miércoles, abril 24, 2024

Bruno Squarcia: «Estar en mi restaurante es como trabajar en mi propio escenario»

Texto: Julián Conejero Astray/ Fotos: B.S.

Todos recordamos al actor Bruno Squarcia por sus papeles en series míticas que ya forman parte de la historia de la televisión, como «Al salir de clase», «Yo soy Bea» o «El Internado» y desde hace ya varios años es dueño del restaurante «Ouh Babbo» y de «Brunetti Madrid»

Bruno tiene ascendencia ítalo-española y pasó gran parte de su infancia en Lacio, La Toscana, junto a su familia italiana por parte de padre. El lugar del que viene fue el principal motor por el que decidió adentrarse en el mundo de la hostelería. El actor lleva cuatro años sin trabajar como actor y sabe que en su profesión las cosas han cambiado muchísimo en todo este tiempo, pero no descarta volver a actuar si lo que le ofrecen le compensa a todos los niveles. Reconoce que a día de hoy es plenamente feliz dirigiendo “Ouh Babbo” y “Brunetti Madrid” junto a su mujer. En “Ouh Babbo” puedes disfrutar de una gastronomía italiana con denominación de origen y además, Bruno suele poner en práctica sus estudios de canto lírico. Mientras los clientes comen o cenan, el actor les deleita con música italiana en directo. Han conseguido crear un ambiente que realmente da la sensación de estar en la misma Toscana. Justo enfrente del restaurante se encuentra “Brunetti Madrid”, con un concepto italiano completamente nuevo, ya que es una tienda-bar donde, además de poder comprar gastronomía y bebida italiana, puedes almorzar, merendar o cenar de picoteo. ¡Y no sólo eso! venden camisas y pañuelos al más puro estilo italiano.

Llevas dieciocho años al frente del restaurante «Ouh Babbo», ¿Cómo ha sido la experiencia?

Anteriormente tuve otro restaurante durante tres años, por lo que puedo decir que es una vocación. No soy un actor que solo se dedica a la actuación, ya que tengo la afición de la restauración desde pequeño y se lo debo a la parte italiana de mi familia, que se dedicaba a la hostelería y restauración.

¿Has estado compaginando tu faceta de actor con el restaurante durante estos años?

No le doy más importancia a una que la otra, para mí son mis dos pasiones, por eso intento compatibilizarlas y, realmente, la mayoría del tiempo estoy aquí, en mi restaurante. Digamos que no soy un actor que montó un restaurante, sino que desde mis inicios y paralelamente, he tenido más profesiones. Trabajo de actor cuando lo que me ofrecen me interesa a nivel artístico, en los que los personajes tengan un peso específico, sean grandes o pequeños, y me da más igual el tema económico. Por eso, cuando me interesa trabajar como actor lo hago, y si no, estoy aquí en mi restaurante que es como trabajar en mi propio escenario.

¿Has notado cambios en la televisión desde que tú empezaste?

Ha cambiado muchísimo, porque los últimos diez años, incluso te diría que quince, lo que prima sobre todas las cosas es el marketing, antes se buscaba más la calidad actoral. Ahora cogen actores solo porque tienen muchos más seguidores en las redes sociales que otros que, quizás, sean algo mejores pero que no tienen tantos seguidores, pensando que eso les va a dar audiencia.

Restaurante Ouh Babbo

¿Cuál fue tu motivación para abrir “Ouh Babbo”?

Para empezar, debo decir que mi madre cocinaba de maravilla y cuando iba a visitar a mi familia italiana me metía en la cocina de pinche, aquello me gustaba. Siempre ha sido una pasión, por lo cual, cuando tuve la oportunidad de tener mi primer restaurante lo tuve. Con el primero estuve tres años y con los que llevo con el «Ouh Babbo«, he acumulado 21 años. Aquel primer restaurante no era solo mío, pero este si que es de mi mujer y mío exclusivamente, somos socios y es nuestra base de operaciones. Además, dos meses antes de la pandemia y enfrente de «Ouh Babbo«, montamos un bar-tienda italiana con un concepto totalmente nuevo.

Atiendes a los clientes y además cantas en directo en el restaurante ¿Se sorprende la gente al verte?

Estudio canto lírico y arte dramático. La gente que viene por primera vez se encuentra con algo inesperado, yo esto lo considero siempre un plus, porque lo más importante es la gastronomía y la calidad de los platos, ese es el punto más importante. Nosotros tenemos una noche especial, los jueves por la noche y, como se ha corrido la voz, los clientes saben que cantamos en directo, algunos sí me lo piden y canto alguna linda melodía italiana.

¿Qué tipo de comida se puede degustar en «Ouh Babbo»? ¿Tenis algún plato estrella?

Nosotros lo que hemos hecho es una combinación entre lo que sería lo clásico, intentando hacer los platos italianos de la manera más rigurosa posible e intentando que te encuentres como si estuvieras en Italia, con la combinación de otros platos que son más de autor. Hay dos de ellos, aparte de que combinamos pasta con pizza en horno de leña, que son los que más llaman la atención. A uno de ellos lo hemos llamado “la trufa de Bruno” porque es un plato que nos inventamos mi mujer y yo. Es una pasta fresca, tallarines, salteada con huevo campero escalfado y con trufa de la estación correspondiente. Ese es un poco el plato que se sale de lo normal y hay otro que yo le llamaría la cara B, es totalmente opuesto, y es con carabineros salteados con tomatitos sicilianos. También, si te quieres tomar un buen plato clásico y como dios manda, tenemos la carbonara, está muy solicitado.

Bruno junto a su mujer

¿Qué hace diferente a «Ouh Babbo» con el resto de otros restaurantes italianos?

Al principio, marcamos la diferencia porque había menos restaurantes italianos auténticos y ahora, hay más restaurantes italianos. Nos diferencia el comer en un italiano de verdad, porque muchos de los restaurantes que hay suelen ser multinacionales, que tienen varios establecimientos en diferentes ciudades del mundo. El nuestro es un restaurante familiar en el que puedes combinar cocina tradicional con cocina un poco más innovadora y que prácticamente los dueños siempre están en el restaurante y que el propietario, al margen de que te atienda, te puede cantar una canción italiana.

¿Echas de menos tu trabajo de actor?

Muchísimo, llevo cuatro años sin subirme a un escenario y sin ponerme frente a una cámara. Lo último que hice fue cantar en la gala de los Premios de Actores, la canción “In Memoriam” en memoria de todos los actores y artistas fallecidos durante los años precedentes, esto es lo último que hice. Al margen de cómo están las cosas con el tema de redes sociales, hay que decir que tanto las mujeres como los hombres, cuando pasa cierta edad, tienes menos papeles que hacer. Posiblemente a los hombres nos pase más tarde, pero, la selección de actores, las temáticas de las series y las películas tienen mucho que ver. La mayoría de los personajes tienen entre 16 y 45 años, a partir de los cincuenta seguimos siendo el mismo número de actores, pero se reduce muchísimo la cantidad de personajes que interesan, hay escasas series en las que la temática predominante sea la gente mayor. Prima la audiencia que den las series, por lo que a partir de los 50 tienes que hacer del padre de o el abuelo de. También tengo un hándicap, bueno, lo he tenido siempre, porque en este país el ser un actor que mide 1,90 se sale un poco de la norma y resulta más complicado a la hora de cuadrar las secuencias o a la hora de compararte con el resto de actores, realmente es un hándicap. Es mucho más cómodo contratar a un actor que no te vaya a dar problemas con el vestuario o a la hora de cuadrar cada plano. Es una desgracia, pero es lo que hay, en España creo que no se pueden contar, ni con los dedos de una mano, el número de actores que midan 1,90 o más.

¿Cómo es tu vida ahora? ¿Eres feliz con lo que haces?

Sería prepotente quejarte si estás viviendo de lo que más te gusta, mis pasiones son mis hobbies y mi trabajo son mis hobbies, en el restaurante soy totalmente feliz. Vienen muchísimos artistas a visitarnos y si de vez en cuando me sale algún trabajo como actor, que también me llena, sería insultante quejarme. Me considero alguien privilegiado, creo que he conseguido vivir de lo que me gusta y eso es un valor importantísimo, porque la vida son muchísimas horas las que te pasas trabajando y si encima tu trabajo te ilusiona y no te cuesta, cada vez que te levantas para venir a trabajar es un auténtico privilegio. Lógicamente el trabajo requiere unas responsabilidades tiene sus complicaciones, la hostelería es un continuo examen y la parte actoral también, porque con cada personaje que interpretas te vuelven a examinar, por muy bien que lo hayas hecho la vez anterior, si no gusta, esa será la última imagen que tengan de tí. En el restaurante pasa igual, continuamente vienen a juzgar la gastronomía que ofreces y sobre todo ahora, que con las redes sociales cualquier anónimo te puede hacer una crítica o incluso críticas bastante desagradables, los famosos haters, que al principio te molestan pero luego te vas dando cuenta de que forma parte del espectáculo.

Brunetti

¿Tienes algún proyecto nuevo que nos puedas contar?

En este momento no, con el tema del restaurante y la tienda-bar que se llama “Brunetti”, el nombre viene de cómo me llamaba mi madre de pequeño, tenemos suficiente. Brunetti lo tenemos enfrente del restaurante. A nivel actoral creo que en cualquier momento te puede surgir cualquier cosa, lógicamente, cuando me han surgido propuestas, he tenido que ver si me compensaban por la compatibilidad con el restaurante. Tienen que ser proyectos muy interesantes como para que me haga salir de aquí. El restaurante está muy personalizado, la gente quiere venir y quiere verte aquí, entonces, si vas a desaparecer durante un tiempo pues tiene que ser algo que valga mucho la pena. Pero me siento plenamente feliz con mi restaurante, por lo tanto, es algo que tampoco me produce ansiedad el tener muchos o pocos papeles que interpretar. Hay actores con muchísimo talento que están en el paro y que además tienen que vivir de esto. Mucha gente me dice que tengo mucha suerte, pero la verdad es que me lo tuve que currar y arriesgar bastante, «Brunetti» lo montamos dos meses antes de la pandemia, por lo cual estuve a punto de caer en la ruina por todos lados, pero ahora tengo esa tranquilada de que aburrirme no me aburro. Respecto a la pandemia, tuvimos mala suerte, porque en el centro de Madrid se negaron a dejar que ganáramos espacio en las zonas donde tienes coches aparcados como sí ocurrió en el resto de Madrid. Fue un momento difícil económicamente hablando, sobre todo el primer año, pero a base de esfuerzo ahora mismo estamos contentísimos.

«Ouh Babbo» está en la Calle de los Caños del Peral nº2, en Madrid, ¿Cuál es el precio medio?

El precio medio del restaurante ronda entre los 30-35 euros, todo lo que tiene que ser italiano es italiano, la materia prima que debe ser italiana lo es para que tenga el sabor original, nuestro chef es italiano. En Brunetti tenemos abierto desde las 9:00 de la mañana hasta las 00:00 de la noche porque es un bar en el que puedes desayunar, tomar el aperitivo, merendar, cenar de picoteo y además tienda, pero no solo tienda de alimentación y de bebida, sino que también te puedes comprar una camisa o un pañuelo. Es un concepto que nos hemos inventado, con nuestro socio, donde vendemos italianidad.

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