viernes, octubre 4, 2024

El poder de los adaptógenos naturales

Texto: Lucía Romano

El mundo se ha vuelto más superficial que nunca, e Internet y las redes sociales tienen gran parte de culpa. Parece un mal común, pero sus víctimas principales seguimos siendo las mujeres. Basta con ver los anuncios de estética para comprobar que, en su mayoría, las protagonistas seguimos siendo nosotras.

El cuidado del físico no es una cosa exclusiva de mujeres, sin embargo, siguen existiendo cánones de belleza femeninos inalcanzables. La presión social que existe sobre las mujeres es real, y más cuando hablamos del físico. Toda esta carga hace que en ocasiones podamos llegar a despreocuparnos del cuidado interno, un aspecto esencial también para nuestro bienestar físico.

Cuando parece que el camino está lleno de piedras, nos paramos a observar la naturaleza y encontramos la solución para lidiar con esta tensión. Nos topamos con una serie de plantas que pueden llegar a hacer nuestra vida más fácil. Hablo de los adaptógenos naturales, sustancias de origen natural con fines terapéuticos, curativos o de prevención que se ocupan de lo verdaderamente importante, nuestro organismo.

Este término nació con Nicolai Lazarev, un científico ruso que en el período de la Guerra Fría trató de buscar sustancias que consiguiesen una población más fuerte y saludable. Fue entonces cuando llegó a la conclusión de que había ciertas plantas que podían estimular el bienestar y la productividad de la gente.

Aunque su denominación es relativamente reciente, estas plantas han estado acompañándonos desde hace muchos años atrás. Hierbas que aparentemente servían para aportar olor y sabor a nuestras comidas, pero, que, sin embargo, van un paso más allá y consiguen tonificar nuestro cuerpo y mejorar nuestro bienestar.

No existen demasiados adaptógenos ya que requieren unas cualidades muy concretas como no ser tóxicos y regular las funciones de nuestro organismo sin aportar un extra de nutrientes, que son muy difíciles de alcanzar, por ello, son considerados tesoros botánicos. Sin embargo, muchos de sus frutos los consumimos de forma cotidiana como la cúrcuma, la manzanilla que alivia nuestro estómago revuelto, la ortiga como fuente de energía o el jengibre, que en la mayoría de las ocasiones consumimos en formato bebido.

Aunque la planta más estudiada y utilizada en sus orígenes fue un fitoestrógeno, la Schisandra de China por parte del gobierno de la Unión Soviética, en la actualidad, la Rhodiola, la planta de la calma emocional, se ha convertido en la principal. Como medicina produce grandes efectos en nuestro organismo, ayuda a combatir la fatiga, a lidiar con la ansiedad o el estrés, a fortalecer nuestro sistema inmunológico y a aumentar nuestra energía y potencia física.

Sin duda alguna, el efecto que más se valora de estos productos es la ayuda para lograr el equilibrio de nuestro cuerpo y mente con el fin de acabar con el estrés o la ansiedad, o por lo menos, controlarlos. En el siglo del nerviosismo y las prisas, el estrés se ha convertido en nuestro principal enemigo y la relajación en nuestra cuenta pendiente.

La presión social que sufrimos las mujeres sobre nuestro físico se ha convertido en una de las causas de este estrés. Algo muy común en nuestras vidas que a veces infravaloramos y olvidamos que puede llegar a provocar efectos muy adversos, entre ellos, las irregularidades menstruales o la dificultad de quedar embarazada. Además de otros más trastornos más comunes como los problemas digestivos, el insomnio, los desajustes emocionales, en el sistema inmune, en la conducta sexual y en el metabolismo energético.

Como los problemas que pueden darse tienen un carácter variado, los adaptógenos no actúan de la misma manera en todos los cuerpos. Tienen un carácter ambivalente y esto hace que se adapten a las necesidades de cada organismo, de ahí su denominación. Una misma planta puede llegar a causar efectos distintos como subir o bajar la presión sanguínea para lograr el equilibrio de los cuerpos.

Los beneficios de estos productos ponen de manifiesto que la Medicina Natural China y la Ayurveda, son una alternativa real o, por lo menos, un complemento ideal de los químicos. Sigue siendo un campo desconocido y despreciado por muchos, sin embargo, su presencia en la sociedad es cada vez mayor.

Una correcta utilización y consumo de estas plantas nos proporcionará la verdadera armonía que tanto queremos y necesitamos. Una vez más, es la naturaleza quien vuelve para recordarnos la importancia de nuestra paz interior para poder sacar a florecer nuestra belleza más profunda.

Ser bonitas mental y físicamente es posible solo que, a veces, es necesario dejar de lado lo artificial y lo digital para reconectar con la naturaleza y encontrar la calma que nos quita la sociedad en lo más puro del planeta.

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