor, la mente está mucho más focalizada en lo que estamos haciendo, es como una supervivencia, no puedes estar pensando en otras cosas. Al fin y al cabo, es como que obliga a meditar, aunque no lo pretendas, porque como se trata de una concentración tan profunda ayuda a estar en el presente sí o sí. 

Son posturas de principiantes, no por fáciles sino por seguras. Todo el mundo puede practicar bikram yoga y puede beneficiarse de estas posturas de hatha yoga. En bikram no hay niveles, en tu primer día estarás en clase igual que quien lleva 3 años o 2 meses. Todo los que practican están en la misma sala. Da igual la condición física y mental con la que entres, es totalmente inclusivo.

En bikram hay espejo, cosa que en yoga clásico no suele haber, es una herramienta básica ya que el profesor guía la clase mediante la voz, no hace falta mirarle (cosa que también hace que se esté más concentrado) entonces uno está mucho más alineado consigo mismo, mirándose al espejo.

Lo más importante de todo es que la práctica es terapéutica. No es un deporte en sí, es una actividad física. Hay que hacer esta diferencia porque la finalidad del bikram es sanar, no mejorar una habilidad a costa del cuerpo.  En vez de consumir energía (que es lo que haría el deporte), lo que hace el bikram es darla, la práctica de yoga es una fuente de energía, genera energía. El deporte consume los recursos del cuerpo, el yoga los preserva y optimiza.

Entre la multitud de beneficios que vas a encontrar al practicarlo, podrás apreciar mejoría de la postura física, de la espalda, sobre todo, van a desaparecer los dolores de espalda, fortalece los músculos y todo el sistema respiratorio, ayuda muchísimo en el día a día tener control sobre la respiración. El gran regalo está en la mente, en la unión de cuerpo y mente, ya que al fin y al cabo se tratan de 90 minutos de meditación activa.

Busca también revitalizar el cuerpo, ejercitar, oxigenar, fortalecer, sanar… como beneficios mentales tememos: Reducción de estrés, de ansiedad y malestar mental (depresión), mayor motivación, mayor tranquilidad mental, mayor energía, mayor oxigeno mental. Aumento de rango de movilidad física, elasticidad, reducción de grasa corporal, mejor circulación en piernas y brazos. Además, ayuda a desintoxicarse, ya que se suda taaaanto que se eliminan una barbaridad de toxinas.

Desde aquí os recomendamos probar esta disciplina, para sentir los beneficios y porque ¡en esta vida hay que probarlo todo! A la gente le echa un poco para atrás el bloqueo de la flexibilidad… pero todos los “yoguis” están de acuerdo en que nadie al empezar tiene el nivel de alguien que lo lleva practicando años, así que no te tienes que preocupar por nada, todo es un proceso.

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