lunes, mayo 20, 2024

Disfrutando de las islas… de calor urbano

Texto: Marta Montoya Barroso

Vaya calor que hemos pasado este mes de agosto, sin dormir, el aire nos quemaba, ¡Todos a la piscina y debajo del aire acondicionado!

Y ahora llega la Dana, estamos desbordados por la lluvia, el caos del tráfico, todos metidos en casita y aparece de repente el otoño.

Pues bien, todo esto tiene un nombre “Efecto Isla de Calor Urbano”.

Podemos pensar que esto es sólo efecto de la deforestación, de los gases que emiten nuestras industrias…, y lo que no sabemos es que nuestras propias ciudades son uno de los principales contaminantes. Los gases invernadero que proceden del transporte urbano, la mala gestión de residuos o las construcciones hacen de la ciudad víctima y verdugo.

Así la Isla de Calor Urbana (UHI) describe las zonas urbanas más cálidas que las rurales que la rodean, es decir, la diferencia de temperatura en un área local. Nos encontramos con un desarrollo urbano, con asfalto impermeable por todos lados, hormigón y otros materiales de construcción que absorben calor y no lo reflectan, y la temperatura sigue subiendo. La industria, el transporte y unos ciudadanos que cada vez usamos más el aire acondicionado para poder sobrevivir en nuestras ciudades. Todo suma más calor residual.

Así que la Isla de Calor Urbana consume más energía, producida por centrales que generan más calor, mayores emisiones de gases nocivos y problemas de salud. Un círculo del que parece difícil salir.

Se estima que en el año 2050 viva en las ciudades el 70% de la población, con un aumento de temperatura urbana proporcional. La vida de los ciudadanos empeora y trae consecuencias como el agotamiento, la insolación, con mayor repercusión en determinados sectores poblacionales, en especial ancianos y niños. Así, tenemos varios factores influyentes; el consumo de energía aumentando por la
demanda de electricidad, sobre todo en verano por el uso de aire acondicionado, que produce caídas de tensión por sobrecargas, con el peligro del mal funcionamiento de la infraestructura que lo genera.

Las centrales eléctricas a mayor rendimiento generan más emisiones de gases nocivos, aumentan las temperaturas y la mala calidad del aire. Las superficies impermeables en las ciudades (carreteras, tejados) absorben calor que al llover genera agua cálida, agua que desemboca en ríos y mares y que altera los ecosistemas naturales, la vida acuática.

Madrid, el ejemplo

Pues resulta que es Madrid, la capital de España, la que lidera el ranking de mayor isla de calor urbano en el mundo. Triste noticia, con 8,5 grados centígrados con respecto a su periferia, la ciudad de Madrid según el estudio Urban Heat Snapshot, desarrollado por la consultora Arup, es el casco urbano más afectado del mundo por la isla de calor.

¿Y cómo solucionamos todo esto?

Debemos reducir el impacto de las islas urbanas de calor en nuestro medio ambiente. Lo primero es medir este cambio de calor en la ciudad mediante sistemas existentes de vigilancia climática urbana, que recopilan datos y crean mapas detallados, pudiendo así planificar cómo adaptar las nuevas áreas de la ciudad a estos cambios. Lo siguiente es crear zonas verdes que proyecten sombra para reducir las temperaturas y los absorbentes de calor. Planificar parques, plantaciones de árboles y vegetación, cubiertas verdes, todos estos elementos siempre serán beneficiosos para nuestra lucha contra el calor.

Planificación Urbana

Estamos obligados los arquitectos, los paisajistas y los urbanistas a dar soluciones viables, inteligentes y factibles para mejorar nuestra propia vida. La solución idea pasaría por realizar más parques y jardines, plantar árboles por toda la ciudad, aumentar sombras de manera natural. Esto no siempre es posible, las ciudades están consolidadas y el espacio libre es limitado.

Pensemos en construcciones inteligentes, verdes, que usen materiales de construcción alternativos, mejores orientaciones, ventilaciones cruzadas, materiales naturales, cubiertas verdes, calles verdes, ¡jardines de lluvia!.

En fin, podemos actuar con los medios que tenemos al alcance, buscar alternativas al asfalto y al hormigón. Mejorar con la cromática y con los materiales permeables, pequeñas cosas que deben tener un impacto positivo en nuestras ciudades. Una buena planificación urbana, la reducción de consumos de energía en aires acondicionados, y mejoras de eficiencia energética harán que se reduzca el efecto isla de calor urbano.

Así las cosas, toca buscar un cambio de estrategia, de planificación, mejorar nuestro entorno y vencer este calor que nos vuelve locos.

“La salud es la justa medida entre el calor y el frío”, decía Aristóteles.

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7 comentarios en “Disfrutando de las islas… de calor urbano”

  1. Excelente artículo qué trata un area que nos afecta a todos. Con qué se haga un pequeño esfuerzo se puede mejorar la vida de mucha gente.
    Un saludo a la articulista.

    1. Totalmente de acuerdo!! Pero con una normativa que obligará a construir y mantener el entorno garantizaría mis el ir más rápido y en la dirección correcta. No podemos perder tiempo!!
      Gran artículo !!

  2. Muy interesante este artículo que pone de manifiesto los cambios y adaptaciones que necesita el entorno urbano en su sinergia con el ciudadano frente a los cambios a los que nos enfrentamos a corto y medio plazo.

    1. Increíble artículo sobre el desarrollo urbano y la ecología. Aporta distintas soluciones factibles para combatir un de los mayores problemas que afronta nuestra sociedad.

  3. Coincido 100% con la idea de aportar soluciones inteligentes verdes.
    Tener más árboles se trasmite en bajar la temperatura, dar sombra a las personas y absorción de carbono por parte de estos.
    Árboles y jardines verticales.
    Más verde.
    MÁS VERDE.
    Más verde.
    Y menos coche.

  4. Increíble artículo sobre el desarrollo urbano la ecología. Aporta distintas soluciones factibles para combatir un de los mayores problemas que afronta nuestra sociedad.

  5. Felicidades, Marta y gracias por tu trabajo. Excelente artículo! Siempre escribes con claridad sobre temas tan interesantes y con propuestas tan necesarias para la ciudad sostenible del futuro, que abres una puerta de esperanza.

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