martes, abril 23, 2024

El cine, según Spielberg

Texto: Javier Cuenca

En los últimos tiempos, algunos reconocidos cineastas como Kennet Branagh o Paul Thomas Anderson han decidido echar la vista atrás para compartir con el espectador fragmentos de su infancia y adolescencia. Ahora es el gran Steven Spielberg quien se suma a esta lista de rememorantes para narrar la historia de su familia y de sus orígenes como director de cine.

“Los Fabelman”

Dirección: Steven Spielberg

Intérpretes: Michelle Williams, Paul Dano, Gabriel Labelle, Seth Rogen, Judd Hirsch.

Género: Drama.

Duración: 151 minutos.

Puede que ya Steven Spielberg nos hubiera brindado retazos autobiográficos en algunas de sus películas, como por ejemplo en la mismísima “E.T.”, pero quizá nunca hasta ahora se había lanzado a ofrecer detalles tan íntimos sobre algunas partes de su vida, especialmente aquellas en las que empezó a sentirse fascinado por una cámara. Gracias a ello nos enteramos de que el germen de todo pudo ser el visionado de “El mayor espectáculo del mundo”, la primera película que contempló el niño Steven junto a sus padres en una sala de cine.

A lo largo de dos horas y media Spielberg nos cuenta parte de su infancia y adolescencia, primero en Arizona y posteriormente en California, a donde tiene que mudarse por causa del trabajo de su padre, ingeniero informático de profesión. La película ahonda en la compleja relación con su madre, intérprete de piano, y su progenitor, quien ve el interés de su hijo por el cine como una afición y no como una posible profesión a la que dedicarse en un futuro.

El Spielberg adolescente es un chico un tanto retraído, maltratado por sus compañeros de clase, que asiste con impotencia al deterioro de la relación de sus padres, buscando siempre refugio en su cámara y en lo que esta filma. Por eso el acto de hacer cine está presente en prácticamente todo el metraje, es de algún modo el motor que anima y sustenta la película, con ese ruido casi constante de la cinta pasando por la bobina y las imágenes que la habitan.

Debo admitir que “Los Fabelman” tiene algún altibajo, sobre todo en su primera mitad, pero en ningún momento me desentiendo de lo que sucede. Spielberg es un narrador de altura y aquí vuelve a cumplir sus objetivos, alumbrando una película honesta y sincera con una última secuencia más que sorprendente y yo diría que emocionante. No necesita aquí el autor de “E.T.” alcanzar la maestría para entregar una cinta tan especial como sensible. Y eso, créanme, merece la pena en estos tiempos de tanta vacuidad cinematográfica.

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