Por José Agustín Solís/ Foto: Movistar+
Germán ‘El Mono’ Burgos, ex arquero del Atlético de Madrid, ha decidido abandonar su rol como comentarista en Movistar+ tras un comentario inapropiado dirigido a Lamine Yamal, un joven futbolista del FC Barcelona, durante la transmisión de un partido de la Champions League. En la ida de los cuartos de final, donde el FC Barcelona enfrentó y venció al Paris Saint-Germain, Burgos hizo un comentario desafortunado que sugirió un futuro negativo para Yamal si su carrera deportiva no prosperaba. Este incidente llevó a que ni los jugadores del Barcelona ni los del PSG ofrecieran declaraciones a Movistar+ al finalizar el encuentro.
El comentario específico de Burgos fue: «Si no le va bien termina en un semáforo», dicho mientras Yamal realizaba ejercicios con el balón durante el calentamiento. Este comentario provocó una respuesta inmediata tanto del club como de la audiencia, generando una polémica que culminó con la renuncia del comentarista. Movistar+ reaccionó rápidamente con un comunicado expresando su intención de tomar medidas adecuadas, y el propio Burgos también emitió una disculpa pública, asegurando que su intención no era herir a nadie y que su comentario no estaba motivado por prejuicios étnicos o sociales.
El padre de Lamine Yamal, Mounir Nasroui, expresó su disgusto en Instagram, pidiendo respeto para su hijo y criticando el comentario de Burgos. Esta situación pone de manifiesto la sensibilidad requerida en las transmisiones deportivas, especialmente en comentarios que involucran a jóvenes jugadores.
La salida de Germán ‘El Mono’ Burgos de Movistar+ no solo resalta la tensión que pueden generar los comentarios hechos al aire en la transmisión deportiva, sino que también enfatiza la creciente necesidad de sensibilidad cultural y personal en el comentario deportivo. En el mundo del deporte, donde los jugadores son a menudo vistos como modelos a seguir, las palabras de los comentaristas pueden tener un impacto significativo tanto en las carreras de los atletas como en la percepción pública de la cadena de televisión que representan. Este incidente ha llevado a un debate más amplio sobre los límites de la libertad de expresión en el deporte y la responsabilidad de los medios en la protección de la dignidad de los individuos involucrados.
Además, este caso subraya la importancia de la formación y educación continua para aquellos en el ámbito del periodismo deportivo. Las cadenas de televisión están cada vez más bajo escrutinio por cómo manejan los errores y los comportamientos de sus empleados. Movistar+ ha manifestado su compromiso con la mejora continua y la implementación de políticas más estrictas para asegurar que incidentes similares no vuelvan a ocurrir. Para muchos, este incidente servirá como un recordatorio crucial de que los comentarios hechos en plataformas tan influyentes deben ser considerados cuidadosamente, dada su amplia resonancia y potencial impacto social.
Movistar+ y Burgos aseguraron que sus disculpas eran sinceras y que se tomarían medidas para garantizar que incidentes de este tipo no se repitan. Burgos destacó su trayectoria de apoyo a los jugadores jóvenes y expresó su arrepentimiento por cualquier daño causado. Su salida de Movistar+ marca un momento significativo, subrayando la importancia del respeto y la consideración en el ámbito deportivo y mediático. El incidente también refleja la presión y el escrutinio bajo los cuales se encuentran los comentaristas deportivos en la era moderna de la comunicación instantánea y las redes sociales.
